Capítulo 19

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TERCERA PARTE

EL TRATADO







Alberth

Cavally




Me aferro al borde del asiento con mi mano izquierda mientras me como las uñas de la mano derecha. Puedo sentir el rose de mis dientes en el cuero de mis dedos que me indica que ya no hay mas uñas que morder, me las estoy acabando pero no puedo dejar de hacerlo.

- ¡Están llegando! – confirma la chica que me ha estado dando informes sobre las misiones desde hace tiempo atrás.

Nuestros guardianes avanzan en la oscuridad de los almacenes de provisiones del distrito 8, comunicándose entre ellos con radios de largo alcance. Preparan sus armas mientras se dirigen a un cuarto de mantenimiento. Escuchamos las respiraciones agitadas de los guardianes dentro de la edificación pero solo podemos ver desde la cámara que lleva el convoy, en las afueras. De repente escuchamos el forzar de la puerta; un golpe fuerte y hueco, como si la hubieran pateado para abrirla. Espero el comenzar de la lluvia de balas que indique un enfrentamiento inminente con los rebeldes que han sido descubiertos organizándose secretamente pero, silencio es lo único que hay, más allá de las respiraciones del escuadrón.

- No hay nada... no están aquí – Confirma el guardián encargado del equipo.

Doy un salto en mi asiento al escuchar las detonaciones al interior. Los gritos de desesperación se escuchan por la sala y después, el estruendo de cimientos llega silenciando a todas aquellas voces que se escuchaban hace unos segundos. Los dos guardianes que se mantenían dentro del convoy salen en busca de sus compañeros con armas arriba pero al momento de ingresar otra explosión surge de la nada haciéndolos volar en pedazos incongruentes de carne. Me quedo helado viendo los miembros volando en el aire una y otra vez. Es hasta que la chica reporta la baja total de nuestro escuadrón cuando salgo del estruendo de imágenes que pasan por mi mente. La sensación de vacío desaparece llenándose de ira y frustración. Doy un golpe con la palma sobre el escritorio, llamando la atención de algunos presentes. Me levanto y me voy a mi oficina sin pedir permiso ¿por qué lo haría? quiero estar solo para meditar los acontecimientos de las últimas seis semanas. Los rebeldes disminuyeron sus ataques y por un momento llegué a pensar que comenzaba a extinguirse la llama que encendieron en la nación pero solo se reagrupaban, los charlajos notificaron siete intentos de toma de puntos de producción. En todas y en cada una había un punto de reunión y nos limitamos a llegar antes para sorprenderlos pero ¿cuál fue la sorpresa? Al llegar no había nadie y sorpresivamente los ataques nos agarraron desprevenidos. Hemos tenido bajas considerables, algo que hacía tiempo que no sucedía. Esta última misión de captura me ha dejado perturbado, ¿Cómo se han percatado de nuestra presencia? ¿Habrá vigilantes en los puntos de reunión que dieron aviso de nuestra anticipada llegada? Pero ya son siete ataques sorpresas, ¡siete!, han destruidos parte de los puntos de producción y mediante saqueo han recuperado parte del material para la reproducción de materia. Cobijas, ropa, almacenes de granos y enlatados. No es ni la cuarta parte de lo que resguardamos aquí en el Capitolio pero es suficiente para alimentar a cada poblado. Pienso en las provisiones, que aunque es más de lo que esperábamos no durará mucho ¿Qué haremos para reproducir nuevos alimentos y abastecer a nuestra ciudad? La tecnología nos ayuda pero no contamos con un ambiente natural que beneficie a una producción de tal magnitud. Los calores son extremos y los fríos, ni se digan. Necesitamos recuperar a los distritos, necesitamos recuperar la confianza que tenían en nosotros pero ¿Cómo? Ya se han recuperado las líneas de comunicación en la mitad de los distritos. Los técnicos; quienes trabajan arduamente decodificando y apagando la transmisión de la grabación en las pantallas de los distritos, han confirmado la procedencia del ataque a las ondas, me lo imaginaba y ahora lo confirmo: el distrito 13 desea tomar las riendas del gobierno en Panem. Pero me extraña que después de su fallido ataque a nuestra ciudad no se hayan molestado en seguir insistiendo, quizá temen quedarse sin armamento de batalla pero dudo que sean tan tontos para creer que nuestras fuerzas son ilimitadas. Tarde o temprano los recursos se acabarán en cualquiera de los dos lados y ¿qué haremos entonces? Solo me queda una opción, una opción que puede ser contraproducente pero necesaria.

Días Oscuros: El Comienzo de Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora