Presente

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Sus piernas temblaron mientras caminaban por el jardín de los Nara. No sabía como decir eso. Como hablar con los padres de él y esperar que la aceptaran por haber robado el prometido de una chica. Era muy diferente decir que lo había logrado convencer de cancelar el matrimonio, justo como ellos querían, a decir que no solo ya no habría boda, sino que amaba a su hijo así como él la amaba a ella.

Pero debía admitir que una parte de ella era feliz, egoísta talvez, pero feliz, porque tenia a Shikamaru a su lado. Él la había dañado en el pasado, y quizá ella a él también, eso no lo sabia y Shikamaru jamás lo admitiría. Pero ahora, después de tres años lejos, después de intentar olvidarlo, la vida se había burlado de ella para demostrarle que sin importar cuan lejos estuviera de él, nunca lo olvidaría.

Lo amaba, con más fuerza que antes. Pero no sabía si eso bastaba. Las cosas habían sucedido muy fácilmente, demasiado. Tenía miedo de que aquello no fuera más que un espejismo. ¿Debía tener cuidado entonces? Protegerse y no dejarse llevar parecía tentador, pero también muy difícil. Porque ella no quería hacerlo más, ahora tenía quien la protegía. ¡Cuanto cambió! Y pensar que todo era producto de un hombre.

Le había necesitado a su lado. No que su vida antes fuera aburrida, pero si muy solitaria, y estar en Nueva York era grandioso si tenias pareja, pero si no, era deprimente. Las fiestas, reuniones, eventos o simplemente ir a ver una película, era algo que no debía hacerse solo, y llevar un acompañante casual no iba con ella.

Pero bendito Shikamaru y sus intuiciones, cada que la veía seria sabia lo que pasaba y le daba alguna distracción, por ejemplo jalarla y abrazarle con fuerza. Amaba esos gestos de él.

-Todo estará bien. Yo cuidare de ti.- Susurro contra su cabello y le acarició la espalda.

Temari se relajo momentáneamente antes de separarse y darle una sonrisa débil. Cada día que pasaban era un reto, pero al caer la noche encontraban una solución y nuevas fuerzas para seguir. Apenas la noche anterior estaban en aquella cama, durmiendo abrazados mientras lo escuchaba susurrarle que la amaba, y ahora intentaban hablar con sus padres. Lo cual no seria difícil, lo difícil sería resistir el sonrojo.

Shikamaru la llevo hasta la puerta y saco su llave para abrir sin preguntar. Y con una linda sonrisa le dijo que ahora ella también era de la familia. Saludaron a una jovencita de limpieza que estaba feliz por ver al hijo de su señor de regreso, y luego los condujo hasta el estudio donde el señor Nara se encontraba.

-Hijo, que alegría verte.- Dejo el libro sobre la mesilla y se paro a recibir a Shikamaru con una leve abrazo y una palmadita en el hombro.- Y has traído a Temari contigo. Espero disfrutaran de su fin de semana.- Temari asintió sonriéndole pero Shikamaru parecía no salir de su asombro.

-No esperaba encontrarte, cuando me dijeron que estabas en casa...

-Le deje todo a cargo de Chouji hoy, es un buen hombre y lo hará bien.

-Yo se lo he pedido.- Su madre entro rápidamente y tomo la cara de Shikamaru entre sus manos.- Estas tan flaco. Seguro que no has comido bien. Kami ¿Qué voy a hacer contigo?

-Mamá, estoy bien.- Le retiró las manos y giro la cabeza abochornado.- ¿Alguna novedad en mi ausencia?

-Ninguna por la que preocuparse. Y Temari, tus hermanos llamaron ¿no les has dicho donde estas quedándote verdad?

-No se si les gustara saber que me he quedado con un hombre. Son liberales, pero primero son hermanos. Ya encontrare el momento de decírselos.

-Mejor, no es bueno ocultar cosas.- Miro a Shikamaru como si se refiriera más a él que a Temari.- Igual Yoshino les dijo que estaban de viaje de negocios. Lo que yo no apruebo, pero no hay quien pueda con esa mujer.- Su esposa se colocó a su lado y lo tomo del brazo con una sonrisa arrogante.

Negocios Vs PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora