capitulo diecisiete

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  Como una muñeca sin vida, lali cayó sobre peter, sus cuerpos cubiertos por una capa de sudor eran uno. peter besó el hombro de lali y la abrazó sintiéndola más.
Durante un tiempo permanecieron en silencio, abrazados, sus respiraciones que luchaban por volver a la normalidad era lo único que se escuchaba en aquel salón.
-Eres fabulosa –murmuró Peter, haciéndola incorporarse para besarla.
Un sentimiento extraño invadió a lali. Aquello no estaba bien. No debía de haber sucedido. Ellos no deberían de haberse acostado.
Pero...
«Nada de peros» se recriminó. Se supone que ella iba a ir a defender a su amiga. Pero todo se había vuelto extraño, peter no era como pensaba, no era tan mujeriego, y ella se estaba cansando de luchar, y de hacer el tonto, él le había dado la vuelta a la tortilla y lali veía aquello como una pérdida de tiempo.
Nerviosa se levantó y se puso a vestirse.
-¿Qué te pasa, cielo?
-No me digas así... ahora no hay público.
-¿Y qué?
-Nada.
-¿Qué te pasa, lali?
-Nada.
-ya. Dímelo.
-No me pasa nada. Esto no debería de haber pasado.
El estómago de peter se encogió.
-¿Y el baño?
-Al fondo a la derecha –susurró ella.
peter recogió su ropa y desapareció en el baño.
Cinco minutos después lali dio un salto del sofá al oír la puerta, estaba dispuesta a pedirle que se fuera, no, no se lo iba a pedir, lo iba a echar.
-peter será mejor que...
-¿Por qué tienes miedo?
Aquello era indignante.
-¿Miedo, de que mierda hablas?
-Tienes miedo.
-Estás loco. Yo no tengo miedo.
-¿No, entonces porque te empeñas en negar que nos atraemos?
-No me da miedo nada, simplemente no me tendría que haber acostado contigo.
-¿Por qué no? No podrás decir que no conectamos. No lo puedes negar.
-No pretendo negar nada. Simplemente no debería de haber sucedido.
-¿Por lo de tu amiga?
-¡Si, por mi amiga! –él maldijo por lo bajo.
-Mira, no se quien es tu amiga, pero como me la encuentre vamos a tener un par de palabras. Hace años que no mantengo una relación sería, y no creo que una con la que me he acostado una noche se haya enamorado de mí, así que esto no tiene sentido. ¿Por qué no llamas a tu amiga y quedamos?
-Déjame, será mejor que te vayas.
-¡Llámala!
-¡Déjame!
Las manos ansiosas de peter, cogieron a lali de las muñecas y tiró de ella pegándola a él.
-No quiero dejarte –la respiración de lali se agitó un poco.
-peter suéltame.
-¿Por qué te empeñas en resistirte? No sirve de nada.
-Yo no me resisto. Quiero que te vayas.
-Ahora me voy. Pero volveré lali, te quiero en mi cama, y tú me quieres en la tuya. Y vamos a acabar en la cama. Los dos lo deseamos.
La boca de peter cubrió la de lali en un beso intenso y acelerado, cuando ella comenzó a rendirse, él se separó. Y con los ojos cerrados, lali escuchó la puerta cerrarse.  

Jugando con fuego#laliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora