Transcurso natural

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Los días siguieron igual en la escuela. Nosotras sabíamos lo que teníamos, pero era demasiado complicado de entender para los demás. No teníamos por qué dar explicaciones.

Yo seguía deleitándome en su aroma, y ella seguía invitándome a dormir a su casa, de las cuales algunas veces, ocurrían cosas parecidas.

Ya no me alteraba al ver cómo se cambiaba en los baños, simplemente lo disfrutaba. Y ya había dejado de intentar captar su belleza en un dibujo, puesto que no tenía motivos para dejar de mirarla.

De hecho, en mi móvil y con su permiso, por supuesto, ya tenía bastante fotos de ella. Fotos donde como siempre, salía preciosa.

EllasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora