Gafas de sol, una copa en su mano, una sonrisa en sus labios. lali disfrutaba del fresco viento del comienzo del otoño sentada en un bar a unos metros de su casa, necesitaba descansar, pensar y una copa para aclarar las ideas. Aún no tenía claro lo que iba a hacer.
Al salir de la ducha el teléfono sonaba, y al contestarlo había descubierto que era euge.
Un nudo se alojó en su estómago y sonrió intentando mantener la compostura, desde luego aquel no era el mejor momento para hablar de nada, pero no podía colgarle.
-¡Hola! -la había saludado eufórica su amiga, se le notaba feliz y eso si la hacía sonreír- ¿Cómo te va todo?
-Hola euge, pues... eh... más o menos.
-¿Y con peter, que ha pasado?
-Nada... bueno, le he espantado a algunas tipas... se enfadó.
-Normal -rió su amiga- ¿y como lo has hecho? Si te fijas las atrae como si fuera miel.
«Es miel» pensó y sacudió la cabeza.
-Pues... eh... me acercaba y lo trataba como si fuera mi novio, le decía términos cariñosos... eh... y lo besé.
-Vaya... -de repente una sonora carcajada resonó en el auricular- tiene que estar bien cabreado.
-Un poco.
-¿Un poco nada más? -eugenia rió de nuevo.
-¿Y a ti que tal te va? -le preguntó cambiando de tema, no quería dar más detalles.
-Todo va genial, como siempre -comentó- hay lali, me tengo que ir, tengo una reunión... en cinco minutos. Te quiero, suerte y besos.
-Adiós euge...
lali sacudió la cabeza y prestó atención al hombre que se le acababa de plantar delante.
-¿Tienes fuego? -preguntó con un cigarro en la boca.
-No, lo siento, no fumo.
-Mejor, este vicio es muy malo -ella sonrió.
-Si, supongo...
-Yo he intentado dejarlo, pero no lo consigo, tal vez podrías ayudarme... -comentó el chico. Ella sonrió ante el descaro de aquel tipo, tal vez no le vendría mal divertirse un poco.
-¿Tú crees?
-Claro que si. Matteo -se presentó extendiendo la mano.
-marian...
-Hola cielo -ella dio un respingo ante aquella voz, peter se inclinó sobre ella y la besó en la mejilla- siento el retraso, no encontraba aparcamiento, espero que no te aburrieras mucho...
-Eh... creo que mejor me voy -dijo Matteo. Y cuando se alejó peter comenzó a sonreírle a lali con descaro.
Bien. La guerra acababa de comenzar.------------------------------
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Jugando con fuego#laliter
Fiksi Penggemar-Cuando Juan Pedro Lanzani abrió la puerta no pudo evitar fijarse en los increíbles ojos, la sensual boca, y el maravilloso cuerpo de su visitante. Tampoco pudo evitar ver... ¡que estaba loca! -Su nueva vecina, una excitante castaña, lo acusaba de d...