"¡No! ¡Déjala! ¡Ella no te pertenece!"
Un disparo.
El chico despertó agitado. Las sabanas estaban en el suelo, su frente cubierta de sudor, la boca le sabia a papel. Se puso de pie y camino hasta el baño.
Una vez ahí, se contempló: los ojos rodeados por grandes ojeras, los labios secos y blancos, la piel brillante. Abrió la llave y dejó correr el agua fría.
Hacía mucho que no soñaba con Mariana.
Se lavo el rostro y regreso a la cama, se recostó con un brazo detrás de la cabeza y otro en el vientre, cerró los ojos.
Dos años antes.
— ¿Sabes que eres lo que más amo?— la chica sostenía su mano con fuerza, el cabello largo y rubio le cubría el rostro— ¿Sabes que yo jamás dejaría que te hagan daño?
— Lo sé—dijo él con lo poco de aliento que le quedaba.
Habían sido los seis meses más importantes de su vida, había conseguido la aprobación de su padre, las cosas con Nicole estaban relativamente bien, y lo mejor de todo, tenía a su lado a la chica más linda y tierna que pudiese existir en el mundo.
Por semanas habían planeado irse de viaje a la playa, estaba todo listo. Él había llegado puntual a la cita, frente a él había una gran mansión blanca, nunca entendió por que Mariana no quería que entrara a esa casa, él lo atribuía a que sus padres eran estrictos o era un colegio en realidad ese lugar, puesto que chicos de todas las edades se veían salir y entrar.
Llevaba ya un buen rato observando, cuando se escuchó un disparo, seguido de otros seis. Inmediatamente bajo del auto y entró corriendo a la mansión; contrario a lo que esperaba, el lugar estaba en completa calma, solo se veía como algunas chicas llevaban a los niños dentro. Escuchó a uno preguntar "¿Que pasa, Vane?" y una voz muy seria contesto "Una flor se ha revelado". Acto seguido se escucharon otros dos disparos, Ángel siguió el ruido y llegó hasta el jardín trasero, lo que vio lo dejó helado.
Había un grupo de jóvenes, todos vestidos de negro. Observaban en silencio el espectáculo: Mariana sostenía un arma y gritaba "¡Vanessa! ¡Vanessa, Ayudame!", la chica estaba agazapada detrás de una pared baja.
Ángel corrió hacia donde estaba ella.
— ¿Que haces aquí?— parecía molesta.— Vine por ti, como me pediste.
— Yo no hice tal cosa— una bala pasó rozando por su hombro, la chica respondió al fuego.
— ¿Como es posible?Un hombre alto y delgado estaba frente a ellos. Al ver a Ángel soltó una carcajada.
— ¿Nos cambias por esto? ¿Por él es que rompes tu juramento Violeta?
— Sí— la chica se puso frente a Ángel protegiéndolo.
— Sabes perfectamente cual es el castigo por romper un juramento.— la chica se puso de pie.
— Lo sé perfectamente— suspiró — durante años te he servido sin desobedecer, pero estoy harta, sé que juré hacer esto hasta que me quedará fuerza, pero tú mejor que nadie sabes que esto no es para mi... Si me dejaras...
— ¿Dejarte ir?— rió más fuerte.—Sabes cual es el único modo de salir de esta casa.—apuntó al corazón de la chica, pero Ángel reaccionó y la derribo, la bala termino impactando en su pierna. Él se tambaleó hasta llegar a la pared y resbalar por ella hasta el suelo.El chico soltó un alarido, la mente se le nublaba segundo a segundo.
— ¡¿Por qué demonios hiciste eso?!— Mariana había dejado caer el arma y empujaba a Dimitri con los puños cerrados; su rostro estaba lleno de lagrimas.
— Es por tu bien, pero te dejaré elegir— volvió a apuntar su arma contra Ángel— el chico o tú.Mariana se agachó para susurrarle algo al muchacho, el suelo estaba cubierto por su sangre, al ponerse de pie, las manos de ella estaban cubiertas de rojo.
— Déjalo vivir...— susurró— sólo, por favor, llévalo lejos de aquí.
— ¿Algo más?
— No quiero que vea.Dimitri sonrió con suficiencia, asintió y un chico se llevó a Ángel, este comenzó a gritar.
— Tulipán— dijo con voz clara— encárgate de ella.
De entre los jóvenes salió una silueta, con mano firme disparó. Ángel estaba medio consciente, sólo movía los ojos y murmuraba cosas sin sentido. El cuerpo de la rubia cayó al suelo. El tulipán guardo su arma y regreso dentro de la mansión.A la mañana siguiente, el chico estaba en casa; nadie sabía lo que había pasado, pero quién lo había llevado a casa le contó a su familia que en una riña había salido herido y su novia estaba muerta.
Desde ese entonces, se le había tachado de problemático y de tener malas compañías.
De regreso a la actualidad.
— ¡Mierda!— Vanessa se levantó corriendo y fue a vomitar. Al terminar, se lavó los dientes y regresó a la cama.
El sueño fue tan vivido que pudo sentir su rostro llenarse de sangre.
"Me voy a ir con él" había dicho Mariana con una sonrisa "Lo amo, más que nadie".
Recordó el rostro de su amiga al saber que había sido ella quien la delató con Dimitri, Mariana había creído que tarde o temprano se arrepentiría y la ayudaría a escapar, pero no fue así.
El egoísmo y la fe ciega en Dimitri pudieron más que el cariño que sentía por aquel pequeño ser.Recordó el cuerpo del muchacho en el suelo desangrándose, mientras su amada suplicaba piedad. Recordó su estomago revolverse al jalar el gatillo.
Era inevitable pensar en ella, teniendo que ver a su amado día tras día.
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Ruleta rusa.
Short Story"¿Has repetido una palabra hasta el punto de que esta pierde su significado? Yo sí... Muerte, sangre, bala, desparecer..." A lo largo de casi 6 años, la vida de Vanessa ha transcurrido entre cadáveres y armas; los mercenarios tienen un sin fin...