Celarium [Editando muy lentamente]

Capítulo 20: Invades mi privacidad

Abrí mis ojos de golpe y sentí una punzada de dolor en la parte  posterior de la cabeza, ayer me había acostado muy tarde y dormí muy poco porque no podía dejar de darle vuelta a los acontecimientos ocurridos.

Miré hacia el techo y empecé a enumerarlos.

1. Me gradué.
2. Tuve una fiesta de promo
3. Mandé a Andrew por un tubo, de nuevo.
4. Flirtie con el dj.
5. Recogí todo y el me acompañó.
6. El auto no encendió.
7. Me hicieron dormirme y luego estaba en la sala de fiestas, con quién sabe quien. Me dijeron que le dijera algo a Andrew o yo pagaría las consecuencias.
8. Terminé de nuevo en el auto con el dj, quien encendió el mismo no se como y luego desapareció.

Un dolor mas agudo llego a mi cabeza, debía ir por unas aspirinas.

Bajé de mi cama, la noche anterior solo me había puesto uno de los boxers de Andrew —El hecho de que los tenga me hace parecer una psicópata pero son jodidamente cómodos. Me he visto considerando botar toda mi ropa interior y remplazarlo por estos —Y su sudadera que había dejado la vez de la pizza. No fue al propósito, estaba cansada y fue lo primero que mi mano sostuvo. En fin, até mi cabello en un despreocupado y moño, y me dispuse a caminar ¿Por qué el jodido botiquín tenía que estar en la parte inferior?

Bajé cada escalón con paciencia, cada movimiento brusco aumentaba las punzadas. Cuando entré a la cocina quise morir ¿Por qué todo lo malo le pasa a la chica pelirroja?

—Eh —Todas las miradas se encontraban en mi —Venía por una aspirina. No era mi intención ser vista así.

Su mirada recorrió mis piernas, de repente me sentí desnuda. Rogué que el suéter fuese suficientemente largo como para tapar mi ropa interior, me encontré halándolo para que llegara mas abajo.

—Quizás hemos venido temprano —Expresó Louisa/ex profesora. Observé el reloj. 13:50 hrs.
—Me he quedado dormida, lo siento —Di un par de pasos mas para llegar al botiquín, me giré timidamente y tomé un par de aspirinas. Mi madre me entregó un vaso con agua y pude ver en su mirada que queria asesinarme.

Puse mi mirada en Andrew, quien seguía viéndome. Me disculpé una vez más y subí las escaleras corriendo, deseando fallar un escalón y así caer, para fingir que había perdido la memoria y que aquel momento nunca había sucedido.

Entré al baño y empecé a repetir una y otra vez la estúpida canción del taxi solo para olvidar el momento mas vergonzoso de mi vida —Ni siquiera aquella vez que me monté en el columpio con falda y el chico mas lindo del parque me vio mi ropa interior, le gana a esto — Luego una ducha de 20 minutos el dolor de cabeza ya había pasado, tomé el vestido de encaje que había comprado para este almuerzo y me lo coloqué. Después me sequé el cabello con ayuda del secador, peinarme nunca había sido mi fuerte así que hice una raya por el centro y coloqué una especie de bandana y eso fue todo. Apliqué una muy fina capa de maquillaje, y finalicé tomando un par de sandalias sencillas. Me vi en el espejo y realmente lucia bien, muy natural; así es como debe lucir una chica.

Bajé como una dama las escaleras y todos se encontraban sentados y sonrieron al verme. Evité ver directamente a los ojos a Andrew.

—Ahora sí, hola. —Sonreí.

Todos los presentes me felicitaron por mi graduación, el único que no me había visto en mi look matutino era el novio de mi madre, quien me dio un cálido abrazo.

—Vayan a la mesa, serviré el almuerzo. —Sonrei mientras peinaba mi cabello. Mala maña.
—No puedes servir el almuerzo en tu almuerzo de graduación —Expresó mi madre.
—Si que puedo y Andrew me ayudará.

Todos se sorprendieron, en este momento si alguien dejaba caer un alfiler sería posible escucharlo.

Andando idiota —Pensé mientras empezaba a caminar.
Para hoy, querido.