Acción - Reacción. Cap. 22

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Así como cuando engañan a un niño a cambio de un caramelo, así como si me hubiese prostituido a mí mismo a cambio de nada, divago entre las últimas horas y en cámara lenta revivo una y otra vez lo sucedido, como si esto fuese solo un cuento y de una sátira se tratara, he sido burlado, chantajeado y... ¿usado?.

Siento mi móvil vibrar a mi lado y el corazón me da un vuelco, he recibido un mensaje, solo hay una persona capaz de molestarme a estas horas, luego de lo ocurrido.

De: Jaribell
¡Uno no tiene que jugar bien, es suficiente jugar mejor que el oponente!. Me encantó sentir tus labios sobre mi piel, es una lástima que no hayas querido jugar un poquito más.

No puedo creer que aún conserve su número, debí eliminarlo hace tiempo, aunque me conviene que haya dado la cara al fin y dejara su misterio. Estoy tan sedado emocionalmente, que no sé qué sentir. Al final decido responderle.

Para: Jaribell
¿Quién te dijo que quiero jugar contigo? Éste es tu capricho, no el mío. ¡Déjame en paz Jaribell, déjame en paz!

Siento que se me extinguen las fuerzas o las ganas de seguir luchando por esto, no me interesa. Fugazmente llega Aleika a mi mente y un calor recorre mi cuerpo desde los pies a la cabeza, presiento que algo malo pasará entre nosotros, esto que apenas comenzaba y se me hizo tan difícil aceptar.

De: Jaribell
Pues ya jugaste, o lo olvidas? Jugaste a cambio de tu libertad, y lo seguirás haciendo. No eres un capricho  Eduardo, eres mío y yo soy tuya.

Maldito sentido de pertenencia, me cabrea que quiera etiquetarme de su propiedad.

Para: Jaribell
Tuyo? No confundas las cosas "tía", lo pasado es pasado, así que déjame en paz. ¡No me jodas más maldita sea!.

Segundos después obtengo respuesta.

De: Jaribell
En toda guerra se pierde y se gana. ¿Qué estás dispuesto a sacrificar?... Terminaré lo que empezaste pensando en ti y al correrme, diré tu nombre.

No pienso siquiera responder a eso. ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar? Si hace horas había pensado que tenía las cosas bajo control, me equivoqué cruelmente, como un niño al que le trazan el camino a seguir pero lo dejan recorrerlo solo, sintiendo que tiene el poder y no es más que un vil
truco...

Sus mensajes me hacen recordar sus últimas palabras y éstas rebobinan sin tregua en la poca cordura que me queda:

- No me decepcionaste amor!! Ah, y por cierto, ¡jaque mate!-.

Se regodeaba en mi tortura interna y externa, me conoce en demasía y sabía los efectos secundarios de lo que pasó, movió sus fichas y predijo las mías. Apuesto sin temor a equivocarme, que tiene todas sus fichas listas para el juego y Aleika es la siguiente, "mi sacrificio", según ella.

No sé qué tanto he cavilado, quizás minutos u horas, la luz de la luna dibuja matices de claroscuro en mi habitación y en mi piel, dándome cierta tranquilidad momentánea, mis ojos empiezan a pesar y mi lucha interna termina por ceder al cansancio.

*****

Siento una suave caricia sobre mis mejillas, y un perfume familiar acaricia mi nariz.

- ¿Estás bien tesoro? No te sentimos llegar anoche- bisbisea tiernamente.

Desesperezo cada parte de mi cuerpo y me estiro completamente, parpadeo seguido varias veces hasta acostumbrarme a la luz, distingo su sonrisa y sus ojos llenos de amor, se me encoge el alma al recordar todas las cosas que le he ocultado, no quiero hacerla sufrir más, sea como sea, la loca de atar de Jaribell es su hermana.

Opuestos atraídos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora