Capítulo doce

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Me senté en el sofá, al tiempo que Harry fue a la nevera a por dos cervezas. Encendí la tele y me puse a hacer zapping. Cuando se situó a mi lado y me tendió la bebida me acurruqué en el hueco que se formaba bajo su brazo. Él me rodeó y me quedé embobada mirando su bíceps, momento que aprovechó para robarme el mando. Siguió cambiando de canales y se detuvo en la MTV. Me eché e reír al escuchar a Niall cantar la letra de C’mon C’mon. Era raro escuchar en esa cadena algo de los chicos que no fuese LWWY. Me puse de rodillas sobre el sofá en una exhalación con la botella ejerciendo de micrófono. Harry me miró riendo y dejó el mando sobre la mesilla de café para dar a entender que no iba a cambiar de canal.

-¡Vamos Harry! ¡Canta!

-Show me what you’re all about!- exclamó al mismo tiempo que su otro yo lo hacía en la pantalla.

Eché a reír poniéndome de pie sobre el sofá y él me imitó. Empezó a perseguirme por toda la sala mientras seguíamos entonando la canción y dejando un rastro de cerveza por el suelo.

-So c’mon c’mon…

-Move a little closer now- dijo él moviendo el dedo para que me acercase.

Yo obedecí. Llegué frente a él y le besé la nariz. Él cerró los ojos unos segundos y cuando los abrió, me cogió en volandas y me tiró sobre el sofá. Solté una risotada cuando él se tumbó sobre mí con la música aún sonando.

-Te quiero- susurró.

-Yo también te quiero. Siempre te he querido.

-¿Soy tu favorito?

Aquello fue un golpe en el centro del estómago. La cara con la que esperaba mi respuesta era esperanzada.

Estaba segura de que su ego ya le había creado la ilusión de que mi respuesta sería un sí. ¿Cómo iba a decirle que no? ¿Que siempre había sido Louis? ¿Cómo no decírselo? ¿Cómo empezar mintiéndole tan pronto con algo como aquello?

-Yo… Harry…

-¿Sí?- su sonrisa se hizo más grande.

De pronto escuchamos un ruido sordo cerca de nosotros. Ambos nos sobresaltamos. Una de las persianas se había desprendido y había caído.

¡La persiana, mi heroína!

Me senté de nuevo erguida en el sofá quizás demasiado rápido y Harry me miró de forma extraña. Se arrimó a mí y mordió mi oreja, apoyó la mano en mi cadera y volvió a tumbarme, consciente de que no iba a resistirme. A partir de ahí todo llegó muy rápido. Se quitó la camiseta en décimas de segundo y yo le ayudé a quitarme la mía. Desabroché los botones de su pantalón con manos temblorosas y él se deshizo de ellos en cuanto terminé. Pasó la lengua por mi cuello, lo que hizo que se me erizase el vello y yo acaricié su espalda, formando en su cara una sonrisa traviesa. Nos mantuvimos así unos minutos, piel con piel, llenándonos de caricias y besos. Harry deslizó sus manos hasta mis caderas y empezó a bajar, llevándose consigo mis bragas. Noté su erección en mi muslo. Cientos de dudas me asaltaron. ¿Estaba completamente segura? ¿Quería que aquella fuera la primera vez? ¿Qué él fuese el primero?

¿Quién mejor para perder la virginidad que Harry Styles? Habría pensado unas semanas antes. Pero llegados a ese punto… Tenía miedo, ¿para qué negarlo? No solo porque fuese él. Habría tenido miedo fuese quién fuese.

A veces, se encapricha demasiado rápido con las chicas… Harry a veces puede ser un poco… Las palabras de Liam resonaron en mi cabeza. Aquel era el último día que iba a verle. Que iba a estar con él.

¿Y qué mejor despedida que esta? dijo la voz de mi cabeza.

-Harry…- dije sujetándole las manos.

-Hmmm- murmuró él con los labios pegados a mi pecho.

-Para.

Alzó la cabeza y me miró sorprendido.

-¿Qué?

-No… No me siento preparada.

-No puedes dejarme así…- dijo mirando hacia el pequeño Harry.

-Lo siento…- susurré.

Él se levantó y volvió a sentarse en el sofá. Me miró a los ojos y al ver mi expresión avergonzada me sujetó la mano y dijo:

-¡Eh! ¡No pasa nada!

Asentí sin poder alzar la mirada del suelo.

Estuvimos un rato sin mirarnos, ni hablar. Aquello se estaba poniendo tremendamente incómodo, pero me daba vergüenza volver a vestirme. Di vueltas a la camiseta azul que él me había prestado. Harry me miró con una sonrisa de lado.

-Podemos hacer lo que tú quieras- propuso.

Le miré cohibida. Había algo que quería hacer, pero no estaba segura de poder mantener la calma. Miré los pájaros de su pecho, alcé el dedo índice y los acaricié. Harry cerró los ojos. Me acerqué a él, que estaba recostado sobre el brazo del sofá y besé la mariposa que tenía en su vientre. Miré el resto de su cuerpo, acariciando sus brazos. Vi su percha, su candado, su A, su estrella de cinco puntas, su 17BLACK, su SMCL, sus dos manos estrechándose, su I can’t change, su HI, sus things that I can y things that I can’t, el símbolo de Acuario, su LDN, su LAy su NY, el 99p, su PINGU,  su barco, su corazón negro, las máscaras del teatro, la jaula… entre otros tantos que no logré distinguir a simple vista. Sabía la historia de algunos de ellos, o al menos lo que se decía que era su historia. Pero desconocía otros muchos.

 -Quiero que me los expliques- susurré muy bajito.

Harry me miró con los ojos brillantes.

-¿Todos?

-Hasta el último.

Y así hizo. Me contó decenas de momentos que le habían llevado a marcar su cuerpo con aquellos signos. Yo escuchaba atenta, mirando con concentración cada punto de su cuerpo que señalaba antes de explicarme el motivo.

Cuando terminó miré el reloj. ¡Las 6! Tenía que ir a casa. Dejé la camiseta sobre el sofá y corrí al baño a por mi ropa. Al regresar, Harry me sujetó de las manos, me acercó a él y dejó caer su camiseta por mi cuerpo.

-Quédatela.

-Gracias- dije con una sonrisa.

Él me acarició la cara.

-Voy a echarte de menos.

Eché a reír.

-¡Oh, Harry! ¡Yo sí que te echaré de menos! Pero tú me olvidarás en seguida, ya lo verás.

-¿Por qué dices eso?- preguntó frunciendo el ceño.

-Porque esas cosas pasan.  Tú tienes tu vida, y yo la mía.

-Adriana…

Miré al suelo.

-No quiero hablar de eso ahora- le dediqué una sonrisa triste.

Me llevó a casa en su lujoso coche. Cuando paramos, Harry me miró con intensidad.

-Adiós Harry- me despedí. Sentía que no podía respirar.

-Adiós Adriana. Te quiero.

¿A cuántas chicas le habrás dicho eso, Harry? pensé.

Sujetó mi nuca, yo pasé los brazos por la suya. Y nos fundimos en un último beso, que traté de grabar en mi memoria.

It Is What It IsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora