Llegó mi turno para entrar en la sala. Muchos familiares y amigos cercanos habían entrado a verle. Porque eso era lo único que podías hacer. Apoyarte en un cristal mientras le veías a él al otro lado, tumbado en la cama, con una respiración débil y pálido. Tenía algunas heridas en la cara y en las manos. La sala no estaba insonorizada, podía escuchar el pitido que hacía la máquina que controlaba los latidos de su corazón. Golpeé mi cabeza sobre el cristal, que se empañó al instante, mientras volvía a llorar de nuevo. Estar allí mirándole no solucionaría nada.
-Louis…-susurré. No me importaban las enfermeras que rondaban por allí. No me importaba que él no me oyese. No me importaba nada- Despierta, por favor. No puedes hacernos esto- las gotas saladas que salían de mis ojos no dejaban de rodar por mis mejillas. Incluso a sabiendas de que no podía oírme, hablé en inglés. Dirigiéndome a él-. Ahí fuera hay un montón de personas que esperan que despiertes. Que quieren volver a ver tus preciosos ojos. Tu sonrisa- ¿Para qué generalizar? Aquello era lo que yo sentía-. Quiero volver a ver cómo se forman las arrugas junto a tus ojos cuando sonríes. Quiero volver a escuchar tu risa, porque es el sonido más maravilloso que puedo oír durante el día. Quiero reír con tus bromas y pedirte que dejes de hacer el tonto. Quiero sentir tus abrazos y oír tus palabras de aliento. Quiero que me llames pequeña. Quiero ver cómo te sonrojas. Quiero ver cómo cierras un ojo más que el otro cuando sonríes. Quiero volver a sentir tus manos en mi cintura y tus labios sobre los míos. Quiero sentir tu mano sujetando la mía para calmarme. Quiero ver cómo te enfadas, cómo me haces rabiar. Quiero confundirte y que tú me confundas a mí. Quiero volverte loco, igual que tú haces conmigo. Quiero decirte que te amo. Quiero decirte todo lo que no pude por mi orgullo. ¡Porque estoy verdadera, loca y profundamente enamorada de ti, Louis Tomlinson!
La última frase la había dicho prácticamente gritando. Los sollozos se agolpaban en mi garganta uno tras otro y no podía pararlos. Salí de la sala de observación con la mano sobre mi boca y la mirada borrosa. Eché a correr por los pasillos del hospital hasta la salida. Cuando el viento me golpeó el rostro mojado inspiré con fuerza tratando de calmarme. Sentía que el aire no entraba en mis pulmones. Estaba amaneciendo.
Noté una mano en mi espalda. Me giré lentamente sin imaginar cuál de todas las personas que esperaban que Louis despertase podía ser.
No esperaba que fuese Harry, he de admitirlo.
Nos miramos con tristeza. No hacían falta palabras. Podíamos tener una conversación de horas solamente así.
Pude ver cómo se sentía y apreciar lo mucho que se parecían a mis sentimientos los suyos. Las lágrimas habían dejado surcos en sus mejillas y tenía los ojos hinchados y rojos. Estaba pálido, muchísimo y tenía unas ojeras enormes. Pasé la mano por su pelo revuelto y él cerró los ojos con fuerza.
-Es ahora cuando me doy cuenta de lo que siento, Harry.
-Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, ¿no?- susurró con los ojos aún cerrados- Siento que he desperdiciado mucho tiempo cuando hemos estado enfadados.
Fruncí el ceño.
-No le hemos perdido.
-Pero es ahora cuando tenemos miedo a que eso pase.
-No puedo negarlo- admití.
-Me arrepiento de todo esto, Adri.
-¿De cuál de todo?
-De haberme distanciado así.
Sonreí al suelo tristemente.
-Lo importante es que ahora estemos aquí. Uno frente al otro. Acordamos dejarlo antes de acabar odiándonos. Creo que lo hemos conseguido, ¿no?
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It Is What It Is
ФанфикEn un viaje al extranjero pueden ocurrir muchas cosas. Pero, ¿qué contestarías si te dijesen que vas a cumplir tu sueño? ¿Que en dos semanas toda tu vida va a cambiar? Una quincena es suficiente para vivir mágicas experiencias, descubrir la amistad...