Cap 2 - El día siguiente

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<<El Ragnarök ha empezado>>. Eso fue lo que me dijo Kirimiya-san anoche después del desastre de la mujer con alas negras. Me recomendó que fuera a descansar, aunque no dormí muy bien, me pasé toda la noche pensando en aquella pista que me dio. Eso es algo así como el fin del mundo en la mitología vikinga, lo vi en un anime ecchi sobre demonios en el que luchaban contra el dios Loki porque quería iniciarlo.

En cuanto llegué a casa fui al despacho de papá y arrancándole de la silla donde estaba sentado dibujando sus mangas le exigí información.

- Ah, je, je, lo siento, no esperaba que atacaran tan rápido.

- ¿Lo sabías? ¡¿ESTÁS DE COÑA?! ¡Casi muero!

- Bueno, con las chicas a tu lado estabas a salvo, además si te lo hubiese contado no me habrías creído.

- Es cierto. No te habría creído, siempre estás con tus fantasías y tus mangas pasando del mundo real, y eso era demasiado absurdo. Perdóname, me pilló por sorpresa. Estoy muy cansado.- Dije llevándome la mano a la cabeza.

-Tranquilo, hijo, ¿quieres que te prepare el baño?

- Sí, gracias, papá.

- ¡Yukiko, cariño, prepara una cena rápida para Hayashi en lo que se baña!

Fue el baño más largo de mi vida. No sólo pensé en lo que había pasado, también recordé lo impactante que fue sentir los pechos de esa mujer en mi cara y cuando me lamió, era muy extraño. La verdad es que las chicas estuvieron impresionantes, todo: cómo luchaban, su magia, los trajes que parecían cosplay... Recordé también cómo se sintió apuñalar a esa señora con la lanza de Suzuki-san, mi mano seguía temblando a pesar de haber transcurrido más de una hora. Llevé mi mano al costado donde me había clavado sus garras. Aunque no quedaba rastro de la herida aún notaba las cuchillas hundidas en mi carne. Cuando practicaba kendo luchábamos con espadas de madera y llevábamos armadura, así que cuando me golpeaban o yo golpeaba a alguien solo nos hacíamos moratones, esto es muy distinto.

Mamá me preparó sushi para cenar. Fue bueno comer alfo fresquito, así pude dormir un poco, aunque no demasiado bien.

Ya es de día y camino al instituto por el bonito trayecto habitual, pensando aún en lo de ayer. Hoy Kirimiya-san me explicará con detalles qué demonios era eso.

Llego y me cambio los zapatos, cuando me dirijo a clase llega Daisuke por detrás y me saluda como de costumbre:

- ¡Buenas, Haya-chan! ¿Qué te cuentas? Hala, que mala pinta tienes, ¿te pasó algo en el café?

- Prefiero no hablar de ello.

- ¿Heee? ¿Por qué? ¿Es que has tenido algún mal amoroso?- Sé que lo dice en broma pero después de lo que ha pasado me cabrea muchísimo, aunque comprendo que no sepa nada.

De momento ignoro su pregunta mientras caminamos a su aula. Cuando llegamos Daisuke entra no sin antes darme codazos pequeñitos diciendo:

- Seguro que era algo de eso, ¿eh, pillín?- Ja, ja, ja, idiota, no tiene ni idea, pero prefiero que siga así.

Prosigo mi trayecto hacia mi clase, entro y veo a Kirimiya-san y las dos senpais hablando entre ellas alrededor del pupitre de Suzuki-san. Dejo mi bolsa sobre el mío y me siento en mi silla.

- Buenos días- las saludo.

- Buenos días- responden todas.

- Sentimos lo de ayer. No te avisamos del peligro.- se disculpa Aki-chan por todas poniendo una de yorkshire terrier abandonado tan mona que hace imposible enfadarme.

- No pasa nada, al fin y al cabo estamos todos vivos, ¿no?

Kirimiya-san toma la palabra: - Después de clases te lo explicaremos todo, ¿vale?

Asiento con la cabeza y las senpais se despiden y vuelven a su aula, Kirimiya-san también vuelve a su sitio y momentos después el profesor entra.

Las tres horas antes del recreo fueron increíblemente aburridas. Me las pasé mirando por la ventana y echándome siestas con los ojos abiertos. Ahora que estamos en el recreo voy a visitar el salón del club. Esta vez está a cargo Suzuki-san.

- Hola- digo después de abrir la puerta.

Bienvenido, pasa- responde Suzuki-san invitándome a entrar.

Me siento frente a la barra y ella prepara un café, mejor dicho dos, cuando termina se sienta delante de mí y remueve su bebida al igual que yo la mía.

- Te vendrá bien, antes casi te duermes.

- Ja, ja, gracias- Echo un trago- Y también... gracias por salvarme anoche, habría muerto si no es por ti.- Durante un momento volví a recordar la bola de fuego y las garras de la mujer alada entre mis costillas.

- No es necesario que me las des, hice lo que debía. Tu padre nos pidió que te protegiéramos. Además fue Aki-chan quien te curó.

- Pero el caso es que me salvaste, antes de que Aki-chan me curase, y te lo agradezco, además te debo una.- Ella dibuja una pequeña sonrisa en su carita. Me fijo en que las orejas de gato de su cabeza se mueven un poco cuando le acaricio el pelo y su cola se eleva haciendo onditas.- Eh... Suzuki-san...

- Puedes llamarme por mi nombre- dice medio ronroneando.

- Bien, Tsukasa, tus orejas y cola... ¿no serán reales?

- Sí, todo el mundo piensa que son de adorno pero son de verdad.

- ¿Y por qué?

- Mi padre es el gato de Freyja y mi madre una humana.

- Oh, qué raro. Por cierto, ¿quién es Freyja?

- La diosa nórdica de la belleza, el amor y la magia, luego te lo explicaremos mejor.

- Entonces, como eres una chica gato, ¿puedo llamarte Tsuka-nyan?- Ella se sonroja un poco y se encoje.

- Si quieres... pero sin fetiches, odio a los pervertidos.

- Era broma, prefiero llamarte Tsukasa y ya. Así que por eso desprecias tanto a Daisuke.

- Ese sujeto es un enemigo para las mujeres.

- Lo sé, me obliga a jugar eroges, algunos son buenos pero otros son simples nukiges* repletos de escenas hentai.                     *Nukige: juego que se enfoca especialmente en el contenido erótico.

- ¿Te gustan esas escenas?

- Bueno, están bien, pero creo que deberían tener más historia aparte de sólo porno, ya sabes: si la historia es buena, adelante, que pongan todas las tetas que quieran. Como hombre, soy un amante de los cuerpos femeninos.

- ¿Aunque casi no tengan curvas?- pregunta con una voz tímida, obviamente lo dice por su pequeño cuerpo, aún por desarrollar.

- Me gustan las chicas un poco más voluptuosas, tampoco nada excesivo, pero seguro que tu cuerpo también tiene su lado lindo.- Ella se sonroja tímidamente y mientras termino el café.- Mmm. Estaba muy rico, gracias.- Digo acariciándole otra vez el cabello y las orejas.

- Nyaa- Deja soltar un tierno maullido de satisfacción como un verdadero gatito.

Cojo yo las tazas y las lavo mientras ella descansa en la barra moviendo juguetonamente la cola. No suela expresar muchas emociones, así que se siente bien verla feliz.

- Bien, ¿vamos a clase?- digo al terminar.

- Sí.

Valkyrie Maid RagnarökDonde viven las historias. Descúbrelo ahora