Capítulo 18: Hijos de Zeus.

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Me estaba aplicando una capa de delineador en mi ojo derecho, debo decir que me sentía satisfecha de como lucia mi rostro, nunca creí que eso de "hágalo usted mismo con vídeos de tutoriales" fuera cierto pero he aquí el resultado. Sin embargo, nada es perfecto y mas allá de mi rostro había algo que gritaba "desastre", mejor conocido como cabello. 

Cuando me llegó aquel paquete mi madre y mi amiga me invadían con preguntas, mientras yo trataba de decidir entre si desechar todo o actuar como una chica y enloquecer ante aquel acto de... ni siquiera sé que se supone que sea esto. Me decidí por huir a mi habitación y supongo que entendieron que no quería hablar sobre ello, Marja se fue minutos después porque debía arreglarse y quería recibir su invitación de Prom que al parecer llegaría a su casa. En fin, ahora me encontraba a pocos minutos de ir a mi acto y aún no sabía como arreglaría mi cabello; Decidí tejer una clineja en la parte superior, era algún tipo de trenzado que me hice con ayuda de otro grandioso tutorial, al final hice algunos rulos con ayuda de la rizadora y voilá. 

El vestido escogido por Margareth era perfecto, pero gracias a la toga y el birrete no lo verían hasta la fiesta de graduación; ya me encontraba montada en el auto, la toga se encontraba atrás junto al birrete y yo simplemente no podía creer que este día había llegado.

— ¿Por qué me estás viendo así? —Pregunté a mi madre que me veía de una extraña manera en vez de estar gritando como loca por lo tarde que era.

— ¿Como te estoy viendo? —Habló con un hilo de voz. Oh, no.

— No llores, mamá. Arruinarás tu maquillaje.

—Es que estás tan grande, Candy —Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando esa palabra salió de sus labios — Hoy te gradúas, luego te casas y llegarán los bebés. Yo solo envejezco.

— ¿Bebés? Deten ese barco, madre. Apenas tengo 18, ahora es que me quedan niñadas por hacer. Además, no te librarás de mi tan sencillo.

—Pensar que cuando tus padre nos dejó pensé que no sería capaz de tanto y ahora mira, ya vamos a tu acto de grado.

—Así es, lo has hecho muy bien —Apreté su mano —Ahora vamos que tu novio espera por ti y mi diploma espera por mi.  

Segundos después puso en marcha el auto.

— Candace, baja rápido —Hablaba desde afuera mientras golpeaba la ventanilla.

— Me estoy colocando la estúpida toga, Margareth.

—Tu madre enloquecerá si dicen tu nombre y no estas ahí.

—Tu vas antes que yo, primero enloquecerán tus padres. Y shh, me desconcentras.

—Te dije que te la colocaras en tu casa ¿Cuando será el día que escuches a tu sabia amiga?

Finalmente abrí la puerta y bajé del auto, sorprendentemente lo hice como una dama y no me caí de boca.

—Wou ¿Te cambiaste el rostro? Ya no pareces un asno —La empujé.

— Tu sigues pareciendo un chupacabras. 

— No puedo creer que al fin nos graduemos, cinco años después y seguimos siendo amigas. —Me abrazó por encima de los hombros —Andando cara de asno, es el gran día.

Nos encontrábamos sentada en la tercera fila, habían llamado a todos mis compañeros incluyendo a Marja —Quien al bajar besó a Thomas y llamó la atención de todos— En fin, aun no me han llamado gracias a que mi apellido empieza por T y además no tendré a nadie que me espere para besarme cuando baje de la tarima —Observé a mi madre —O quizás sí.

Celarium [Editando muy lentamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora