Capitulo 21

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—¿Sabes, Jamie? Estaba pensando que, si estás libre este fin de semana, tal vez te gustaría venir y conocer a Eric. Una mujer es importante, pero tampoco estaría de más que mi hijo empezara a hacer amistad con jóvenes íntegros y eficientes.

Jamie se levantó y le estrechó la mano.

—Estoy de acuerdo, señor. Créame, eso es exactamente lo que yo estaba pensando. Me encantaría ir.

August se sintió algo sorprendido por la exuberancia de Jamie, pero también complacido.

—Entonces el viernes a las siete. Te lo agradezco. Creo que Eric y tú podrán ser muy buenos amigos. — "SI, claro..., ya quiero matar al esperpento de Eric desde el momento que menciono que mi esposa seria una mujer perfecta para él" pensó

—Yo también lo creo, señor. Este fin de semana haré todo lo que pueda. — mintió y ciertamente había sarcasmo en su voz

Su jefe le apretó el hombro con simpatía.

—Pero procura no opacar a Eric. Recuerda que también queremos que Dakota y él empiecen a conocerse.

Jamie hizo un esfuerzo por sonreír.

—Claro, señor. Dakota y Eric.

August le pasó un brazo por los hombros y lo acompañó a la puerta.

—Va a ser un fin de semana estupendo, Jamie. Te gustará mi hijo. Y, lo que es más importante, creo que Dakota lo encontrará muy atractivo. A pesar de todos sus defectos, tengo que reconocer que es diabólicamente guapo. Las mujeres lo encuentran irresistible. La verdad es que esa cualidad lo ha colocado a veces en posiciones difíciles —sonrió—. Pero con la ayuda de Dakota, estoy seguro de que todo va a cambiar.

Esa misma tarde, Bella ya se había ido del departamento, así que Dakota se encontraba sola, tendría que esperar por lo menos una hora más para ver a Jamie y estar a solas con él.

No sabía cómo decirle que su hermano también estaba invitado a la reunión de negocios que su jefe organizaba, así que prefirió no decir nada hasta el viernes en la mañana o mejor no decirle nada, pero ese sería un problema mayor, ya que dormiría allá y no tendría escusa alguna que darle a su esposo; así que lo mejor sería no pensar en ello hasta el viernes.

Estaba en la cocina preparando de comer, sumergida en la canción de Break The Fall que tenia de fondo, cuando sintió de repente unos fuertes brazos alrededor de la cintura. Dejo de hacer lo que la mantenía ocupada y se recostó en su hombro.

No había sentido entrar a Jamie, que la vio tan ajena del mundo, preparando alguna delicia en la cocina. Jamie la presenciaba, con la música envolviendo el lugar, se veía tan hermosa y relajada, estaba orgulloso, tenía a una preciosa mujer a su lado, sonrió de solo pensar que tendrían un día entero solo para los dos antes de ir a aquella reunión que lo había puesto más alerta que cualquier otra, creía que su matrimonio podía ponerse en riesgo, con su jefe y el pendejo de su hijo presente, Daki corría peligro de que la obligaran a hacer algo que no quería. Definitivamente tenía que estar presente en aquella cena, mas no quería decirle a un que él también estaba invitado, seguramente se negaría a que vaya y lo que es peor, estropearía su día libre con ella.

—Ya llegaste, te estaba esperando — lo saludo girándose para darle un beso, él respondió complacido.

Le invito a probar un poco de lo que preparaba. — Está delicioso— su esposa tenía un excelente paladar para la cocina y no era novedad.

Ninguno de los dos tenía hambre aun, así que ese almuerzo fácilmente se convertiría en cena. Los besos y las caricias continuaron, entre risas por algunas costillas y tropiezos con el sofá, la mesa de noche, la pared, continuaron hasta llegar como sea a la habitación. Se encontraban felices, la ropa se hacía menos entre risas, ambos ajenos ya del mundo inmersos en amorosa fogosidad y pasión sexual.

Dakota besa el pecho de su esposo, eso lo excitaba mucho, Jamie la coge de la barbilla y la acerca hasta que su boca está sobre la mía. El deseo los invade e instantáneamente sus cuerpos responden. Jamie posa los labios sobre su oreja, cuello, y nuevamente en su mano sube por el cuerpo de su esposa, de la cadera al pecho, arrastrando la camiseta hacia arriba.

Acariciándola, ella gime cuando su mano se curva en torno a su seno y sus dedos se agarran al pezón.

—Te deseo —murmura.

—Estoy aquí para ti. Y o también te deseo, Jamie.

Él gruñe y la besa una vez más apasionadamente, con un fervor y una desesperación que no había sentido nunca. Daki coge el bajo de su camiseta, tira y él la ayuda a quitársela por la cabeza. Luego se arrodilla entre sus piernas, la hace incorporarse presurosamente y despoja a su esposa de la suya. Poco a poco la ropa desaparece.

Sus ojos se ven anhelantes, llenos de pasión. Coloca las manos alrededor de su rostro y la besa, cayendo de nuevo en la cama.

Jamie frota su nariz contra la de Daki, y tan solo ese gesto de ternura hace que se derrita por dentro.

Dakota alarga sus brazos, rodeándolo y subiendo hasta sus hombros, atrayéndolo más a ella, colocando sus manos en su espalda, sus omoplatos, abrazándolo.

Él entierra la cabeza en su cuello, y besa, chupa y me muerde, y luego sube con la nariz hasta la barbilla y la besa, su lengua posee su boca y sus manos se mueven otra vez sobre el cuerpo de su razón de vivir. Sus labios bajan... bajan... hasta sus pechos, adorándola en su paso; sus manos aún siguen en sus hombros y en su espalda, disfrutando, ofreciéndole caricias en sus esculturales músculos flexibles.

Es increíble para ella como siente cuando Jamie cierra sus labios sobre su pezón, para chupar y tira, ella se alza para recibir a su gloriosa y hábil boca.

Gime y desliza las uñas por su espalda. Y él jadea en un gemido entrecortado.

—Oh, Dios, Daki —dice sin respiración.

Eso la excita mas "¡Ah, lo que soy capaz de hacerle!" piensa.

—Jamie —musita.

Maravillada por lo que sus caricias le pueden provocar, él la coge de las caderas poniéndola encima de él. Wow, fue rápido el movimiento.

—Tú... tómame tú —murmura, y sus ojos brillan con intensidad febril.

Ah... Despacio, muy despacio, se hunde en él. Echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos y gruñe. Le sujeta las manos y empieza a moverse, gozando de la plenitud de su posesión, gozando de su reacción, viendo cómo se destensa debajo de ella. Se inclina y le besa la barbilla, deslizando los dientes a lo largo de la barba incipiente de su mandíbula. Su sabor es delicioso.

Él se agarra a sus caderas y ralentiza el ritmo, haciéndolo lento y pausado.

—Ah... Mi Daki

Oh. Ella se inclina hacia delante y apoya sus manos sobre su pecho. Y él grita, y su grito es como un sollozo que penetra con fuerza en su interior, despertándola más.

—Aaah — él gimotea, y ella pasa las uñas con delicadeza sobre su torso, a través del vello, y él gruñe fuerte y se revuelve bruscamente, de manera que Dakota vuelve a estar debajo. Unas embestidas más y están a punto de llegar a ese mundo, del que siempre van de la mano.

—¡Dios... ahhh!

—Vamos, mi amor, lo necesito. Dámelo.

Y estalla, mientras él grita su nombre y alcanzan el clímax, juntos.

Dakota acuna a Jamie en sus brazos, con su cabeza descansando en su pecho, mientras siguen recobrándose de su pasión amorosa. Le pasa los dedos por su cobrizo cabello, y escucho cómo su respiración vuelve a la normalidad.


LOCAMENTE CASADOS (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora