9. La página

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La clase de deportes me hacía perder levemente la paciencia.
No entiendo cómo algunas chicas tienen su dignidad en el subterráneo. Le gritaban, animaban y algunas hasta tenían intenciones de quitarse la ropa mirando a James y Max jugando al fútbol.

Ya habíamos terminado la sesión obligatoria, y los últimos minutos nos dejó libre.

— ¿Y si es gay, Maya? —Bella pregunta sin dejar de mirar a James.—
— No creo que lo sea, aparte...

¡Paf!

La pelota había llegado a mi cabeza y caí de la banca. Bella se acerca a mí preocupada mientras se formaba un círculo a mi alrededor.

— ¿Por qué no tienes más cuidado?

Max los aparta a todos, y para mi sorpresa me toma en brazos.

— Te llevaré a la enfermería.

Apenas puedo asentir, ya que me siento muy mareada. Sin querer, me acerco al cuello de Max y cierro mis ojos, creo que es el mejor aroma del mundo.

Cuando abro mis ojos, me doy cuenta que estoy en la camilla de la enfermería. Max está mirando la ventana.

— ¿Dónde está Bella? —Pregunto.—

El me observa y se acerca.

— Se fué a clases. La profesora me dio permiso para estar aquí contigo.
— No es necesario.
— No es como que yo lo hubiese pedido.
— Entonces vete.

Me molesta su actitud, pero él me mira a los ojos y me siento más débil de lo que me dejo el pelotazo.

— ¿Estás mareada?
— Ya no.

Me pongo de pie y él me observa. Al parecer da una pasada por mi cuerpo. Me doy cuenta que solo tengo la camiseta de deportes y el pantalón de buzo.

— Tenias algo verdaderamente lindo bajo ese abrigo.

Siento como se vuelven rojas mis mejillas y tomo mi abrigo con rapidez.

Ambos nos dirigimos a clase y trato de normalizar mi respiración. Ni siquiera le doy las gracias, no se las merece.

Bella me observaba de reojo, de vuelta a casa. Conocía muy bien esa mirada.

— Ok, solo dímelo Bella, ¿qué pasa?
— ¿De qué hablas? ¿Yo? Nada, nada.
— Solo dilo.
— Bueno, es que tengo mis dudas. Puede ser que este sugestionada con el tema, o no se...
— Bella, al grano.
— Tu no lo viste, pero Max estaba furioso.
— ¿Qué quieres decir?
— Qué cuando te golpearon, el vino muy rápido y los retó a todos. Te tomó en brazos y dijo que tuvieran más cuidado. Se veía muy enojado, creo que estaba molesto.
— No lo entiendo, ¿a qué vas?
— Pues, si alguien está tan interesado en tu cuidado...
— ¡Ay Bella! ¿Max? ¿Enserio? Es imposible, creo que me detesta.
— Bueno, tal vez solo está reprimiendo sus sentimientos.
— Puede ser que su temperamento sea así, pero no creo que yo tenga algo que ver.
— Bueno, entonces no tienes problema en ver su tobillo.
— ¡Vamos Bella!
— No lo sé, golpéalo en el pie, y tú le miras y adiós dudas.
— Pero...
— No creas que no he notado que te gusta su aroma. —Me quedo callada y miro al cielo.— Recuerda que eso es un signo.
— Está bien, pero enserio no creo que pueda ser el.

Los intentos para que Max mostrara su tobillo, no dieron resultado. Pero un día, observe que a Max le picaba el tobillo, pero no había rastro de alguna K.

— No tiene la K, Bella.
— Pero solo le viste un tobillo.
— Ok, esto es estupido, sería mejor preguntarle de forma directa.
— Si claro, ¿y quién lo hará? ¿Tú?

Hago una mueca, ya que es un caso perdido.

— Mejor olvidemos el tema.
— Si es mejor.

Aunque quisiera, no podía olvidar el tema.

El sábado me desperté temprano y decidí ir una vez más al bosque, pero esta vez sí me aseguraría de entrar aún más. Tomé el abrigo y Jhon salió atrás mío.

Camine mucho más allá del riachuelo y el bosque parecía estar en completo silencio. Quien sea las criaturas al parecer no madrugan.

Los árboles empezaban a ser más espaciosos, y hacia todos los lados. Estoy segura de que nunca había llegado hasta este punto. Los árboles eran diferentes, mucho más frondosos, fácilmente podían tener una casa oculta arriba.

Jhon ladra y yo sigo su mirada. A través de los árboles, se podía ver un hilo de humo. Creo que he pillado algo.

No alcanzo a dar un paso, cuando escucho como si alguien cayera del árbol.

— ¿Dónde crees que vas?

Me volteo y no lo puedo creer. Con que Max si era sospechoso.

— ¿Tú qué haces aquí? —Pregunto sorprendida.—
— Te podría hacer la misma pregunta.
— Yo te lo pregunté primero.
— ¿Ya y?

Max se acerca a mi y me voltea el cuerpo en dirección a casa.

— Vete.
— No.
— Maya, ve a casa.
— Claro, y te haré caso rápidamente. ¿Qué haces aquí? Nunca te he visto en el bosque.
— Ese no es tu problema.
— Entonces no te hará algún problema en que siga caminando.
— ¿Qué quieres? Averiguar algo quizás...
— Ese no es tu problema.
— Claro que lo es, este no es tu lugar.
— Ah, ¿y el tuyo si?
— Sí, lo es.

Me callo, debido a la sorpresa. Eso quiere decir...

— Maya ve a casa.
— ¿Vives aquí? Ósea...
— Ok, tú lo pediste.

Y luego de eso, todo se volvió negro.

Cuando despierto, estoy en mi habitación. Ok, esto ha ido más lejos.

Observo por la ventana y todo está igual de tranquilo. Bajo al primer piso y mi madre me sonríe.

— Despertaste dormilona.
— ¿Dónde está Jhon?
— No lo sé, afuera, no lo he visto.

Salgo al patio, pero no hay señales de mi perro. Ok, si alguien le hizo algo a mi perro...

Escucho un ladrido y sonrío. Es Jhon y trae algo en su boca. Me arrodillo y le quito lo que parece un papel.

Mi corazón da un vuelco al ver lo que pienso que es.

Es una hoja, parece sacada de un libro, solo que está acompañada con unas letras escritas a mano.

"Supongo que esto buscabas"

Uhhhhhhhhh les acabo de dejar dos capítulos, ya que saldré de vacaciones y volveré el lunes :)! Espero muchos más votos y comentarios, díganle a todo el mundo que escribo jajaja, un abrazote gigante <3

Pd: Max en mi mente es tan seeeeeexy, espero que en la suya también 😏😏

Keeper. (Sueño)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora