Deslizó un dedo por encima de mi ropa interior y jadeé. Sonrió satisfecho al notar lo mojado que estaba ahí abajo.
Las manos del Señor Bieber eran grandes y masculinas, trabajadas. Tenía unos dedos gruesos, unas tres veces más grandes que los míos. Imaginar que metería aquello en mi interior me hizo tener un delicioso escalofrío.
Un bocinazo interrumpió el momento así que nos asustamos, habían avanzado aún más allí adelante, dejando una gran distancia entre el auto del señor Bieber.
Me acomodé mejor y él comenzó en marcha de nuevo. Aún así, quedaba tiempo para llegar, no era que demoraríamos unos quince minutos, para nada.
Iba serio pero con una linda cosa levantada entre su pantalón. Sonreí y quite el cabello, tirándomelo hacia atrás. Comencé a sobar su pantalón de nuevo y sabía perfectamente que sucedería.
-Eres tan mala. -Dijo con perversidad mientras le desabrochaba el cinturón. Se sacó el miembro y quedé asombrada por como era.
Era grande y grueso, estaba caliente, venoso, con buen color y con la cabeza un tanto húmeda por los propios fluidos.
Podrá sonar tan de zorra, pero, mis ganas de hacerle esto al señor Bieber eran increíbles. Cada vez que levantaba mi vista para mirarlo, imaginaba cómo se vería si estuviera de rodillas.
Saque mi lengua y lamí la punta de su pene con inocencia, imaginaba que era una simple paleta. Pude escuchar un primer suspiro y le di circulitos probándole el sabor salado. Cuando la pude llenar más de mi propia saliva, me la metí en mi boca.
No podría describir la sensación que era complacer al hombre de mis fantasías.
-Chupa la polla de Papá. -Escuché que dijo. Me la saqué de la boquita para tomar aire. Le eche un ojo y tenía una expresión de súplica, pero al volver a hacerlo podía ver cómo disfrutaba de mi boca. -Uh nena, lo haces muy bien.
Siguió manejando hasta cierto lado donde puso la intermitente y tiró de mi pelo para que fuese más profundo y rápido. Cuando me ahogaba un poco sabía que debía parar y dejaba que respirara, para luego seguir.
- ¿Te gusta Papi? -Pregunté inocentemente masturbándolo.
-Adoro tu boca. -Gimió con gusto. Ay, podría tener esta imagen toda mi vida en la cabeza. -Chupas tan bien, y tu lengua, con esa perforación, hace que enloquezca.
Satisfecha seguí haciendo mi trabajo. Escuche que empezó a gemir más y más, aquello me avivó a seguir mamándole la polla y de repente, sentí como empezaba a temblar.
Trató de alejarme, pero no se lo permito así que chupe con fuerza su glande.
-Oh ___, me voy a venir si sigues. -Gimió con más fuerza. No paré, hasta que me quitó a la fuerza. Me besó y su lengua atacó a la mía. Se siguió masturbando y gimiendo contra mi boca.
Cuando terminó de bajar de la nube del cielo dejó mis labios y le eché un ojo a una parte del auto que tenía mucha de su carga. No le importó, porque siguió besándome toda.
-Quiero follarte de todas las maneras posibles, amarrarte y darte sin piedad, vendarte los ojos, hacer que te vengas hasta que me ruegues parar. -Gruñó fuerte. - ¿Te gustaría que te la pusiera todos los días? ¿Que te rompa con cada embestida de mi enfurecida polla?
Cuando quitó las manos de donde estaban y buscó mover mi ropa interior, para meter un dedo dentro. Gemí con fuerza.
-Claro que te gustaría. -Gruñó. -Eres una zorra con una cara de ángel. Podría convertirte en mi ninfómana personal.
Siguió hablando para mover sus dedos brutamente. Metió otro y un espasmo del dolor me recorrió. Dolía y me encantaba. Tenía unos dedos gruesos, y sonaba delicioso cuando entraban y salían de mi apretado coño.
-Eres virgen, aprietas tanto.. Como disfrutaré cuando meta mi polla aquí. -Gemí con eso. Empezaron mis espasmos y me agarré de su cuerpo. -Vamos pequeña zorra, dámelo, dámelo todo. -Más y más.
-¡Papi, papi, papi! -Grité en su oído, y eso lo avivó aún más. Empecé a subir al cielo y sentía que nunca bajaría.
Cuando mi orgasmo terminó, quedé jadeando en la boca del señor Bieber. Me vi en el paraíso, haciendo cositas con el hombre más sexy del planeta.
**
Al llegar a casa lo primero que hice fue entrar a la ducha y estar un largo tiempo dándome un baño. Había estado pensando todo lo sucedido en el día y mi corazón latía de la emoción como si fuese a darme un ataque cardiaco.
Recibí un mensaje mientras que cambiaba la canción de la lista de reproducción.
Mensaje de Numero Desconocido:
"Espero que mañana llegues a tus clases extra."Mi corazón se aceleró aún más de lo que ya estaba. ¿Era una indirecta para que fuera y tuviéramos sexo o me daría unas clases de física? En verdad que no lo sabía.
Me empecé a preguntar si mi primera vez sería con alguien que no me quiera y sólo me deseara. ¿Estaba bien acaso? No quería sentirme como un objeto sexual, pero mis ganas sobrepasaban aquello, no podría meter sentimientos de por medio de esto.
Ahora quería quitar al señor Bieber de mi mente para concentrarme en biología y el sistema nervioso o mejor, concentrarme en la asquerosa química que me tiene harta.
Aún así se apareció por mis sueños de nuevo. Creo que aquello era lo peor, con esta interacción tan intima y tan deliciosa, mis sueños eran tan reales que en verdad no podría diferenciarlos.
Cuando desperté la mañana siguiente, sabía que me esperaba un largo día y, unos largos meses, antes de graduarme y largarme de aquí.
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Mister Bieber
RomanceSoy su alumna solamente. La muchacha que se sienta en medio de la fila al lado de la ventana del pasillo, a quien le va bien, sólo eso. Pero él con sólo dedicarme una mirada hace que mi cuerpo se estremezca. No puedo evitarlo, me siento indefensa a...