Capitulo 16: Una confesión inesperada

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Serena abrió sus ojos, una  luz tenue penetraba en la habitación donde todos habían dormido juntos, pero al parecer, la mayoría ya se había levantado y retirado de la habitación. Todos menos Rei Hino que se encontraba aún dormida.

Bostezando ligeramente, Serena se acercó a la pareja que aún estaba frente a los monitores.

Buenos días chicos ¿no durmieron nada? –la princesa miraba el monitor donde podía verse el sueño de Rei, se la veía sentada frente al fuego sagrado en el templo- es increíble parece una película.

Buenos días Serena, no hemos dormido todavía pero ni bien Rei se despierte apagaremos los monitores y dormiremos un poco –respondió Amy.

Los demás están en la sala del palacio, puedes ir con ellos, te indicaran donde asearte y seguro estarán por desayunar algo -Taiki le habló con cariño, empezaba a ver a Serena como la mujer que amaba a su hermano y ya la sentía como una allegada de la familia.

Gracias Taiki! Eso haré –Serena se retiró silenciosamente (para ser ella), ya que no quería despertar a Rei y que comenzaran el día de malas.

En la sala del palacio Haruka y Michiru se encontraban desayunando ya, junto a Lita, Mina, Kakyuu y Seiya que ensimismado en sus pensamientos se encontraba parado junto al ventanal mirando la hermosa mañana que hacía.

Buenos días –exclamo Serena en un saludo general y luego dirigiéndose a Kakyuu le preguntó- Princesa ¿Dónde puedo asearme?

Seiya, hazme el favor de llevar a Serena a la habitación de huéspedes para que se ponga cómoda –indicó la princesa.

Bombón sígueme por aquí –Seiya le hizo una leve reverencia mientras le señalaba el camino. Serena le sonrió tomando su brazo, al tiempo que Haruka cambiaba su rostro alegre por un gesto de disgusto.

Recorriendo los pasillos del palacio del brazo de Seiya, Serena miraba sorprendida todos los detalles de la decoración. El palacio de Kinmoku le hacía pensar en aquellos palacios de los cuentos que había leído cuando era niña. Las grandes arañas de cristal que colgaban sobre los pasillos largos e interminables, le daban un toque de esplendor muy acogedor y deslumbrante; incluso bajo éstas en cada una de las columnas de los arcos arquitectónicos, dos niños de bronce sostenían un pilar sobre el que reposaba un hermoso candelabro. "Es hermoso" pensó para sus adentros.

Sí, la verdad es que es muy hermoso –le dijo el muchacho mientras giraron hacia un extenso corredor decorado con inmensos cuadros verticales al parecer antiguos, que se imponían desde el suelo hasta el elevado techo captando toda la atención.

Serena lo miró dudando de si había pensado en voz alta. El seguía siendo muy atractivo, aunque había cambiado sus modos para con ella, se lo veía más atento, hasta... ¿caballero? Sí, esa era la palabra exacta, era un galante caballero salido de algún cuento en un hermoso palacio de ensueño.

Aquí es mademoiselle –le abrió la puerta de la habitación de huéspedes no menos lujosa que el resto del palacio.

Muchas gracias –dijo la muchacha riendo del término que había utilizado el caballero.

Seiya fingía estar tranquilo pero la verdad era que buscaba cómo poder hablar con ella sin la posible interrupción de los demás, hasta ahora todo había sido cumplir con las obligaciones de scout y sintió que debía crear la oportunidad ya que no se daría así porque sí.

Serena –el muchacho le sujetó la mano antes de que la chica pudiera escapársele. Ella volteó para mirarlo- Me gustaría devolverte las atenciones que tuviste para conmigo mientras viví en tu casa como huésped. ¿Qué te parece si vamos a mi departamento y me permites que te agasaje con un desayuno preparado por mí?, ¿Qué dices eh?

Sailor Moon :Seiya, Serena y los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora