Dos Mundos

Te ayudare

Resopló con tranquilidad mientras se levantaba.

Estiro su brazo para alcanzar el teléfono y así poder comprobar que cierta persona aún no se había preocupado por ella. Pero de todas formas coloco su sonrisa más tranquilizadora.

Salió de su cuarto tras arreglarse y no dudo en darles los buenos días a sus hermanos.

-Buenos días. –Le sonrió y se sirvió los cereales que le esperaban.

-Miranee, ¿dormiste bien?

-Sí, como siempre. –Acarició el pelo de su hermana y vio como su hermano se sonrojaba ante su teléfono. –EL amor es el amor ee. –Le susurro a su hermana y esta asintió mientras le tiraba un trozo de cereal.

-Ey Lissana, no molestes. –Dijo devolviendo el tiro.

-Pues céntrate en la vida, pobre Evergreen, estará cansada de tus "Te echo de menos" –Y esta vez volaban dos cereales más hacia el gran hermano.

-Cuando te pase lo comprenderás. –Empezaron a reír mientras se tiraban cosas.

-¿Me toca limpiar a mí hoy? –Sus dos hermanos sonrieron y asintieron. –Sabéis cuando un demonio devora el alma de la gente común.... –Acto seguido una sonrisa en Mirajane apareció.

-Sabes hermana, ya lo hago yo. Es cosa de hombres. –y tras un grito de hombría alzó sus brazos provocando risas a sus hermanas.

-Como os domino ee. –Guiño un ojo y cogió sus cosas. –Me voy, recoger todo y tened cuidado cuando os encaminéis en iros.

Recorrió las calles hasta su típico lugar de encuentro con la que sería su mejor amiga, aunque últimamente Mirajane la veía que estaba cambiando y sus resultados en saber quién era el conflicto entre ellas se resolvía en cuanto recordaba a cierto.... ¿gamberro?

"Espero que se dé cuenta que le está comiendo la cabeza" Bufo al recordar como su amiga le miraba. "No te olvides de mí..." Cerró los ojos intentando recordar cuándo fue la última vez que vio a Erza sonreír de esa forma, de la forma en la que le sonreía a él.

-Buenos días. –Abrió los ojos y se encontró con esa sonrisa.

-Vaya, que feliz estás hoy, ¿no? –De alguna forma tenía que agradecer que Erza aún sonriera después de la muerte de sus padres.

-Sí, solo diré que tuve un buen despertar. –Y sonrió de lado. -¿vamos?

-Vaya, vaya... -Cierta curiosidad apareció en la mirada de Mirajane. - ¿y eso?

-Creo que hoy será un buen día.

-Me gusta verte así de optimista. –Ambas se sonrieron de la mejor forma. –Por cierto, ¿vendrás hoy? -Y en cuanto saco la pelirroja su sonrisa se dio cuenta. –Hoy vamos a mi casa a estudiar... Como siempre.... vendrás, ¿no?

-Sí, claro. –Sonrió de lado al ver como Erza intentaba ocultar su despiste.

-Enserio, ¿no te acordabas?

-Perdón, estoy algo atareada. –Se colocó bien el flequillo.

-Solo tienes un problema dentro de tu vida. –Volvieron a mirarse.

-Pues no le veo como tal, de momento Jellal me está ayudando. –Mirajane sonrió.

-En ningún momento lo he nombrado a él, si lo ves como un problema es cosa tuya. –Erza empezaba a tener un poco de molestia y sin duda Mirajane lo empezaba a notar. –Tranquila, solo dame tiempo para que vea a la nueva Erza. –Entonces el contacto visual se rompió.