Cap 13

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—¿Eres hermano de Dakota?

—Claro. ¿Quién creías que era? —preguntó él, dedicándole una sonrisa seductora.

—Creí que...bueno, no sé lo que creí —se volvió hacia su jefa—. Nunca me has dicho que tenías un hermano. Siempre he creído que eras hija única —dijo en tono acusador.

Jamie pasó un brazo en torno a los hombros de su nueva hermana.

—No me sorprende que Daki no hable de mí.—Le hizo puchero y continuo—La verdad es que tuvimos una gran pelea hace algunos años. Ella quería que me asentara, que me tomara la vida más en serio, que buscara una buena esposa. Me acusó de ser un vagabundo. Me temo —dijo con los ojos bajos—, que, a diferencia de mi hermana, que es eficiente y sólida como una roca, yo siempre he sido bastante impulsivo y aventurero.

Dakota lo miró fijamente, pero no dijo nada.

Jamie le removió el pelo y luego sonrió a Bella.

—Has interrumpido una reunión entre nosotros —dijo—. ¿No es así, hermanita?

—Eso es estupendo —sonrió la intrusa—. Yo creo que la familia debe estar unida. Yo tengo dos hermanas y me llevo muy bien con las dos.

—Estoy seguro de ello —dijo él, amable—. Supongo que no he llegado en muy buen momento. Aparecí anoche con todo lo que poseo y lo metí en la habitación de invitados. Daki va a dejar que me quede aquí hasta que encuentre un sitio.

—¿Vas a quedarte a vivir en Seattle?— preguntó la nueva visita

—Eso es lo que estoy pensando.

Aquello no era lo que pensaba Daki, pero tenía que admitir que él había encontrado la solución perfecta para librarse de Bella. Su asistente no podría quedarse con ella una semana si su hermano ocupaba la única habitación libre.

—Lo siento mucho —dijo—. Yo no sabía que J.J. iba a venir. Me alegró tanto verlo que me olvidé de...

—Por supuesto, Dakota. Lo comprendo perfectamente —dijo su amiga.

—Sabía que lo comprenderías, Bella.

—No veo ningún problema —continuó la otra, observando con descaro el pecho desnudo y bronceado de Jamie.

Dakota se sintió sorprendida por aquella mirada. Su asistente siempre había sido el tipo de mujer reservada que valoraba la castidad por encima de cualquier otra cosa, con la excepción quizá de su carrera. Y el modo en que miraba a Jamie Dornan no tenía nada de casto. Y, aunque ella estaba furiosa con él por aquella nueva mentira, no le gustaba nada el modo en que su amiga le *tiraba los perros. *(lo miraba descaradamente coqueta) ¡Aquella coqueta inmunda!

—¿Has dicho algo, Dakota?

—¿Yo? Nada. Estoy intentando pensar adonde puedes ir.

Bella le dedicó a Jamie una sonrisa seductora.

—No veo ningún problema en quedarme aquí. Dormiré en el sofá de la sala.

—¡Oh, no! No puedes —replicó la otra.

Bella la miró, sorprendida por su falta de hospitalidad.

—Quiero decir que no estarías muy cómoda, ¿verdad, J.J.?

—Es un sofá muy incómodo —asintió él—. Si el cuarto de invitados no estuviera atestado con mis cosas, estaría encantado de...

—No lo permitiría, J.J. Antes de que Dakota comprara la cama del cuarto de invitados, dormí un par de veces en el sofá y estuve muy cómoda. ¿Lo recuerdas?

—Pero, Bella —dijo ella, cogiéndola del brazo—. ¿No crees que no sería muy apropiado?

Su asistente se echó a reír.

—A tu hermana le preocupan las apariencias, James, pero yo no veo nada de escandaloso en la situación. Dakota será la chaperona perfecta —dijo con una carcajada.

Era indudable que le atraía la idea de poder conocer mejor al atractivo hermano de su jefa.

A Jamie, para variar, no se le ocurrió ninguna respuesta.

—Bien —dijo Bella—. Entonces, está decidido. Será divertido. Dime, James., ¿has visto alguna vez Lo que el dia debe a la noche! Tengo que confesar que me recuerdas mucho a Younes.Tienes que ver la película con nosotras.

Dakota estaba que echaba humo. ¡Aquella coqueta descarada!

Cenaron pizza y se sentaron en la sala de estar a ver Lo que el día debe a la noche. Bella se las arregló para colocarse en el sofá en medio de los otros dos.

En otras circunstancias, Jamie y Daki hubieran probablemente disfrutado del espectáculo de la película, con ella rodeada en los brazos de él , riéndose, haciéndose cosquillas y comiendo palomitas de maíz. Pero aquella noche, ninguno de los dos conseguía concentrarse en ella.

Bella, sin embargo, era indudable que lo estaba pasando bien. De vez en cuando cogía un pañuelo de papel de la caja para secarse los ojos.

—¡Oh, James! —decía—. ¿Verdad que soy tonta? Supongo que soy una romántica incurable. No puedo evitar ser tan sentimental.

De vez en cuando dejaba un momento la mano sobre el muslo del hombre, pero nunca el tiempo suficiente como para parecer demasiado indiscreta. Aunque sí para que Dakota sintiera deseos de asesinarla.

Jamie estaba enamorado de su esposa, pero tenía que admitir que los celos de ella le producían cierto placer. Se había dado cuenta de que, desde que se encontraron en el despacho de August, la joven había empezado a dudar de la conveniencia de su matrimonio. Unos pocos celos tal vez la ayudaran a descubrir que lo amaba de verdad aunque tuvieran que superar algunas dificultades. Tenía intención de pasar el resto de su vida con ella y sabía que tendrían tiempo de sobra para aclarar sus problemas.

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LOCAMENTE CASADOS (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora