Capítulo II; "Do you understand?"

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Me había maquillado en el auto de mi hermana, de camino, Alice siempre me llevaba a la escuela desde que nos habíamos mudado a esta ciudad. Rápidamente, o eso creía yo, me delineé mis ojos con esa sombra negra que usualmente solía llevar y me mordí mi labio inferior logrando que se hinchara.

Estaba dirigiéndome a la sala del despacho del señor Bieber, llevaba mi mochila colgando de mi hombro derecho y suspire antes de tocar la puerta. Su voz indicó que entrara.

Allí vamos...

Cerré la puerta luego de haber entrado sin mirarle su rostro, me daba pavor algunas veces, y más cuando estábamos solos y en privado. "Bien, tranquila, no haz hecho nada malo." Repetía en mi mente. Y le miré a los ojos, casi me derrito al ver que su camisa tenía unos botones desabrochados y la corbata estando floja.

Oh, Dios.

-Siéntese señorita Walker. -Ordenó y sin torpeza lo hice, mi falda se subió un poco en mis muslos y crucé mis piernas. -Como sabrá la escuela me pide que me especialice con cada estudiante que tengo desde que ingresé a esta institución. -Dijo. -He cumplido y ahora que he visto su desempeño debo advertirle que es su turno.

Mi pulso se aceleró y traté de controlar mi respiración, él pareció darse cuenta y me puse aún más nerviosa.

- ¿A qué se refiere con eso? -Pregunté, acomodando mi postura en la silla.

-Que usted empezará a venir los martes y jueves después de clases a repasar física y matemáticas respectivamente.

Abrí la boca para protestar.

-Cierre la boca. -Ordenó. -En vista a que sus notas han bajado dos décimas me veo obligado a hacer esto. -Sonrió. Pero no era una verdadera, había algo de mal en aquella sonrisa. Ambos notamos como estaba apretando mis piernas, mi centro comenzaba a despertar. -Así que será una hora o dos dependiendo de como vayas en el horario normal.

-Esto no es justo. -Gruñí. Por un lado me encantaba la idea de estar más cerca de él. Pero por el otro tenía diecisiete y una vida social que hacer.

- ¿Hará un espectáculo con el director? -Se río amargamente y me miró con más malicia. -Sabe señorita Walker, el mismo le ha pedido a cada uno de los profesores que hagamos esto con sus alumnos, uno por uno, y ahora respete las leyes y... -Se acercó lo suficiente para que pudiera sentir su perfume delicioso y miró mis labios. -disfrute sus tardes de reforzamiento.

Mi lamí mis labios lentamente, joder, sentía que me moriría si no me tocaba en este momento.

- ¿Es todo, señor Bieber? -Pregunté haciendo mi voz más suave y pude escuchar un suspiro de sus labios.

-Una sola cosa más.. -Dijo y se alejó de mí. Dios, estaba sonrojada. -Sí me vuelve a rodear los ojos no querrá volver a hacerlo luego del castigo que voy a darle. ¿Entendido?

Y fue el colmo para mi cuerpo, una humedad se deslizó en mis bragas y éstas se empaparon. Mordí mi labio y podría jurar que el olor de mi humedad inundó la habitación. Me lo imaginaba en esas oscuras fantasías que mi mente tenía con él y sólo con él...

Mmh, castigándome. Dominante y sensual a la vez, oh por Dios. Justo como lo imaginaba.

Él sonrió una vez más. - ¿Entendido? -Repitió con una voz ronca.

-Sí, señor. -Dije con el hilo de voz que me quedaba.

**
Desde hacía un año que habíamos llegado aquí mis padres, mi hermana y yo, éramos una familia común sacando el hecho que mi padre era un médico especializado en traumatología y trabajaba lejos de casa, en Chicago. Así que nos veíamos por una semana cada fin de mes.

Mi madre en cambio, trabajaba administrando una cadena de restaurantes junto a otro par de personas. Decía que no quería ser una mantenida y le gustaría llevar una vida normal aún, nadie se oponía. Mi hermana estudiaba diseño en la universidad, yendo hacia el ultimo año y bueno, yo, en mi último año en la escuela.

Recuerdo la primera vez que me sentí atraída de aquella manera hacia un chico. Lo conocí, y en un mismo día sucedieron bastantes cosas de las que no me arrepiento. Fue la primera vez que sentí algo inimaginable, un dolor con la cantidad de placer justa, me encantó. Existió una tensión sexual de inmediato, lo pude sentir aunque sólo tenía catorce años, mi cuerpo actuaba de la misma manera que una bomba a punto de estallar.

Me había encantado la manera en que su lengua se había deslizado entre mi centro y sus dedos estirando por primera vez mi interior. Casi había perdido mi virginidad con él pero no pude, con un desconocido no me parecía lo correcto. Y al mudarse de ahí nunca lo he vuelto a ver hasta ahora.

Pero el sólo tenía diecisiete, y yo catorce, sólo sería una niña más en su lista y me pareció un comienzo adecuado, sin compromisos, ni penetración después de todo.

No me arrepentía, porque en ese momento aquel muchacho me abrió la puerta al peligroso y excitante mundo del sexo. Y lo único que quería era descubrir más, más y más.

Con el señor Bieber era muy distinto. Él hacía que las sensaciones de mi cuerpo fueran más fuertes, más naturales a la vez. Me parecía increíble la manera que tenía efecto en mi cuerpo.

Recordé la primera vez que tuvimos una conversación más bien privada. Hacía ya hace bastante tiempo, mis libros se habían caído y él fue quien se agachó a recogerlos para ayudarme, un cosquilleo había recorrido mi espalda al mirarlo por primera vez.

-Gracias. -Dije haciendo una pequeña sonrisa viendo esos ojos que me dejaban petrificada.

-Un placer. -Respondió con seriedad. Una electricidad me recorrió al sentir que su mano chocaba accidental contra la mía. -Creo que es la primera vez que la veo, me presento Justin Bieber. -Agarró mi mano estrechándola, pude sentir lo fuerte que era.

-___ Walker. -Estreche su mano tocando su cálida piel y aguantando las ganas de reír. -Estaba, estaba buscando la clase de física en el 3°MB.. -Suspiré. - ¿Sabe donde es?

-Señorita. -Dijo y lo miré a los ojos. -Yo estoy dando esa clase justo ahora. -Se río un momento y yo me ruboricé de la vergüenza, me estaba muriendo de por medio.

-Lo lamento. -Me disculpé. -No sabía que usted era...

-No se preocupe, es la primera estudiante desde hace muchos años. No tiene por que disculparse; acompañeme, va a conocer a sus nuevos compañeros.

Y la primera vez que me sentí atraída de sexualmente hacia él. Cuando sonó la alarma de incendio y salimos todos los cursos y salí por entremedio del baño quedando con el señor Bieber detrás de mí.

Pude sentir lo dotado que estaba por su parte delantera. Encima que las luces se habían apagado y dios, pude morder mi labio descaradamente y sintiendo como su miembro hacía una fricción deliciosa contra mis nalgas.

Y no evité pegarme más adrede, a la mierda, tenía puntos a mí favor y la excitación invadió mi cuerpo. Y sentí que se endurecía contra de mí y me encantó, hasta pude jurar que se posicionó mejor pero también pude imaginármelo entre tantos pensamientos en mi mente.

Y ese día, luego de llegar a casa con la lluvia y el corazón a mil; fue la primera vez que me toqué pensando en el señor Bieber, mi sexy profesor, con una actitud que me lograba sacar de mi propio quicio.

Mister BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora