Cap 1- Primer día (Parte 5)

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- ¿Hayashi-kun?- preguntan las camareras con la misma sorpresa que yo.

- Ki... Kirimiya-san, chicas, ¿trabajáis aquí?

- ¡Oh! Veo que ya os conocéis.

- Sí, vamos al mismo instituto.- afirma Kirimiya-san.

- Y Minami y yo a la misma clase.- añade Suzuki-san.

- ¡Ah, entonces os llevaréis bien! Ya me ha dicho Hayashi que le habéis enseñado cómo va esto. Por favor, cuidad bien de mi hijo.

- Puede confiar en nosotras, Takamori-san- responde Kirimiya-san.

- Ya os he dicho que me llaméis Kazuo, es como me conoce todo el mundo.

- Sí, Kazuo-san- dicen todas haciendo una reverencia.

-¡Bien! Me voy a casa. Ji, ji, se me acaba de ocurrir una idea para otro manga- Espero que no sea otro ecchi, o peor: hentai- Adiós, pasadlo bien.

Una vez papá se ha marchado Kirimiya-san avanza y dice:

- Antes de empezar te daré las normas, son la adaptación para hombres, nosotras, evidentemente, seguimos las de mujeres:

1. Incumplir las normas se castiga con cometer seppuku. No cometerlo implica cometer seppuku*.

*El seppuku es una pena de muerte por suicidio tradicional japonesa, más conocida por su denominación vulgar harakiri.

2. No saber qué significa cometer seppuku implica cometer seppuku.

3. Entrar en el baño o el vestuario de chicas implica cometer seppuku.

4. El castigo por provocar daños materiales es el de pagar una multa por valor de los desperfectos, además de cometer seppuku.

5. Acercarse a cualquiera de nosotras más de 10 cm implica que los dos cometan seppuku.

6. Hacer lo mismo con un cliente implica que el cliente se marche del café, si vuelve a ocurrir, ambos cometerán seppuku.

7. Cualquier acción indecente que se realice en público será castigada con cometer seppuku.

8. Olvidarse de cerrar antes de irse será castigado con cometer seppuku.

¿Has entendido?

- Eh... sí.

Kyouko-senpai mete las manos en una bolsa y saca un traje de mayordomo de una calidad magnífica: - Ya terminé.- dice.

- ¡Wow! Impresionante.

- Ve a probártelo.

Así lo hago. Toma un tiempo ponerme todo la primera vez, pero termino y me miro al espejo. No está nada mal: el conjunto se compone de una camisa de cuello alto, con una pajarita larga negra, un chaleco marrón muy oscuro, unos pantalones negros, una chaqueta de cola larga del mismo color y unos zapatos brillantes y algo más oscuros. Luego salgo del vestuario y voy al encuentro de las chicas.

- ¡Oh, te queda muy bien!- admira Kyouko-senpai- Qué sexy.

- Gracias

- Tal y como era de esperar de las senpais.- afirma Kirimiya-san- habéis hecho un gran trabajo.

- Oh, gracias, no tienes por qué recordárnoslo cada vez que terminamos un nuevo traje.- agradece orgullosa.

- Entonces, ¿abrimos ya, jefe?- pregunta graciosamente con ánimos por comenzar.

-Por supuesto- Abro la puerta y giro el cartel de "cerrado" a "abierto".

En un rato empiezan a llegar clientes y el café se llena de gente, la mayoría jóvenes otakus en busca de satisfacer uno de sus sueños: ver hermosas chicas con trajes de maid ofreciéndoles sabrosos cafés y dulces.

Kirimiya-san y yo hacemos el café y ella me enseña; Aki-chan prepara los dulces kawaii y los reparte; Kyouko-senpai toma nota en las mesas y seduce a los clientes con sus encantos, sobre todo esos dos enormes encantos que se notan especialmente por la forma del vestido, para que compren más y sean siempre fieles al Ichigo Musume; y Suzuki-san limpia las mesas y da regalos a los niños, entre los que se encuentran muñecos de Aki-chan. En general, todos repartimos algún menú porque el establecimiento está a tope. Parece que, en efecto, este café es muy famoso en la ciudad, claro, el dueño era un importante mangaka antes de endosármelo a mí y las camareras son preciosas.

Hablando del rey de Roma, uno de los clientes otakus me pregunta:

- Oiga, por favor, me dijeron que el mangaka Kazuo regentaba este café. Me preguntaba si podría firmarme un autógrafo.

- Lo siento, ya no trabaja aquí, ahora yo soy el dueño. Soy su hijo, si quiere le digo y viene usted otro día que pase por aquí.

- Muchas gracias.

- Anunciaré sus visitas en el tablón del escaparate y en la página web.

- Entendido, gracias de nuevo.

En poco tiempo se hacen las nueve y cerramos. Todos nos estiramos los huesos y las articulaciones, algunas crujen y otras no.

- ¿Qué te ha parecido el primer día?- pregunta mi supervisora.

- Un poco cansado, pero ya me acostumbraré. Ha estado bien

- Aquí siempre hay actividad.

- Ya lo veo.

Limpiamos las mesas, el suelo y la barra y vamos al vestuario, las chicas al suyo y yo al mío. Me quito el chaleco y la camisa, y cuando me dispongo a bajarme los pantalones algo aparece de la nada rompiendo el techo y el muro que separa los dos vestuarios. ¡¿Qué cojones ha sido eso?! Hay un enorme boquete en el techo y casi toda la pared que protegía a las chicas de mis ojos. Al otro lado de la pared rota están las chicas semidesnudas, únicamente tienen sus partes bajas tapadas por bragas con diseños súper monos que la ropa interior masculina jamás podría tener, sorprendidas por lo que acaba de pasar. Increíble, es la primera vez que veo mujeres reales desnudas aparte de mi hermana, y encima son hermosas, ¡idiota, ahora no es momento de fijarse en eso! Cuando se dan cuenta de que las he visto así se tapan pudorosamente con sus manos o con lo que tienen más cerca.

- ¡Ah! ¡Lo-lo siento!- Me levanto y huyo del espectáculo que a Daisuke le encantaría ver, aunque sería lo último que presenciara, hacia el otro lado, sin embargo allí se mueve lo que ha caído del cielo. Se levanta y veo que posee la figura de una persona pero tiene... ¿alas?

Son alas de plumas negras y un ligero tono rojizo, al igual que su cabello, largo hasta la cintura y con una trenza en la patilla izquierda. Es una preciosa mujer con una mirada maligna, más que la que habitualmente tiene Kyouko-senpai, sus ojos son rojos con unas pupilas diabólicas, sus orejas puntiagudas y de su boca sobresalen unos colmillos desarrollados.

Valkyrie Maid RagnarökDonde viven las historias. Descúbrelo ahora