La nota

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Como vivía un poco lejos, solían venir a buscarla en coche. Un día, uno de esos que parece hacer sol y de golpe todo se nubla, bajó mucho la temperatura. Yo no había llevado abrigo porque por la mañana hacía calor.

Estaba en la puerta del instituto, mirando esas enormes nubes grises, cuando algo cayó sobre mis hombros. Al girarme, ahí estaba su rostro, de nuevo, a un par de palmos de mí.

Me dejó su abrigo y fue corriendo hasta el coche, huyendo del frío. Escondí mi rostro en el cuello del anorak, tratando de ocultar mi enorme sonrisa mientras la veía irse, y metí las manos en los bolsillos.

Al llegar a casa, me di cuenta de que había una nota en uno de ellos. No sabía si sería correcto leerla, pero la curiosidad me pudo... Cogí el papel y cerré mi puño. ¿Estaría queriendo decirme algo? ¿Pretendería darme alguna señal? ¿Se habría dado cuenta de mis sentimientos?

Abrí el puño, y con la otra mano, desdoblé el papel.

"No te preocupes, yo estaré contigo. Seremos amigas." Mi gran sorpresa fue al reconocer esa nota. Esa no era su letra. Era la mía. Esa nota se la di el primer día, cuando se la veía tímida y nadie se atrevía a hablarle.

No era una nota para mí. Era un recuerdo para ella.

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