Sorpresa! Cap. 15

27 2 2
                                    

Narra Eduardo

Salí de casa dando un portazo que se escuchó en toda la cuadra. La furia se apoderó completamente de mí. Caminaba sin rumbo fijo, era presa de la rabia, las palabras de mi madre se repetían sin parar una y otra vez " te prohíbo volver a verla, entendido?".

Sin pensarlo me detuve frente al bar con luces de neón que llamaron mi atención, Euforia, marcaba en destellos de distintos colores, tras darle varios dólares al seguridad, me dejó pasar. Antes había tomado alcohol con mis amigos, pero nunca había sentido este vacío en el pecho que me hacía querer más y más. Varias cervezas después, recibo un mensaje de texto.

Jaribell: Cariño, dónde estás? No he sabido de ti.

Sin pensarlo una sonrisa se dibuja en mi rostro, esfumándose tan rápido como llegó, ¿pondría mi mundo de cabeza por ella? ¿Iría en contra del deseo de mis padres por ella? ¿Siente ella lo mismo por mí? No lo sabía.

La negativa de mi madre hacia nuestra "relación" no tenía sentido para mí, la edad no es un motivo suficiente para tal prohibición. En fragmentos recordé la conversación que sostuvo con mi padre, ni siquiera a él le quiso contar la verdadera razón, pero lo descubriré, aunque sea más tarde que temprano.

Jaribell es la indicada para responderme esa pregunta, lo sé. Quizás la única que esté de acuerdo en hacerlo. Le respondo el mensaje.

Eduardo: Pues diría que huyendo de casa, por el momento. Tengo preguntas que hacerte. Búscame en el Euforia.

Seguí tomando como si mi vida dependiera de ello, empezaba a sentirme un poco mareado, y me reía sin razón ninguna.
Siento que me abrazan desde atrás apretando mi cintura, "hola guapo", me susurra al oído y me electrifico por completo. Me volteo a verla y ahí está, la razón de mi rebelión.

- Hola- sonrío a medio lado.

- Nos vamos?- me da un beso rápido.

Pago la cuenta y salimos del lugar en su coche. Aparcamos en su casa. Entramos y siento un pequeño dolor de cabeza, me excedí con la cerveza.

Me empuja hacia la pared más cercana y me besa, me besa con necesidad, le correspondo con deseo, la giro contra la pared y la acorralo con mi cuerpo, ladeo su rostro manipulando su barbilla, beso su cuello y gime en respuesta, mordisqueo el lóbulo de su oreja y bajo dejando rastros de besos hasta la cima al descubierto de sus pechos, los manoseo sobre su ropa y susurra mi nombre.

Sin esperarlo vuelve y me gira contra la pared.

- Vamos a jugar!- me lame el labio inferior, y va bajando hasta mi entrepierna. Desabrocha mi pantalón y me mira con malicia relamiéndose los labios, lo desliza con rapidez hasta mis tobillos al junto de mi bóxer, liberando mi erección.

- Eres mío! - con una mano acuna mi erección y con la otra roza suavemente mis testículos, gimo en respuesta, - Eres solo mío, no lo olvides - y empieza a lamer desde la punta hasta el tronco de mi pene. Una sonrisa asoma su rostro.

La vibración de mi celular me despierta, maldición! Siento que la cabeza me va a explotar. Por qué demonios estaba soñando con ella?

- Dónde rayos estoy?- me siento y sostengo la cabeza con mi manos, como si así el dolor pudiera irse. Inspecciono la habitación, no recuerdo nada.

Se me acelera el corazón a verla dormida a mi lado, rápidamente miro debajo de las sábanas y tengo ropa a excepción del pantalón, busco el mío con la mirada y lo encuentro sobre una butaca, no llevo tampoco los zapatos. Quién me cambiaría?, suelto un largo suspiro. Vuelvo a mirarla, ¿qué hacemos juntos en una misma cama? Tranquilízate Eduardo, son amigos, A M I G O S, me dice mi estúpido subconsciente.

Me restriego la mente intentando recordar lo que pasó anoche, recuerdo que estaba bailando y mi recorrido hacia el baño, recuerdo que alguien me besó. ¡Joder! ¿Quién demonios me besó? Si continúo forzando recordar, se me hará puré la cabeza.

La observo dormir, parece un ángel mientras duerme, los labios entreabiertos, abrazada a sí misma, de costado frente a mí. Es realmente hermosa, sin poderme contener acaricio con mis nudillos su mejilla, me avergüenzo de mi atrevimiento pero no puedo parar, se me acelera la respiración y toco sus labios, los recorro con la yema de mi dedo.

¡Lo que estás haciendo está mal! ¡Detente!
Maldito subconsciente entrometido.

Dejo de tocarla y me recuesto de nuevo cerrando los ojos, necesito calmarme. Busco mi celular y está encima de la mesa justo al lado de la cama. Tengo varios mensajes de los chicos en whatsapp, entre ellos unos de Daniel.

Daniel: buenos días... Cómo durmió? Espero te trate bien la resaca ja ja. En cuanto revivas, avísame. OJO. Tienes cosas que contarme.

Respondo sin pensarlo dos veces.

Eduardo: de qué coño hablas y dónde se supone que estoy? Por qué estoy durmiendo al lado de Kylian? Eres un hijo de puta, dejarme botado quién sabe dónde.

Dejo el móvil y suelto un largo suspiro.

- Buenos días dormilón! - se frota los ojos y desespereza su cuerpo.

Me quedo helado varios segundos, sea lo que sea que haya pasado, juro no arrepentirme. Verla despertar por las mañanas es... mmm... indescriptible.

- En serio son buenos? La cabeza me va a explotar. - respondo ruborizado.

Ríe a carcajadas.

- No recuerdas lo que pasó anoche, verdad?- me analiza con la mirada.

- Mmm, no del todo, recuerdo que entré al baño y, mmm, creo que alguien me besó - desvío la vista hacia el techo y cierro los ojos.

- No recuerdas nada más? O al menos, quién te besó? - se torna seria.

- Ya dije que no, no lo recuerdo.- dudo si preguntarle unos segundos, y termino cediendo ante la duda. - Por qué estamos eh... durmiendo en la misma cama? - la observo pendiente a cualquier reacción.

Explota en una risa estruendosa por varios segundos que me parecen horas. ¿ y a ésta qué mosca le picó? .

- ¿No creerás que dormimos juntos, o sí? ¿O que nos besamos?- su sonrisa se borra de su cara al mirarme.

Me pongo de pie furioso y avergonzado, inspecciono rápidamente la habitación en busca de un baño, voy a zancadas hacia él.

Se pone de pie frente a mí y levanta la mirada arrepentida.

- Lo lamento, disculpa, no debí decirte eso. Es solo que tu cara al decirlo me dio un poco de risa. Entre nosotros no pasó nada.- suspira. - toma un baño, ahora vuelvo.- camina hacia una puerta, supongo que es la salida.

- Espera, dónde estamos?- volteo a verla.

- Esta es la casa de Dayana. En el baño hay toallas limpias. Ahora regreso.- me sonríe y sale de la habitación.

Suelto un largo suspiro de alivio, sería un gran error que producto del alcohol, Kylian y yo hubiésemos terminado acostándonos.
Saco esa idea de ni cabeza y camino hacia el baño, realmente necesito una larga ducha con agua caliente.


Opuestos atraídos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora