Cap. 1

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Limpié el exceso de labial en mi boca, definitivamente el fucsia no era mi color favorito. Me miré por última vez en el espejo y cerré el caño para impedir que el agua siga corriendo. Hoy me gustaba mi aspecto simple, no desaliñado... Solo sin ganas de llamar la atención. La verdad es que preferiría ser transparente todo el tiempo. Tener una capa de la indivisibilidad como la de Harry Potter era un sueño.

Una contundente tocada en la puerta me devolvió a la realidad.

- ¿Ya? ¡Te estás demorando demasiado allá dentro!-Gritó Nessa, la chica más opuesta a mí y a la vez mi única y mejor amiga de la escuela y la vida. ¿Deprimente? A contracorriente de la mayoría de adolescentes de 17, no necesitaba de un montón de gente a mi alrededor para sentirme confortada y segura. Yo era el personaje principal de mi vida y punto. Bueno, Janne y Nessa eran las actrices de reparto. Ah, sobre Janne hablaré después.

Le dije a Nessa que el labial que me puso fue una exageración, suficiente tenía con dejar que mis ojos parecieran los de un mapache de tanto delineador oscuro que me puso.

Apagué la vieja radiola que reproducía el disco de The Beatles perteneciente a Janne y salimos del departamento, yo sintiendo como la adrenalina hacía presión en mis rodillas. Por primera vez en tres años me había animado en acompañar a Nessa a una de las muchas fiestas que organizaban los fines de semana, a veces la gente del colegio y otras sus amigos los músicos.

Hacía frio y las pantis que llevaba bajo mi holgado short jean no abrigaban tanto... Crucé los brazos en busca de calor. Mientras avanzábamos por la noche las calles se hacían más oscuras y solitarias.

-Llegamos-Dijo Nessa frente una antigua casa de luces tenues que mantenía la puerta de madera abierta, de ahí provenía el sonido de música que reconocí como blues.

-¿Estás segura que la fiesta es aquí? Dije decepcionada.

Ahhh, a veces no sabía por qué seguía a mi mejor amiga en sus planes, siempre me deparaban una sorpresa con trampa.

Con un pie afuera se podía apreciar la neblina que inundaba el interior de la pocilga y con un pie adentro, el olor que emanaba era asfixiante. Sí, humo de cigarro combinado con algo más era lo que me mantenía con una de las mangas de la polera en mi nariz. No es que nunca haya fumado pero este olor era insuperable, aunque al parecer era la única afectada.

No lo iba a soportar, a penas estuve completamente dentro del lugar di media vuelta dispuesta a largarme, pero Nessa me aferró tan fuerte a ella que sabía no me dejaría escapar.

Cinco minutos después de discusión en la entrada logré que prometiera que nos largaríamos en una hora.

Mi amiga saltó contenta y aplaudió en el aire. Yo rodé los ojos.

-¡Vamos por esa hora que ya se acaba!-Dijo ansiosa empujándome para que siguiera andando.

-Permiso- Imputé de mala gana a un tipo de aspecto grande que impedía avanzara por el pasadizo, conversaba con alguien más que estaba sentado en una grada de las escaleras.

Noté el tatuaje que llevaba en el cuello cuando dio media vuelta para observarme. Por un segundo pensé que me golpearía por el tono que usé en él. Escuché algunas conversaciones detenerse y me mojé en mis pantis amigos, lo confieso. Pero inesperadamente su rostro serio se convirtió en una sonrisa.

-Lo siento hermosa, adelante.

Ok. Eso fue surrealista. Simplemente me miró y se apartó de mi camino.

-Gracias. -Agregó una Nessa que le mandó un beso volado al tipo. Agg, eso fue real.

- ...Déjame encontrar un rostro amable para que empiece la diversión, ya verás.

Trágate tus floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora