Había pasado casi una semana desde la fiesta de Harry y yo no le hablaba a Nessa. A pesar de eso, ella no dejaba de insistir en mandarme mensajes diarios, recordándome los buenos y malos momentos en que nos habíamos tenido la una a la otra para superarlos. A eso se le llama extorción, amigos. Lo único que yo necesitaba era que dijera un "lo siento", pero a Vanessa a veces se le dificultaba reconocer un poco de culpa, y esta vez sí que la tenía ¿A qué MEJOR AMIGA se le ocurre llevar a su MEJOR AMIGA a la casa del ENEMIGO sin que lo sepa? Sobre todo a cambio de tener un lugar para una celebración, ella prácticamente me había vendido.
La ley de la indiferencia era la mejor lección que le podía dar pero muy a mi pesar, se sentía horrible no dirigirle la palabra a mi única amiga de la vida.
Ese mediodía se sentía sofocante, me encontraba en medio de la clase de Literatura con Vanessa sentada a mi lado, yo comenzaba a contar silenciosamente cuántos días llevaba ignorándola cuando tranquilamente colocó sobre mis apuntes un vale de 700 $ para gastar en la tienda de H&M que estaba de inauguración en Bell Square.
Si había algo que amaba más que los panqueques de arándanos, era comprar ropa en H&M y ella lo sabía, segunda dosis de extorción.
-Supongo que querrás ir.-Se encogió de hombros y siguió tomando nota de los apuntes que el profesor hacía en la pizarra.
-Como conseguiste esto.-Dije intentando cerrar la boca y parecer indiferente.
-Fue un obsequio de mi madre... Pero quería compartirlo con mi mejor amiga.
-Pues ve con ella.
-Qué graciosa.
No dije más, sabía que ella odiaba que la ignorara.
-Caduca hoy a las 6 pm. Así que si quieres ir, pasas por mí a las cinco menos cuarto.
-¿Por qué esperaste hasta hoy para ir?
-Porque no me diste oportunidad de decírtelo antes, este es uno de los pocos momentos en que no tienes una mirada asesina en el rostro.
Sí, eso se lo debía agradecer al profesor que nos daba la clase, con solo ver al señor Cobaint me cambiaba el ánimo y el aura a mí alrededor se volvía más pura, casi casi primaveral pero eso nunca lo iba a confesar en voz alta.
No resistí más. ¡Compras, compras!
-De acuerdo, pero entérate que sigo enfadada.
-¡Dios, eres tan terca! Te estaba haciendo un favor al llevarte allí.
Lo que dijo hizo que abriera los ojos como platos, era tan cínica... nunca pensó en mí, ella solo quería un estúpido lugar para la fiesta de Harry.
-Y no digas que no, babeas con la sola mención del nombre de ese chico y tú misma dijiste que te gustaba, yo te estaba acercando a él.
-No recuerdo haberte pedido que lo hicieras.
-¿Sí? Pues si tú nunca das un paso, nadie se te va a acercar jamás.
-¿Por qué de la noche a la mañana parece que te agrada él?
-Sigue sin agradarme...-Evitó mi mirada.
La miré indignada, estaba mintiendo.
-No del todo, pero...
-Pero...-Dije cuando paró de hablar.
-Solo digo que quizá, solo quizá, debas intntr concrl.
-¿Qué?-Dije cuando no entendí la mitad de lo que dijo.

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Trágate tus flores
RomanceTodos tienen una idea distorsionada del enamoramiento gracias a las películas y novelas de" terror". En la vida real, solo te llena de dudas, drama y muchas lágrimas. Porque el "terror" es como un "abismo", cuando das un paso hacia el, es probable...