Después de esas incómodas dos horas toca el reclamo para atraer a la gran mayoría del personal para la cafetería y arrasar con casi todos los bocadillos. Las chicas salen enseguida, y yo unos momentos después. En lo que me dirijo a la sala del club vuelvo a encontrarme con Daisuke.
- ¿Y bien? ¿Viste cómo le rebotaban las tetas a Minami-chi? Cuéntame todos los detalles.
- Las cosas no están como para hablar de eso.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Ella quedó segunda en la carrera, la felicité y animé para que ganase la próxima vez y se enfadó conmigo. Yo tenía buena intención pero creí que era más extrovertida.
- Ah sí, es más tímida de lo que parece. Por eso le caigo tan mal.
Entre la montonera de gente veo a una fugaz Suzuki-san subir las escaleras al segundo piso.
- Intentaré disculparme con ella.
- ¡No! Un hombre muy sabio dijo una vez: << Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes>>.
- Ja, ja, sí maestro.
- De todas formas no te fuerces, no has hecho nada malo, a veces las mujeres se preocupan demasiado, ten en cuenta que ellas piensan mientras que nosotros solo sabemos mear de pie.
- Lo haré, gracias Daisuke, haces honor a tu nombre*, pero aun así no voy a ponérselo a mi hijo.
* Daisuke significa 'de gran ayuda'
- No puedo permitir que te odie, tienes que describirme con pelos y señales cuando lo hagas con ella.
- Que llamo a Suzuki-san, ¿eh?
Me dirijo al aula del club y toco la puerta: <<Adelante>>, se oye y entro. Dentro está Kirimiya-san preparando la barra y dejando la cafetera calentarse para hacerme un café.
- ¿Quieres con leche?
- Sí, gracias- acepto mientras me siento en la silla delante la barra.
Ella prepara un café calentito con un poco de espuma marrón claro coronando la taza.
- Aquí tienes.
- Gracias- empiezo a revolver con la cuchara y pienso qué decir- Kirimiya-san, sobre lo de antes, yo... lo siento. Solo quería darte ánimos para la próxima carrera.
- Lo sé. Es culpa mía por ponerme nerviosa.- dice con una expresión tierna mientras limpia la cafetera- No tienes que disculparte, solo es que no estoy acostumbrada a que los chicos se acerquen mucho a mí, siempre se ponen nerviosos y huyen.
- Eso es porque eres muy atractiva.
- Gra-gracias- Se sonroja enormemente. ¡Oh no, espero no haberla cagado otra vez!
Hay una pequeña pausa que parece eterna. Bebo algún trago del delicioso café con leche.
- Suzuki-san me contó sobre vuestra relación, que sois como hermanas.
- Sí, no sé qué haría sin ella.
- Es bastante fiable, ¿verdad?, va por ahí dispersando un aura de confianza.
- Más de lo que crees, ha cuidado de mí desde que éramos niñas. Mis padres murieron cuando tenía seis años, su familia me acogió y se hizo cargo de mí, he estado con ella desde entonces.
- Entiendo, ya le dije le dije a Suzuki-san que yo también tengo una hermanita. También la protegería pasara lo que pasase.- Los dos sonreímos y termino el café- ¡Ah...! Estaba delicioso.
- Son 300 yen- Nos reímos simultáneamente a carcajadas, me alegra haber hecho las paces- Es broma, el primero es cortesía de la casa.
Se acerca la hora y abrimos la puerta para volver a clase. Detrás de ella están Suzuki-san, Aki-chan y Kyouko-senpai apelotonadas.
- Vaya, parece que ya os habéis reconciliado- toma la palabra Kyouko-senpai.
- ¡¿Habéis estado escuchando?!- les interrogamos Kirimiya-san y yo a la vez.
- Solo un poco- responde lacónicamente Suzuki-san dirigiendo la vista hacia un lado.
- ¡Ay qué bien que hayáis hecho las paces!- dice Aki-chan llena de felicidad. Parece una niña.
- ¡Ara ara!- añade Kyouko-senpai con una sonrisa pervertida- Ya habéis tenido una pequeña crisis amorosa antes de salir, ¡qué monos!
- ¡E-espera, ¿qué estás diciendo, Kyouko?! ¡Solo era un pequeño malentendido y está solucionado!- Reacciona Kirimiya-san nerviosa.
- Ja, ja, ja, ¡qué bien os lleváis todas!
- ¡Ara! Y tú, Hayashi-kun, le has dicho que es muy atractiva, ¿ya le estás tirando los tejos tan pronto?
- ¿Qué? Bueno, e-es que es cierto.
- Ajá- responde con una mirada maliciosa y abraza por detrás a Kirimiya-san- Ahora que me fijo sí que es bastante mona- dice mientras le acaricia la mejilla. Kirimiya-san se abochorna y se le pone la cara como un tomate- Mira, con esa carita de vergüenza estás tan erótica...- Acerca más su cara a la de la belleza carmesí, ahora también en piel, y baja las manos hacia sus pechos- Y mira qué tetas más bonitas y suaves, ¿te las masajeas mucho para tenerlas así?- Me quedo congelado por la sorpresa mientras Kirimiya-san se retuerce de placer contra su voluntad.
- Pe-pero tú las tienes más grandes, ¡ah, para!, me da vergüenza, ¿no ves que Hayashi está delante? ¡Ah!- ¡Dios, su gemidos y su cara de excitación mezclada con pudor son adorables, no sé qué hacer!
- ¿Hmm...? ¿Le has llamado por su nombre?- ¿Eh? ¡Es verdad!
- Mmm, Aki-chan y tú también lo hacéis. ¡Ah!, si las mueves así no puedo pensar. ¡Ah! ¡¡Aaahh!!
- Pero tú no has usado el -kun, osea que le llamas así en tu corazón, ¿eh?- Manosea sus pechos como un panadero la masa.
- ¡Ay, no! ¡Para! Si sigues así yo... ¡Kyaahh!
- ¡K-Kyouko-senpai, ya es suficiente, déjala tranquila!- Reacciono por fin cuando la excitación de Kirimiya-san llega al límite, intentando persuadir a Senpai lo más razonablemente posible.
Para alivio de todos menos ella, deja de tocarla y dice:
-Jo, Hayashi-kun, con lo divertido que era... Tienes que probar tú algún día.
- ¿Qué?¡No voy a hacer algo como eso! Vamos, chicas, que hay que ir a clase- respondo con la cara roja por la idea de sobarle la delantera a una chica, encima la de una tan bonita como Kirimiya-san, y las saco, ahora sí, del salón empujándolas a ella y a Suzuki-san. Llegamos a clase justo a tiempo.
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Valkyrie Maid Ragnarök
FantasíaTakamori Hayashi es un estudiante de preparatoria que al cumplir 16 años es puesto a cargo del maid café de su padre, un famoso mangaka que no tiene tiempo para llevar el negocio. Allí descubre que las empleadas también estudian en su instituto, y n...