La semana que empezó lo hizo con dos noticias.
Cerré los ojos y llené mi cabeza de pensamientos positivos, después tomé una respiración profunda y entré a mi cuarto. Miré una vez más el sobre sellado que ahora estaba en mis manos y lo empecé a abrir.
Solo buenas noticias, solo buenas noticias, solo buenas noticias, repetí en mi cabeza como un mantra, paseándome de un lado a otro.
Mientras más leía la carta más me sudaban las manos; me saludaban, me daban las gracias por haber pensado en ellos para seguir con mi educación profesional, me indicaron que solo había dos plazas disponibles para mi colegio y luego, muy al final, que les encantaría recibir un trabajo literario realizado por mí.
Cerré los ojos otra vez y solté un enorme suspiro.
Esa noche, recuerdo que Janne compró comida chatarra y cenamos juntas, era una especie de celebración por saber que tenía medio pie en Juilliard, o al menos lo fue para mí porque en realidad ella no lo sabía, no estaba enterada de nada, es más, estaba casi segura que ni siquiera estaba al tanto de que sabía escribir.
Aún así, recibí otra noticia mientras comíamos.
-En dos semanas viajaré a Washington.-Lo dijo como si fuera un simple comentario.
La quedé mirando y dudé si podía preguntar por qué, sin recibir un "Preocúpate por tus asuntos, niña".
-Debo estar allá el sábado por la mañana, por lo que saldré el viernes en la noche.
-Puedes quedarte en casa de Vanessa o acá, como quieras.-Me observó- ¿No vas a preguntar nada?
Abrí mi boca antes de acobardarme.
-¿El viaje tiene que ver con las cartas que has recibido?
-Sí.-Dijo secamente.
-¿Estás en problemas?
-Yo diría "estamos".
-Puedo ayudar en algo?
No dijo nada pero luego empezó a mover la cabeza afirmativamente y me sentí emocionada de colaborar.
-Vete a dormir de una vez.
-Pero Janne, si nece...
-¡Ve a dormir!- Gritó golpeando la mesa.
No fue fácil ayudar a Janne, esa noche mi cabeza estaba dispuesta a mantenerse despierta por mucho tiempo, pensando en Juilliard, en que mi vida completa cambiaría si era aceptada y que todo dependía de lo que escribiría y que esa era mi puerta, la única puerta para escapar de mi vida con Janne pero también pensaba en el viaje de ella y que desde que me lo dijo tenía un presentimiento que me gustaba nada.
Durante la semana me dediqué a pensar en el tema del que escribiría a Juilliard, me habían dado un mes de plazo a partir del día en que recibí la carta y la primera semana ya estaba por terminar, eso quería decir que solo me quedaban tres semanas. Intenté calmarme pero empezaba a sentir los nervios, a pesar de que era un perfecto viernes, de todos modos no planeaba avanzar mucho. Nessa dijo que saliendo del conservatorio iría a visitarme por lo que supuse tendríamos noche de chicas.
-Hola D!-me saludó al estilo Gossip girl.
-Entra.-Dije.
La seguí de camino hacia mi cuarto y cuando tiró su mochila en mi cama, comenzó a investigar mi ropero.
-¿Qué haces?
-Vamos a salir.-Dijo emocionada.
-No, ni lo sueñes, no estoy disponible.
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Trágate tus flores
RomansaTodos tienen una idea distorsionada del enamoramiento gracias a las películas y novelas de" terror". En la vida real, solo te llena de dudas, drama y muchas lágrimas. Porque el "terror" es como un "abismo", cuando das un paso hacia el, es probable...