Hueco En Mi Alma

los tormentos de obi wan

Tatooine

En aquel planeta desertico, mucha calor y muchas corrupciones por el cual se debia su fama por toda la galaxia por ser desapercibida por cualquier gobierno y cualquier juridicción. Pequeño, tal vez si pero las cosas que se manejaba en aquel diminuto planeta eran indescriptible. Tal vez por eso fue a refugiarse ahí obi wan kenobi. Como si fuera un maleante, una escoria de la sociedad. No lo era, eso si. Pero ahora ya era considerado uno. Solo basto un dos años desde la formación del imperio, para que el emperador infundiera temor en todo el universo, alegando sus acciones que los jedis se revelarian contra la republica por el control del poder absoluto y afirmando que la republica era un sistema debil y que solo enriquesian sus bolsillos como parasitos. Dos años desde que ese maldito entro al templo jedi, asesinando a todos.

-malditos!- dijo obi wan entre dientes mientras cerraba sus ojos y puños ante la situación en la que se encontraba. Simplemente no debia sentir ira. Ya que un jedi no deberia tener esos sentimientos en su corazón, pero era inevitable sentir odio a seres tan despreciables que tenian su corazón lleno de maldad.

Salio de sus pensamientos, cuando el dispositivo de comunicación sonada incensatemente. Reconocio la llamada y contesto.

-Sucedio algo?

-Negativo, son buenas noticias. Tenemos mas personas reclutadas para nuestro movimiento. Respondio su interlocutor.

-nadie esta cerca?. Podria ser peligroso si te escucha alguien.

-lo dudo obi wan, solo esta conmigo la senadora amidala. Quien esta al tanto.

-dale mis saludos Virrey Organa, que no podemos hablar mucho tiempo.

Dicho esto colgo rapido obi wan, era muy peligroso que alguien se enterara del movimiento rebelde. Todavia eran pocos para acabar con el imperio. Solo eran el Virrey de Alderaan Bail Organa, la Senadora de Naboo Padme amidala, el maestro Yoda y varios grupo de rebeldes quienes lo conformaban personas que se oponian al imperio y deseaban acabar con el, tal vez no eran parte de la politica o jedis. Eran civiles con un empleo, con familia, pero con una meta en común...que reine la paz en la galaxia.

No había hablado con la senadora de Naboo desde hace una semana. Desde que el emperado pidio su presencia para una reunion. Eso lo mantenia inquieto, no era posible que se hubiera enterado del movimiento. Pero no sabia con que propositos la habria citado, sin embargo que estuviera con Organa en Alderan sana y salvo. Aliviavan su conciencia. Alivio.
Que gracioso, no conocia esa palabra desde hace mucho tiempo. Mas tiempo su mente estuvo mortificada desde aquel suceso el templo jedi. Su mente no encontraba paz desde hace 12 años. Doce años de agonia, preocupación, culpa. Nunca hubo un día que no pensara en Anakyn Skywalker. A quien conocio aquí, en tatooine. Tal vez al principio lo vio como un estorbo. Pero con el escaso tiempo que tuvieron, conocio aún niño valiente, inteligente, alguien quien tenia potencial como jedi y no solo por sus habilidades como piloto y a construir naves o droides. Alguien quien con el tiempo se hubiera convertido en el elegido. Pero no. Desaparecio. No habia ningún rastro de él, como si le hubiese tragado la tierra. No habia su firma en la fuerza y eso era mas que sufic iente para saber que ahora esta con la fuerza...PERO NOO! ESO ES LO QUE HABÍA DICHO EL CONSEJO JEDI!. PERO EL NUNCA CREYO, SIGUIO BUSCANDO, SIGUIO Y SIGUIO, PERO YA LAS ESPERANZAS SE DESVANECIAN CON EL TIEMPO. Simplemente era ilogico, ilogico. Hasta incluso estupido. Como una persona puede desaparecer de la nada? Y nada mas?. Anakyn deberia estar en alguna parte del universo. Pero en algo tenia razón el consejo jedi. Su firma no se encontraba latiente en la fuerza. Y con eso mataba toda esperanza.

-Oh anakyn!- fue lo unico que pudo decir mientras miraba el cielo, antes de caer sobre sus rodillas, desplomandose en un profundo llanto.