Capítulo 10

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SEGUNDA PARTE

LA REBELIÓN






Alex






Me encuentro escuchando las risas y burlas del presidente, escuchando que se burla de nosotros, aprieto los puños y le grito todas las maldiciones posibles pero sigue riéndose con sus colegas, doy un grito de desesperación y en ese momento todo estalla. Me despierto con el corazón acelerado y con dolor en la pierna, un lobo me mordió y quiere devorarme, suelto patadas y me levanto lo más rápido posible para correr lejos de aquí. Veo que no está solo, otros dos lo acompañan, aviento la última bolsita de carne para distraerlos pero uno me ataca directamente, veo que la espada está lejos de mi alcance, entonces saco el cuchillo que me dió la chica, ¿cómo se llama? Amanda, creo que así se llama, y lo hundo dentro del animal, siento su sangre correr por mis manos y escucho el terrible aullido que suelta, lo hago a un lado y corro. Las piernas me duelen después de casi media hora, mis pulmones me queman, siento que en algún momento explotarán dentro de mí o terminaré sacándolos por completo, con todo y malestar sigo corriendo, llevo un día y medio haciendo pausas para comer, beber agua y dormir, los suplementos se me acabaron y ni tiempo me dio de comer las bayas que recolecté, mi cuerpo tiembla por los estragos del frio, la hiedra se vuelve menos densa, los primeros rayos del sol comienzan a aparecer y veo que el cielo se va tornando de azul, la oscuridad va desapareciendo, el temblor que sentí anoche me preocupó más, estoy seguro que no fue un temblor creado por la naturaleza sino una explosión, lo que me indica que las cosas están mal en alguna parte de la nación, bueno, aunque la verdad desde que entramos al Capitolio las cosas han empezado a estar mal, la escena sigue dándome vueltas en la cabeza, cuando llegamos al ducto que Lucas nos había indicado enganché una pinza para abrirla, tuve miedo al ver la muerte segura que me esperaría si daba un paso en falso, cuando logré entrar recorrí todo el ducto hasta encontrar una salida, llevé las pinzas conmigo y vaya que fueron de utilidad, cuando entré a la sala todo estaba oscuro y en silencio, Carl y Lucas mantenían el contacto conmigo y les daba detalles de lo que veía, una oficina de cristal en ese salón, Lucas me dió la indicación de poner dos de las cámaras a los lados, busqué piezas de metal o barandales para que los imanes pudieran adherirse sin problema, por suerte encontré dos almacenes de metal en donde colocarlos, el tercero lo coloque adentro de la oficina, y justo cuando lo hice escuche un timbre, lo que me espanto y corrí al panel a lado del escritorio y la pantalla en la pared, escuché pasos acercándose y me puse más nervioso, aunque Carl y Lucas insistían por el auricular que les explicara lo que sucedía en la oficina me esforcé por reprimir los respiros y jadeos, alguien entró y comenzó a hablar con algunas personas, escuché como le decían que hay tropas en movimiento, que la Nación del Sur ha comenzado a moverse, entonces el que estaba allí le llamó a alguien explicando y discutiendo lo que iban a hacer, se habló de enlazar una conversación con los líderes de la Nación pero no se tomó acción alguna, el hombre le exigió al otro que trajera al governador. El tiempo pasaba y escuché al sujeto lanzar maldiciones, salió de la oficina y le susurré a los chicos lo que pasaba y lo que escuché , Lucas dijo "trabajo en ello", no entendí en ese momento a lo que se refería, intenté salir a rastras pero escuché el sonido de una cuchara chocando con un vaso, el sujeto no se había ido lejos, la pantalla estaba encendida pero no se veía nada más que la leyenda "Conexión perdida" no podía salir de la oficina sin que el sujeto me viera, quizá era un guardia, pensé que si intentaba algo me dispararían y moriría, no tenía planes de que eso sucediera, entonces regresé detrás de la pared. El chico volvió y se quedó sentado, el tiempo pasó y el timbre sonó de nuevo, me di cuenta de que era el elevador, escuché más pasos, el hombre invitó a sentarse a los recién llegados y escuche al governador, era él en persona, comenzaron a hablar y cuando entendí sus oscuras intenciones todo me quedó claro, desde que había escuchado la discusión entre los hombres supe algo andaba mal, línea de fuego, movimiento de la Nación del Sur, ¿Por qué les preocupaba tanto los movimientos de la Nación del Sur? La respuesta era sencilla, nunca hubo ningún tratado, nunca hubo ninguna promesa de un futuro mejor, la unión de las naciones no existió nunca, estaban por comenzar un ataque y provocar un guerra pero usarían a los Distritos como escudos, nadie nos había preparado para algo así, estaríamos indefensos y ellos gozarían de nuestra producción, la producción que desde hace mes y medio hemos incrementado a causa de nuestro esfuerzo y es mentira. La ira me consumió y actué sin pensar, solo me queda la satisfacción de que buena parte de la gente del Capitolio está muerta, nuestro ataque fue suficiente para mostrarles lo injustos que fueron al tomarnos el pelo. Bajo una colina y veo el claro al borde de nuestro poblado, veo el muro, llegué a la sección sur del Distrito trece.

Días Oscuros: El Comienzo de Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora