Negocios Vs Placer

Visita de un pasado

Temari salio giro nuevamente sobre si misma y el espejo le devolvió una imagen gratificante. El corto y elegante vestido con pronunciado escote resaltaba cada curva de su cuerpo de modo sorprendente, tan justado que su cintura parecía diminuta. Daba gracias por ello y porque Shikamaru la llevara de compras, de no ser así, no tendría nada que ponerse, salvo el vestido que era para la cena luego del contrato, pero jamás mostraría ese vestido dos veces, no señor, su orgullo de mujer no se lo permitía, y sobretodo, tenia el suficiente dinero para comprarse cuando le gustara.

Se retoco el leve maquillaje y coloco crema a su cabello que le caía hasta media espalda. El vestido la hacia sentir mas sensual y el tacón alto aun mas, como si fuese mas femenina, y es que, la verdad, no se sentía que fuera femenina desde hacia mucho tiempo, seis años exactamente, si, lo reconocía, una parte de ella siempre se creyó culpable de que su novio la engañara, después de todo, antes de conocerlo era alocada, no se vestía con ropas provocativas ni nada por el estilo, pero no importaba, ella siempre pensó que se veía sensual en sus minifaldas apretadas y botas altas, y muchas miradas y comentarios lo demostraban, pero, aun así, quizá debió ser mas, quizá debió arreglarse, quizá debió ser mas linda, mas inocente, mas gentil, pero no hay un "Quizá"

Si, por mucho tiempo pensó que era su culpa, y ni siquiera sus hermanos pudieron cambiar ese sentimiento, y cuando al fin encontró a alguien que si comenzaba a hacerla pensar de manera diferente, que la hacia sentirse atractiva y al mismo tiempo inteligente y querida, ese alguien la traicionaba.

No entendía el comportamiento de Shikamaru, todo fue tan rápido, cuestión de minutos solamente, y no sabía a que se debía ¿Qué era lo que lo molesto tanto? Ya antes habían hablado de Kankuro y sus "amenazas" y en ese entonces Shikamaru incluso lo tomo como un juego, incluso bromeo, pero ahora...

En fin, no importaba, la dañó, solo eso debía tomar en cuanta, si Shikamaru tenía problemas o no, no debió desquitarse con ella. Al parecer, esta noche no tendría que fingir nada, pues realmente estaba enojada con él, ¡dios! ¿Porque su padre no la puso a estudiar artes marciales como a sus hermanos? Le serian de tanta ayuda ahora...

La puerta fue tocada y Temari suspiro, espero un poco antes de abrir para que no pareciera que lo esperaba y después fue a abrir. Shikamaru se había recargado en la puerta al ver que tardaba y cuando la abrió casi se le cae encima. Él dio un paso atrás intentando recuperar el equilibrio y finalmente se dio la vuelta. Ese día había sido un asco, pero debía reconocer que verlo abrir la boca y mirarla de arriba a abajo era al menos algo bueno.

-Ehhh, dijiste a las ocho y bueno...

-Ahórrate las explicaciones, Nara, podemos irnos ya.- Dijo regresando adentro pero sin cerrar la puerta, tomo el bolso negro que había dejado en un sillón y rogó porque al pronunciar su apellido hubiera sonado tan frío como quiso. Y pareció ser así, porque al regresar Shikamaru tenia la mirada puesta en el suelo y las manos en los bolsillos en un gesto nervioso, y eso, no puedo más que hacerla sonreír.

El camino hacia el restaurante fue tan silencioso como Temari esperaba, el único movimiento o sonido era cuando Shikamaru desviaba la mirada hacia sus piernas y al volver a mirar el camino suspiraba, como si ansiara pero supiera que no podía. Temari fingía no darse cuenta, que deseara cuanto quisiera, ya no obtendrá nada de ella, esa noche se acababa el favor de fingirse su pareja, no más.

Él se bajo del coche y lo rodeo para abrirle la puerta, con lo cual Temari solo soltó un gracias, frío y sin emociones, esa noche, fingiría un profundo enamoramiento ante Neji y Tenten, y luego una buena y merecida pelea.

Frente a la puerta Shikamaru se detuvo unos segundos y le extendió el brazo a Temari, ella lo tomo seria pero justo cruzar las puertas sonrío ampliamente "Apariencias" Pensó ella y coloco su otra mano sobre el brazo también. Se dirigieron a la recepcionista y después de unas palabras les señalaron la mesa donde la pareja ya los esperaba.