Reí una vez mientras un profundo hoyo se formaba en mi interior. Rowell Bryce no estaba interesado en mí como una chica y ahora ni siquiera podía ser considerada su amiga.
Yo sabía que no me debía importar y que en realidad era mejor estar lejos de él pero no podía evitar sentirme decepcionada, patético.
-¡Tus deseos son ór-de-nes!-Dije con sarcasmo.
El sonrió-Así me gusta.
-Perfecto, adiós.
-¿A dónde vas?
Cielos, él jamás dejaría de desconcertarme.
-Si no quieres que sea tu amiga, lo único que somos es desconocidos ¡No hables conmigo!
Lo miré una última vez y luego seguí mi camino, adelantándome al grupo de gente que iba por mi lado.
- ¡Deborowsky! ¿Cómo está la niña más linda de toda la gran manzana?
Paciencia...
-Es increíble cómo pasa el tiempo-Continuó y luego agregó su inconfundible risita ronca.
-Al igual de increíble que sigas llamándome niña, abuelo.
-Déjala en paz Tommas ¡Debi, hija!
-Hola abuela. Janne... -Agregué al verla sentada en el sofá con su taza de té en las manos.
-Te dije que teníamos una grata sorpresa- Ella sonrió y luego rodó los ojos.
De haber sabido que eran los abuelos la razón por la que Janne quería que regresara pronto a casa me habría ahorrado algunas molestias, entre ellas descubrir que Rowell no me quería ni siquiera como amiga.
Intenté alejar rápidamente ese pensamiento de mi mente y me centré en quienes tenía al frente.
Los abuelos eran realmente maravillosos y llevaba sin verlos todo un mes desde que se fueron de vacaciones a Londres, donde teníamos algunos parientes.
-Tu mamá dice que estabas con un muchacho...-Dijo la abuela sonriendo.
Yo miré a Janne y ella habló- Mamá...
-¿Acaso mi niña ya está incursionando en el mundo de las citas?-Dijo el abuelo.
Oh no. Afortunadamente tenía a la abuela de mi parte.
-¿Y se puede saber quién es el apuesto príncipe?-Agregó ella.
No hablaba en serio... Rodé los ojos.
-Cielos abuela, no sabía que te habías quedado en la era medieval.
-Siento mucho que los hombres como yo estén en extinción-Quiso bromear el abuelo... y no le salió.
-Cuando yo era joven...
-Venías a mí...
-Sentí tus latidos...
-Miraste a mí... Corazoooón.
Sí, esto iba a ser divertido, los abuelos habían comenzado su hora de canto.
Janne se ocultó bajo la revista que tenía en el regazo y yo me senté junto a ellos en la mesa.
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-¡Tenemos exactamente una hora para organizarlo todo!-Dijo Nessa.
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Trágate tus flores
RomanceTodos tienen una idea distorsionada del enamoramiento gracias a las películas y novelas de" terror". En la vida real, solo te llena de dudas, drama y muchas lágrimas. Porque el "terror" es como un "abismo", cuando das un paso hacia el, es probable...