Promesa

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Una vez solucionado mi malestar por mi envidia y egoísmo hacia Taemin, volvimos a ser amigos. Él me platicó que constantemente sufría burlas en la escuela debido a su aspecto, aveces cuando somos niños no medimos nuestras palabras y éste era el caso.
Se burlaban de él diciéndole niña, qué debería hacer cosas de mujeres y que usará vestidos, saber que eso mismo era lo que me había llamado la atención cuando lo conocí, su aspecto, después de saber esto me dejaba un mal sabor de boca. Saber que para él era incómodo o desagradable su físico resultaba frustrante ya qué para mi eso era su singularidad, su sello y por su puesto parte de su encanto.

Después de ese suceso todo regreso a la normalidad y volvimos a ser inseparables, hacíamos todo juntos, tareas, trabajos, juegos, comidas, todo.
Taemin había ido a quedarse a mi casa muchas veces, le gustaba mucho jugar en mi jardín y meternos a la alberca. Afortunadamente ninguna de las veces habían estado mis padres, pero era algo que tarde o temprano iba a pasar, tener que presentarlos, pero siempre rezaba porque eso no sucediera aún y tampoco en un futuro próximo. No por Taemin, sino por temor a que mis padres no lo vieran del mismo modo que yo lo percibo.
Cada día nos hacíamos más cercanos, nos conocíamos completamente y sabíamos cuando él otro estaba bien o mal. Comenzaba a tenerle más cariño y él a mí, siempre me dedicaba sus sonrisas hermosas y cautivadoras.
Un día como todos llegué a la escuela y me senté en mi lugar, estaba esperando la llegada de mi amigo pero está nunca sucedió, sonó la campana de inicio de clases y Taemin no había entrado por la puerta. Ciertamente me preocupé, desde que lo conozco no había faltado a clases, así que creí que podría estar enfermo.
Trataré de tranquilizarme y pensar de forma positiva, él siempre está con su mamá y seguramente ella lo iba a cuidar bien, mañana volvería a clases. Al día siguiente tampoco fue a clases, estaba comenzando a impacientarme ya qué quería saber cómo estaba, pero no tenía forma de saberlo.
Pensé en ir a su casa después de clases, pero lo descarté por temor a incomodar.
Era viernes y Taemin no había venido en toda la semana, me sentí triste y tenía pensamientos intrusivos, sentía que Taemin me había abandonado, qué no era lo suficientemente bueno para mantenerlo a mi lado, qe él fácilmente encontraría otro amigo mejor que yo y que al hacerlo se iría con él. Pensamientos como esos, demasiado exagerados y fatalistas estaban dentro de mi cabeza, sonó la campana de inicio de clases y me sacó de mis pensamientos, fue cuando vi la larga cabellera de mi amigo.
Estaba parado en la entrada del salón de clases cuando nuestras miradas se encontraron, reconocí en su mirada tristeza y dolor. Me levante de mi asiento caminé hacia él, me miró de nuevo y sabía que rompería en llanto.
Salimos del edificio escolar y nos sentamos junto al área de juegos, como era horario de clases solo estábamos nosotros dos. Nos sentamos y comenzó a llorar, nos abrazamos y traté de consolarlo.

Antes del receso me contó lo que había pasado, su padre, el señor Lee había muerto. Sabiendo la cercanía que su familia tenía, sabía el dolor que había dejado, hasta a mi me dolió.
EL señor Lee siempre era una persona amable, cariñosa y divertida, solía jugar con nosotros después de trabajar, pero ahora ya no estaba.
Fue un golpe duro para su familia y yo quería estar ahí para ellos, no planeaba alejarme.

Cada día me fui acercando aun más a Taemin y a su madre, poco a poco fueron superando su perdida y aunque aún dolia, se volvieron más fuertes y dejaron de sentirse tan tristes. Todos los días me quedaba en su casa, prácticamente vivía con ellos, solo volvía a mi casa algunos fines de semana por si mis padres volvían.
Así estuve viviendo días, meses, un año y más tiempo. Veía a mis padres una vez al mes si tenía suerte y me hacia más cercano a Taemin cada día, por lo que dejo de asustarme qué mis padres se enteraran de él, porque hasta ahora yo había mejorado en todo. Me volví el número uno de mi clase y de mi generación, en deportes y en clases, Taemin era el segundo de la clase, su madre era ama de casa, pero vivían del negocio que había dejado su padre, no eran tan ricos como mi familia, pero tampoco eran pobres, además de que me hacían mejor persona. Yo veía mi amistad con mi amigo más que perfecta, no había razón para tener que alejarme de él.

PARA SIEMPRE  《2min》(finalizada /en Revisión) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora