Chico McLaren

Mónaco, Taxis, y Modelos

Llegamos al principado de Mónaco; un ambiente increíble, exclusividad por todos lados, celebridades, día de medios; entrevistas y temáticas.

TAG-Heuer, mi marca favorita de relojes patrocina a McLaren; cuando llegué al box me topé con una bellísima sorpresa. Una celebridad de TAG estaba ahí, dos de las mujeres más bellas del mundo estaban en el box, una de ellas dentro de mi auto.

Me acerqué a mi auto, y dije:

—Buenos días, señorita Delevingne, ¿Qué la trajo hoy a Mónaco?

—Campeón! —dijo saliendo del auto

Me saludó y abrazó; Cara Delevingne es una chica hermosísima, las cejas son su mayor atractivo, bueno al menos para mí, cuando dicen celebridad te imaginas a una mujer "Princesa" súper delicada y con el ego de 10 metros, ella no, ella es como yo, se ríe, no le importa hacer caras y gestos, nos hicimos varias selfies, hablamos mucho; yo pensaba en algo, algo que sabía que me traería una multa o sanción pero, mi motivación era mayor.

—¿Te gustaría dar un paseo en este bebé?

—Me encantaría pero no podemos, sólo hay un asiento

—¿Conoces la historia del taxi F1?

—No, cuéntamela

—Bueno la más reciente hace cuatro años en Singapur, Mark Webber de Red Bull salió en la curva 7 caminando por avería al final de la carrera haciendo señas de parar un taxi, Fernando Alonso en ese entonces de Ferrari se detuvo, y Mark se subió en un costado del auto, les dieron amonestaciones verbales, pero qué más da, ¿Lo intentamos?, es jueves no hay nadie en pista y podemos usarla.

—Me agrada la idea hagámoslo— brincó y me dio cinco

Me subí al auto sin casco, pero si con el traje para evitar sanciones mayores, encendí el motor y ella se puso en un costado, llevaba un traje rosa con negro y unos lentes de sol, metió un pie en el cockpit entre mis piernas y el otro en la toma de aire, saqué el auto despacio, no iría a más de cien. Tan sólo me puse el radio para escuchar cualquier cosa.

Salí del pitlane, no pasaba de 60 no la arriesgaría para nada, saludábamos a los asistentes, yo estaba como niño, conduciendo como si fuera un auto que compras en cualquier agencia, por el espejo veía a Cara que también estaba fascinada, como era de esperarse Fran me dijo por la radio.

—Los de FIA están cabreadísimos

—Qué más da, hoy no hay nadie— contesté sin preocupaciones

—Yo creo igual, pero están cabreadísimos porque ninguno está usando casco, no por sacar el auto, Ron no está enojado, dice que sólo será una reprimenda verbal

—No importa, vale la pena, ¿Verdad Cara?

—Totalmente, es fascinante ¡Quiero uno!

—Ok chicos, vuelvan ya

Cuando estaba metiendo el auto vi a Jean Todt, presidente de la FIA (Federación Internacional del Automovilismo), sabía a qué venía; bajamos del auto y le dije a Cara que me esperara un poco. Jean Todt me llamó y fui con él.

—Señor Jiménez, ¿Sabe lo que acaba de hacer?

—Sí señor, conducir como cada Gran Premio

—No juegue, sabe a lo que me refiero, no está mal que haya conducido hoy, en Mónaco no somos tan estrictos, lo malo es que condujo sin casco

—Lo siento señor Todt, creí que podríamos hacerlo

—Sí puedes Marcelo, pero no debes, te lo pasaré esta vez, pero que no se repita

—Gracias Jean, no se repetirá

Salió del box y se dirigió a la oficina de comisarios, volví con Cara y le dije:

—Y bien... ¿Le gustó el paseo?

—Me encantó, el mejor de mi vida

—Me alegra muchísimo, cuando quieras ven a visitarnos a Woking, o algún día quedamos y nos vemos tú y yo.

—Sí me encantaría

Se volvió a subir al auto para unas fotos publicitarias, cuando salió, se despidió de mí y me besó, así como si nada, Marijó se quedó mirando solamente, yo no me lo esperaba y pues aprovecharon para hacer fotos.

—Hasta luego, campeón

Atónito le dije, —Nos vemos Cara— ups! Esto será un problema con Marijó...