Keeper. (Sueño)

7. ¡Feliz cumpleaños Bella!

Me doy vuelta y veo a Daniel sonriéndome.

— Hola. —Digo nerviosa.—
— ¿Bailamos?
— Eh, claro.

Nunca me he considerado una buena bailarina, pero viendo a mi alrededor, creo que nadie lo es.
Entro en confianza al ver que todo el mundo baila sin algún ritmo preciso, solo disfrutan de la música.

Daniel me da vueltas y luego toma mis manos guiándome. Lo disfruto y luego recuerdo que hay que cantarle feliz cumpleaños a Bella.

— ¡Espérame!

Me alejo de las personas que bailaban y apago la música. Todos miran sin entender y luego las velas de la torta se prenden. La madre de Bella empieza a cantar y luego todos la siguen a coro.

Bella sonríe y se acerca.

— Los deseos hija.

Bella sonríe y yo sé muy bien de que pueden tratar los deseos. Mi amiga sopla las velas y todos aplauden. La madre de Bella vuelve a prender la música y empieza a dejar trozos de torta en una mesa.

Yo la felicito y la abrazo por mucho tiempo. Luego le golpeo el trasero y le indico que vaya donde James.

Yo vuelvo a bailar con Daniel, pero no por mucho tiempo.

Una luz entra por la ventana, pero al parecer nadie aparte de mí lo nota. Miro a mi alrededor esperando que fuera algo de la casa, pero observo que proviene de la ventana.

Extrañamente las cosas fantásticas están llamando mucho mi atención últimamente.

— Daniel, tengo que ir al baño. —Le hablo al oído.—
— ¡Claro! Ve.

Yo me alejo y cojo rápidamente mi abrigo que está en una sala contigua a donde están todos.

Salgo al patio delantero y miro a través de los árboles. Una pequeña luz proviene venir del centro del bosque y mi curiosidad está al límite.

Bajo de la terraza y me acerco a los primeros árboles. Una voz me toma por sorpresa y me volteo.

— No entres ahí.

Max estaba junto a la puerta, con una casaca y una bufanda oscura que resaltaba su rostro. El maldito era apuesto.

— No iba a entrar a ninguna parte.
— Si claro, y tus pasos se dirigían al bosque de forma inerte entonces. —Dice mientras baja y se acerca a mi.—
— No es tu problema.
— El bosque es peligroso.
— Jamás me ha pasado algo malo ahí dentro.
— Eso es solo porque tienes a alguien cuidándote. —Me dice de forma seria y molesta.—

Lo miro sin entender una palabra y luego el mira atrás mío.

— Deberías entrar y volver a bailar con tu noviecito.

Lo miro con todo el odio posible y me voy sin decirle una palabra.

Ya adentro, vuelvo a buscar a Daniel. Trato de divertirme con el, pero no puedo. Un sentimiento muy molesto está dentro de mi.

Observo como James no para de bailar junto a Bella y yo subo a su habitación.
Arriba está todo más calmado, me siento en la cama de Bella y doy una mirada a la ventana.

— El bosque guarda secretos. —Susurro.—

Siento pasos y Daniel me encuentra.

— ¿Qué haces aquí sola?
— Solo quería descansar un poco.
— ¿Puedo hacerte compañía?
— Claro. —Sonrío.—

Daniel se sienta a mi lado y ambos miramos el suelo.

— Te ves pensativa, ¿pasa algo?
— Nada especial.
— Maya, ¿te gustaría salir?
— ¿Afuera? Está un poco helado el clima.
— No. —Daniel se ríe.— Me refiero a salir... Ya sabes, algún día de estos después del colegio.
— Ah.