Sebastian Trainor.
Colgué el teléfono luego de que Mathew había confirmado que nos veríamos en nuestro lugar de costumbre, bajé cada escalón hacia el estacionamiento con paso seguro y luego me adentré al auto. Tomé mi teléfono celular que reposaba en el puesto del copiloto y marqué el ya conocido número.
—¿Donde estás, papá? —Preguntó mi caramelo luego del segundo repique.
—Bueno, hola a ti también.
—Se supone que convencerías a mi madre de que Margareth no está loca y ella me dejaría salir con mi amiga sin pensar que me contagiará de su dramatisismo.—Reí ante su ocurrencia.
—Tu madre no piensa que tu amiga está loca, Candy. Simplemente no quiere aceptar que tienes casi 16 y que debe darte tu espacio.
—Bueno, debías estar aquí hace horas para recordarle que necesito mi espacio.
—El trabajo se ha alargado, mi pequeña ¿Podríamos dejar nuestra emboscada para mañana? Creo que tendré guardia hasta muy tarde.—Ella tardó unos segundos en responder.
—¿Me dejarás ir con Ethan por un helado?
—Si me permites llevarte. No estaré cerca y no me notarán. Me pondré unos lentes y un bigote falso, me sentaré a 10 mesas de ustedes.
—Tengo 15 años, padre —Dijo molesta— no me estás dando mi espacio.
—Llegaremos a un acuerdo mañana en el desayuno. ¿Está bien? —Resopló.
—Está bien.
—Bueno, ahora debo seguir trabajando. Te veo mañana, no olvides el terroncito de azúcar que endulza mi vida.
—¿Algún día dejaras de decirlo? —Preguntó.
—Nunca. Te amo, terroncito.
—Y yo te amo a ti, padre.
***
El auto de Mathew ya estaba en frente de nuestra oficina, nos habíamos encargado de mantener un perfil bajo a pesar de que nuestra especie era buscada por todos. Mathew y yo habíamos empezado una investigación luego de descubrir de que su hijo había nacido con más de un poder, teniendo en cuenta que todo aquello de Celerium solía saltarse una generación, lo que no sabíamos es que encontraríamos tanto; gran parte de la investigación era almacenada en otros lugares para evitar cualquier riesgo. Crucé la puerta y me quedé helado al ver que no solo estaba él, sino un par de agentes de Celarium, uno de ellos rodeaba a Mathew por el cuello.
—¿Qué es todo esto? —Pregunté cuando encontré mi voz.
—Este es el trato —Me dijo el que rodeaba el cuello de Mathew— Tu me das la información, y no muere tu amigo.
—¿De que información hablan?
—Sebastian Trainor ¿Te crees mas listo que nosotros? Sabemos lo que son, no escaparan de esta —Aseguró el otro.
—Mi hijo, —Dijo Mathew— deben dejarlo ir él no está enterado de nada de esto.
—Alguien está con él afuera —Afirmó con una sonrisa ladeada.
—No sabemos nada —Precisé— Suéltenlo, deberían de tenerme a mi. Él es solo un amigo.
—¿Permitirás que muera un inocente, entonces? —Preguntó colocando el arma en la cabeza del pelinegro.
Vi a Mathew, él negó lentamente y dio una mirada rápida al otro chico. Entendí su ceña.
En cuestión de segundos el había golpeado en el estomago al otro guardia haciendo que este dejara caer el arma.
—No te muevas— Le dije al otro quien ya apuntaba con el arma a Mathew, yo apuntaba mi arma hacia él.
—Que bueno que no la haz dejado en casa —Dijo Mathew, como si fuera momento de bromear.
Después de eso todo fue rápido: El sonido del arma, Mathew cayendo al suelo, el sonido de mi arma, la puerta abriéndose, el dolor punzante y todo volviéndose negro.
Solo hubo un pensamiento antes de todo aquello.
Candace.
N/a Hola.
¿Como están?
Hahahaha
Quizás apare
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Celarium [Editando muy lentamente]
FantasyBilogía Celarium. Libro 1. [Romance, fantasía] Celarium es una ciudad calmada, y sólo tiene una regla: Cuando tengas 19 debes casarte para poder obtener tu poder. Si tuvieras que elegir entre casarte con quien no quieres o ser apartada de tu famil...