Twitter.→Rocky Lynch.

×Capitulo 18.×

Emma.

Con mi mano aún sobre la de Rocky, lo miré a los ojos. Pude ver claramente cuán consumido por la pena y el dolor estaba. Se me hizo un nudo en la garganta. Sé que el estaba sufriendo y odiaba eso. Odiaba verlo sufrir y no poder hacer nada, sólo porque, si nos comparabamos en rangos... Yo estaba -18494 de él.
Al verlo así, rogándome por favor que no lo deje entrar en su mente porque le haría mal, sólo me levanté de mi asiento sin soltar su mano y me paré a su lado. El no levantó la vista para mirarme, nosé que pensamiento habrá pasado por su cabeza, pero estuvo de lo más sorprendido cuando lo rodeé con mis brazos. Lo aferré por la espalda y apoyé mi cara en su hombro. Traté de transmitirle todo mi amor y mi apoyo, era como siempre había soñado. Era como estar en casa. Era mi ídolo.
El suspiró como si hubiera esperado esto mucho tiempo y envolvió mi mano con la suya.

-Gracias-. Dijo en un susurro que casi pensé que lo había imaginado.

Lentamente me separé de el, como si no quisiera hacerlo. Iba a volver a mi asiento pero el se puso de pie.

-Te.. Te dije que tenía poco tiempo.- tuvo que bajar sólo un poco la mirada. Yo no tenía tan baja estatura.

Asentí, sabiendo que el se iría y probablemente nunca lo volvería a ver, rodeé su cintura con mis brazos y escondí mi cara en su cuello. Quería llorar, tenía mis lágrimas en los bordes de mis ojos. Él me devolvió el abrazo. El calor de sus brazos por ensima de mi espalda fue genial. El susurró:

-Tranquila... Nos volveremos a ver-.

Me separé un poco, una gran sonrisa estaba apareciendo en mi rostro.

-¿Qué? ¿Enserio?-.

Asintió sonriendo.

-No llores-.

Automáticamente pasé mi mano por mi mejilla y la encontré media húmeda. Uhm. Me separé de el y asentí.

-Entonces... Espero verte algún día. ¿No?- me paré frente a el.

-Seguro-. Me aseguró con una sonrisa.-Nos vemos, em.-Se agachó y me saludó con un beso en la mejilla y se fue. Me quedé quieta, no muy segura de poder moverme. Lo vi cruzar sin mirar atrás, subirse a su auto, saludar por la ventana e irse.
Mi corazón palpitaba fuerte, estaba segura que no lo vería más. La vida no era así de fácil para permitirte ver a tu ídolo siempre.
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