Coriolanus
Snow
He estado meneando la cuchara del té por varios minutos. La puerta suena y autorizo la entrada. Leen, mi combatiente político de las elecciones de hace dos años entra pausadamente. Me levanto para saludarlo e invitarlo a sentarse, él acepta de manera consternada. Le sirvo un poco de té e insisto en cuanto se niega. Da un pequeño sorbo y pone la tasa en la pequeña mesita frente a nosotros.
- Dime, ¿A qué debo el placer de tu llamado, jovencito?
- He escuchado algunos rumores sobre tu molestia acerca de mi triunfo en las elecciones de hace dos años. Yo no me ando con rodeos como mi padre así que quisiera que me expliques tus inconformidades.
- Pues lo que se dice puede ser cierto. Me parece extraño que el joven hijo de 23 años del presidente anterior se postulara y ganara las elecciones. Ser apuesto debió ayudar mucho pero no creo que tengas idea de cómo llevar un mejor control que tu padre sobre los distritos.
- ¿Qué le hace pensar que no puedo cargar con esta responsabilidad? – digo y le doy un sorbo a mi té.
- Usted es apenas un jovencito-.dice mientras toma de su taza de té-. Al igual que tu padre cuando asumió el poder. Su simpatía y responsabilidad le hizo ganar al público en la ciudad y por eso se mantuvo en el gobierno en las elecciones de cada cinco años. A diferencia de él, he notado cierta hipocresía en tu manera de actuar y dudo que vuelvan a reelegirte. Yo creo fervientemente que el poder solo lo pueden conservar la gente madura y sabia...
- Como usted, me imagino -. Lo interrumpo, arqueando las cejas.
- Sí, exacto.
Concluye y bebe de su tasa sin quitarme la vista de encima. Las cartas están sobre la mesa y me he tomado muy personal el tema de los juegos. Se necesita ser inteligente para planear cualquier movimiento y asegurar tu victoria.
- Supongo que volverás a postularte dentro de tres años.
- Sí. Lo haré.
- Y ¿cómo piensas gobernar si llegaras a ganar?
- Diferente. Sin represiones, sin miedo. Quizá los Cuadragésimos Juegos del Hambre sean los últimos.
Su propuesta me hace abrir los ojos. Sin embargo me esfuerzo por no mostrar mi sorpresa y mi enojo. No pueden cancelarse los Juegos del Hambre. No podemos invalidar el Tratado de la Traición ahora que los Distritos ya han aceptado el castigo impuesto por los Días Oscuros. No podemos flanquear en ningún momento, el miedo los ha reprimido y han aceptado seguir trabajando con las limitaciones de la comida y las atenciones. Esta es la clase de peligro que mi abuelo Alberth Cavally me platicó hace siete años antes de su muerte. En realidad no es mi abuelo biológico pero lo quise como tal. Él me dijo que yo debería asumir el cargo de mi padre a como diera lugar y que eliminaría cualquier amenaza a nuestro sistema actual. "Nunca permitas que te vean sangrar" me dijo, "Lucha por lo que mereces y por lo que quieres".
Me acabo el té y pongo la taza en la mesa nuevamente.
- ¿Sabe? Es muy interesante considerar una propuesta similar a esa. Sin embargo yo planeo reforzar nuestro estado actual. Sería interesante verlo realizar sus planes. Será un contrincante fuerte para las próximas elecciones.
- Gracias por el cumplido y tenga por seguro que trabajaremos para obtener el gobierno -. Dice alzando su taza y bebiendo el resto de su té -. ¿Hay alguna otra cosa que deseas saber? -. Pregunta terminando su bebida.
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Días Oscuros: El Comienzo de Los Juegos del Hambre
Fiksi Remaja"A veces para entender cómo terminan las cosas, primero hay que saber cómo empiezan" Alex, un joven trabajador de las minas de grafito del Distrito 13, en compañía de su vecino Lucas, descubre un importante mundo subterráneo debajo de su pueblo y po...