Cap.12

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-De día no está tan mal-Dije cuando nos hacíamos paso al interior de la "antigua casona"-A Rowell casi le da un mini infarto cuando me escuchó llamarla "pocilga".

-De noche también es agradable...

-Seguro.-Dije en tono incrédulo.

-Todavía no has visto la mejor parte.

-Creí que me habías enseñado toda la casa la otra vez.

Me miró y su sonrisa traviesa se expandió-No, digamos que me reservé lo mejor para una segunda ocasión.

Su comentario me hizo reír. Así que pensaba que volveríamos estar en ese lugar.

Cuando al fin pudimos esquivar las diversas cajas de todos los tamaños, las cintas de embalaje, cables y martillos en el suelo de la entrada, llegamos a una zona desconocida y Rowell Towell-como lo llamaba solo por fastidiarlo un poquito-se encargo de recalcar que tenía toda la razón del mundo al decir que el lugar era en realidad una casona antigua y para mí a partir de ese momento un castillo medieval.

Solo bastó que él corriera la cortina para encontrarnos frente a una gran puerta de madera tallada con formas silvestres. Recordaba ese lugar y también que creía que era una ventana tapada pero no podía estar más equivocada, porque esa era la entrada a otro mundo. Cuando al fin Rowell se pudo hacer con la llave, surgió ante mis ojos una habitación inmensamente larga y lisa con únicamente dos delicadas columnas circulares en las que figuras de ninfas se envolvían. El piso era de mármol oscuro y un enorme ventanal daba acceso a la luz de la tarde.

-No diré que te lo dije-Habló él.

-No lo puedo creer-Dije más para mí que para él.

Nos adentramos más al lugar y nuestros pasos no tardaron en hacer eco.-Esto es increíble-Dije. Ustedes se preguntarán qué de alucinante puede tener un salón viejo pero solo tienen que usar su imaginación y dejarse envolver. Sentí tanta historia en su interior, que hasta fui capaz de divisar todo lo que debió ocurrir ahí en la antigüedad.

-Este era el salón de baile donde se hacían las grandes fiestas hace como cien años.-Bromeó Rowell.

-Lo sé.-Dije.

Él me observó un momento y luego habló-Vaya, parece que al final sí te gustó. Pero... eso no es todo.

-¿Hay más?-Expresé ahora interesada.

-De esto no pero de lo otro sí. Ven-Dijo cogiéndome de la mano.

Fruncí el seño y lo seguí escaleras arriba.

Nos detuvimos frente a una de las viejas puertas y él repitió otra vez la operación de pelearse con el trozo de madera, disimulé mi risa.

-Adelante mademoiselle-Dijo al fin con una corta reverencia.

Y yo di unos pasos al interior, nuevamente me veía sorprendida por el lugar, en cuyo interior todavía se conservaban las piezas de una recámara en uso. Todo parecía en su sitio, incluido el edredón y las almohadas de la cama.

-Esta era la habitación de la abuela.

-Vaya-Dije curiosa.

-No movimos nada cuando ellos decidieron dejar la casa.

-Eso se nota aquí-Dije observando todo el lugar, tenía una decoración clásica acorde con el resto del castillo. Curioseaba entre todo y un marco de fotografía sobre el tocador llamó mi atención, estaba muy empolvado y girado pero apenas lo volteé quedé encantada, era muy bonito y para variar antiguo, me pregunté qué fotografía habría estado en su interior antes.

Trágate tus floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora