Tres Años

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-Olvídalo, no vas a lograrlo.- Cierto era que estar al estar en Japón se probaba toda clase de comida, pero sencillamente su hermano no la podía obligar a comer aquello, los "jumiles" o cual fuera su nombre, no le agradaban en lo absoluto.

-Pero si son muy nutritivos, le harán bien al bebé.

-Mi hija y yo estamos bien, gracias.- Se acaricio su abultado vientre, definitivamente no los probaría, le estaba dando asco solo ver la comida frente a ella. Kankuro entorno los ojos y tomo su plato. Si tanto quería que ella comiera eso ¿Por qué él no lo hacia? Que cobarde, anda, eso, que sea la embarazada quien experimente.

-¿Así que después de todo será niña? No puedo creer que ese prometido tuyo además de dejarte embarazada vaya a cumplir su sueño de tener primero una niña. Al menos se que, de tu parte, no tendrá después al niño.

-¿Podemos hacer a un lado la paternidad de mi hija y solo charlar como familia? Quien sea el padre no importa, yo la madre y con eso es suficiente. En cuanto la niña nazca iré verlo. Si no lo he hecho hasta ahora es porque con 7 meses de embarazo ya no se me permite viajar en avión. Y no lo hice antes porque no supe de ello hasta que ya tenía 2 meses y viajaba con Kankuro. Pero ahora que he vuelto planeo asumir las consecuencias.

-Si tan solo te hubieras cuidado, no se como te pudiste meter con él, sencillamente no es como nosotros.

-Y el que no deseáramos las mismas cosas fue lo que me atrajo. Gaara, por favor, dile algo.

Gaara se removió incomodo en su asiento y dejo de comer, sencillamente a él no le iban los problemas de ese tipo, la vida de su hermana era solo suya y él prefería no inmiscuirse. Ambos hermanos lo miraron expectantes, cada uno pidiendo que le diera la razón. Gaara suspiro, de cualquier forma saldría mal con uno, así que mejor decir lo que pensaba.

-Cállense los dos. Me dan jaqueca.- Se paro de la mesa y camino hacia su habitación.

Fue hasta que el sol se oculto que Temari regreso con sus hermanos, extrañaba su propia casa, pero Gaara había ofrecido la suya a ella y a Kankuro para que pudieran cuidarla. Así que se quito los zapatos y camino hasta la sala dejándose caer sobre un sofá, tenia los pies hinchados y las piernas le dolían.

Con una mano se deshizo las coletas y alboroto el cabello, cuando había viajado con su hermano regreso a su antiguo peinado, cuando atendía negocios debía lucir formal, pero si lo que se va a hacer es escalar un monte, cruzar un río, caminar por desiertos y demás, el cabello suelto era un estorbo. Se dio un ligero masaje en las sienes y suspiro más tranquila.

Kankuro llego por detrás de ella, alzando los brazos para colocarle en frente un tazón con al menos seis bolas de nieve de chocolate. Temari se apresuro a tomarlo y Kankuro río por el brillo de sus ojos, inclinándose adelante para que ella se girara a darle un beso. Después rodeo el sillón y se sentó a su lado.

-Gaara esta hablando por teléfono en su despacho.- Informo él con una sonrisa traviesa y Temari supo lo que quería. Rodó los ojos con una sonrisa tierna y le beso la nariz.

-Toca- Kankuro inmediatamente coloco sus manos en el vientre de Temari. Eso era siempre lo mismo, Gaara se molestaba porque Kankuro tocaba todo el día su vientre, diciendo que debía dejarla descansar, pero cuando él no estaba para regañarlo, Kankuro le daba algo a Temari para provocar que él bebé se moviera, aunque eran pocas las ocasiones que lograba hacerlo.

Un momento después, cuando Temari había terminado la primera bola en un par de cucharadas, Kankuro pudo sentir el movimiento. Los dos rieron, pero entonces llego Gaara con el rostro muerto y respirando por la boca, mirando al piso en cada paso hasta quedar frente a ellos y mirar a Temari a los ojos.

Negocios Vs PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora