Capítulo 1: Nuevo poder: Súper sueño.

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editado el 19/04/2020


Capítulo 1

En Celarium es posible llegar casi a cualquier lugar de manera rápida si conoces cada uno de los atajos, claramente después de vivir 18 años en ella yo conocía cada uno de ellos y había llegado a crear los míos propios. De hecho, sabía exactamente cuántos pasos tenía que dar hasta el instituto y sabía perfectamente cuánto tiempo necesitaba para llegar sin problema.

¿Quién no sabía esto? Mi madre. En este momento se encuentra golpeando la puerta con desdén mientras me grita que me levante, antes solía dejar la puerta sin seguro pero después de tantos años conviviendo con ella y conociendo que su perspectiva del tiempo es diferente al mío aprendí a colocar el pestillo cada noche.

— ¡Estoy despertando, detente! —grité aún con mi cara debajo de las sábanas.

Escuché un resoplido y luego los pasos alejándose de la puerta. Mi madre tenía una pequeña obsesión con esto de exagerar los horarios, probablemente gritaría "¡Están por ser las 9 de la mañana! Y seguramente serían las 7, como cada día desde que tengo sentido de razón, por ello, habíamos conversado hace un par de años atrás y habíamos decidido que yo me despertaría gracias a mi alarma. Abrí uno de mis ojos y visualicé el reloj en forma de fresa que reposaba en mi mesa de noche, sí son las 7:10 continuamos con tiempo.

—¡Están por ser las 9 de la mañana! —gritó desde su cuarto. Típico.

Todo está bien, dormiré media hora más y me levantaré a hacer todo con calma. El ser humano es capaz de crear hábitos y yo ya soy toda una experta en ello, ciertamente tengo un profundo amor por mi cama y podría pasar todo el día en ella pero tengo autocontrol y un plan excelente.

Al sentir que había dormido algunos minutos decidí levantarme y me sorprendió lo silencioso que estaba todo, me autofelicité porque había logrado descansar un poco más y mi madre aún no había enloquecido nuevamente así que imaginé que todavía tenía algo de tiempo. Me levanté e ingresé al baño para arreglarme e irme al instituto.

Abrí la llave de la ducha para que fuera calentándose, mis piernas aun no aceptaban que había comenzado el día, así que me senté a un lado para esperar que el agua se adaptara aunque sabía que esto era un lujo que no podía darme, dos minutos no enriquecían ni empobrecían a nadie. Cerré mis ojos porque ellos tampoco estaban preparados para luz del día. Me sobresalté al oír el sonido que hizo el envase del acondicionador al caer, al parecer lo había golpeado con mi cabeza; me levanté del suelo calculando que me quedaban al menos 10 minutos, me deshice de mi ropa y me adentré a la ducha. Unos minutos más tarde me encontraba bajando las escaleras con un bonito vestido floreado y un sencillo par de vans. Al llegar a la parte inferior no escuché nada así que deduje que mi madre estaría esperando en el auto, debí haberme vestido muy rápido porque ella ni siquiera tocaba la bocina.

¡Bien hecho, Candace!

Tal vez si tenía un poder a pesar de todo.

Entré a la cocina y vertí un poco de jugo de naranja en una vaso, luego del primer sorbo posé mi mirada en el reloj en forma de gato que colgaba de la pared; mi madre siempre decía que era "una antigüedad" y yo siempre pensé que la habían estafado y que había invertido mucho dinero, es decir, el gato era bonito y movía sus ojos y su cola de manera graciosa, incluso sus números tenían una raro diseño... Un momento ¿Esa era la hora?

— ¡Joder! —grité lanzando el vaso al lavaplatos—. 9:50 de la mañana, joder, joder, joder.

Corrí a la sala, tomé mi bolso, mi teléfono y al lado de las llaves permanecía una nota con lo siguiente:

Celarium [Editando muy lentamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora