Capitulo 26

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—Bailas muy bien, Daki —dijo Eric, oscilando con ella al ritmo de una rumba.

—No bailo a menudo —murmuró ella.

—Será divertido trabajar juntos en la fundación —susurró el joven, estrechándola contra sí.

—¿Y qué pasará con tu arte?

—Ah, el arte. Mi padre lo considera una frivolidad.

—Yo creía que te enorgullecías de no pensar como tu padre.

El joven se echó a reír.

—El piensa maravillas de ti. Y yo también.

—Ni siquiera me conoces, Eric.

—Pero pienso esforzarme en ello. A partir de ahora nos veremos a menudo.

—¿Sabes? En la fundación hay una norma que prohíbe que los compañeros de trabajo fraternicen demasiado.

—Tú no tienes por qué preocuparte por esa norma, Daki.

La joven apretó los dientes.

—No creo que deba haber excepciones, Eric. Además, a los demás empleados no les gustaría nada que tu padre hiciera una excepción.

—Tranquilízate, querida. Si todo sale como espero, sólo será una excepción temporal —le dijo él al oído.

—Es necesario que sepas que mi carrera y mi posición en la fundación lo es todo para mí.

—En ese caso, te esperan algunas sorpresas, preciosa —dijo él, sonriendo con malicia.

En aquel momento, levantó la vista y su cara adoptó una expresión de sorpresa. Se quedó inmóvil en mitad de un paso.

—Eric —murmuró Dakota.

—¡Maldición! —dijo él, mirando al otro lado del lugar.

La joven volvió ligeramente la cabeza y descubrió la causa de la consternación de Eric. Lanzó un gemido.

Jamie y Bella la saludaron con la mano en el momento en que terminaba la rumba. Dakota miro a su esposo y movió la cabeza en gesto de negación, sonrió para si y se llevo la mano a la sien. Ahh!! que podía hacer, su esposo nunca la dejaría sola, en ese momento se sentía mas querida por los evidentes celos y vigilancia de Jamie.

—¿Qué le ha pasado a su jaqueca? —preguntó Eric, mientras la banda iniciaba una canción lenta y romántica.

—Supongo que se le habrá pasado.

—Vienen hacia aquí —sonrió el joven—. Hola, James, Bella. Me alegro de verlos.

Jamie sonrió a su vez.

—¿Sabes? Hace años que no bailo con mi hermana. ¿Te importa si cambiamos de pareja?

Era evidente que tanto a él como a Bella les importaba, pero ambos reconocieron la mirada de posesión fraternal de sus ojos.

Mientras la conducía bailando hacia una de las esquinas, Daki lo miró con aire sombrío.

—No me gusta que me sigas de este modo. Si no puedes confiar en mí... —murmuró.

—Confío en ti, pero no en ese Casanova de pacotilla. ¿Qué habrías hecho si no hubiera entrado en tu habitación en aquel momento? Los labios de Eric estaban a unos centímetros de distancia de los tuyos.

—Eso no es cierto.— Jamie le dio una vuelta al ritmo de la música, su mano firme en su cintura.

—Supongo que querías que te besara.— la miro a los ojos y la acerco mas a él después del giro, se miraron directamente un gris desafiante atravesaba el azul de sus ojos.

LOCAMENTE CASADOS (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora