El día había comenzado con una energía distinta en la Residencia Asahina. Mei se despertó con un suave resplandor dorado entrando por la ventana, acompañado del sonido de risas y movimiento en la casa. San Valentín estaba en el aire.Sabía que varios de sus hermanos adoptivos tenían planes o compromisos, pero aún así no pudo evitar sentirse observada. A lo largo del día, recibió chocolates y detalles con una calidez que la hizo sentir apreciada. Aunque aún se encontraba lidiando con sus propios sentimientos, había algo reconfortante en la manera en que la familia Asahina la rodeaba.
Después del desayuno, Mei decidió salir al patio a tomar aire fresco. La brisa fría llevaba consigo el aroma de las flores, y cuando menos lo esperaba, una voz suave la sacó de sus pensamientos.
—Feliz San Valentín, Mei. —Iori se encontraba frente a ella, sosteniendo un pequeño ramo de flores silvestres.
Mei parpadeó sorprendida.
—¿Para mí?
—Sí. No son nada impresionante, pero me recordaron a ti. Son delicadas, pero tienen una fuerza especial para seguir floreciendo.
Tomó las flores con cuidado, sintiendo un calor inesperado en el pecho.
—Gracias, Iori. Son hermosas.
El silencio entre ellos no fue incómodo. Mei observó las flores con una sonrisa ligera, mientras Iori miraba hacia otro lado, con su expresión usualmente serena pero con un leve toque de timidez.
Cuando Mei decidió regresar a la casa, su camino la llevó a encontrarse con Ukyo. El mayor parecía haber estado esperándola, sosteniendo algo envuelto con una cinta de terciopelo.
—Mei. —Su voz fue tan serena como siempre, pero había una suavidad distinta en su mirada—. Feliz San Valentín.
Mei sintió su corazón acelerarse apenas un poco más de lo normal.
—Gracias, Ukyo... ¿qué es esto?
—Un pequeño obsequio. —Se acercó apenas un poco más—. No son chocolates, pero pensé que te gustaría.
Mei deshizo el lazo y descubrió una elegante libreta de cuero con su nombre grabado en una esquina.
—Dijiste que a veces te gusta escribir pensamientos sueltos. Tal vez esto te ayude a organizarlos.
Sus dedos recorrieron la textura del cuero con admiración. Era un regalo pensado con dedicación, algo tan sutilmente personal que le hizo sentir una calidez especial.
—Es perfecta, Ukyo. Muchas gracias.
Él sonrió con un dejo de ternura.
—Me alegra que te guste.
Los ojos de Mei se encontraron con los de Ukyo por unos segundos más de lo necesario. Sintió una punzada de confusión en su pecho, pero no la dejó florecer del todo.
Cuando Mei regresó a la sala, se encontró con Masaomi, quien le extendió un pequeño paquete envuelto con esmero.
—Sé que has estado muy ocupada últimamente, así que pensé que te vendría bien un poco de calma.
Dentro del paquete había una caja con una selección de tés relajantes y una carta escrita a mano con una caligrafía limpia y serena.
—No quería dejar pasar la oportunidad de agradecerte por todo lo que has traído a esta casa. —Masaomi la miró con una expresión suave—. Espero que este pequeño detalle te ayude a encontrar momentos de tranquilidad.
Mei sonrió, conmovida.
—Es un regalo hermoso. Gracias, Masaomi.
Él asintió, pero su mirada se quedó sobre ella un poco más de lo normal. No era solo un regalo por cortesía, sino algo con más significado de lo que las palabras podían expresar.
Por la noche, Mei encontró un último detalle sobre su escritorio: una caja con chocolates oscuros de diseño elegante y una nota breve, pero escrita con la misma precisión que caracterizaba a Louis.
"Para Mei, que brilla con su propia luz incluso en los momentos más oscuros."
Se mordió el labio, sintiendo su pecho apretarse con emociones difíciles de clasificar.
San Valentín en la Residencia Asahina había sido más significativo de lo que imaginaba. Y, al final del día, mientras sostenía la libreta de Ukyo, las flores de Iori y la carta de Masaomi, no pudo evitar preguntarse qué tanto de sus propios sentimientos había estado evitando ver.

ESTÁS LEYENDO
Amada Hermana •Brothers conflict•
RandomMei Asahina, hijastra de la hermana de Miwa, ve su vida dar un giro drástico tras una terrible tragedia que la deja sin el apoyo de sus padres. Al enterarse de su situación, Miwa, madre de trece hermanos, decide acogerla en su hogar para que no enfr...