Cuándo Estás Junto A Mí [Sonia Gómez]

Capítulo Nueve

Despertó con energía. Se ducho y se vistió con unos jeans oscuros, una camiseta de tirantes nueva, y una sudadera mona de color rosa, también nueva. Le escribió un whatsapp a Sonia, diciéndole que era ella. Esperó sentada en su cama un cuarto de hora, pero la respuesta no llegaba. Su madre la llamó y bajó corriendo a desayunar.

Sonia despertó tarde, en su cama al lado de su chico, pero tenía prisa, así que se levantó y se vistió. Salió con el móvil en la mano y las llaves de su casa en la otra. Se subió al coche y dejó las llaves en la guantera. Condució hasta el estudio. Allí se encontró con Alba, se miraron tristemente. Iban a grabar el aviso a las Sweeties.

Salieron de allí pronto. A las once ya lo tenían todo echo, así que Sonia se metió en el coche y miró el móvil, que no lo había mirado desde la noche anterior. Tenía muchísimos tweets de las fans, sobre el apoyo que les daban a ellas dos después de la ida de Rocío. Pero fue directa a whatsapp, donde tenía un par de mensajes de su romántico chico y uno de un número desconocido.

"Soy Sheila! Si decides venir estaré a las doce menos cuarto en la puerta del estadio"

Sonrió para sí misma, y no tardó en agregar la a sus contactos. Pensó en que le daría tiempo, y no tenía nada más que hacer. Aún que al principio no sabía si iría, ahora quería ir, había algo que le decía que tenía que ir. Cuando llegó, aparcó en el parking subterráneo y subió a toda prisa.

Sheila se disponía a entrar, se dio la vuelta, pero Sonia gritó su nombre a lo lejos y su cara se iluminó. Se abrazaron y pasaron a dentro. Vieron todo el museo y salieron a las gradas, Sheila estaba fascinada. Y a Sonia le gustaba ver a Sheila así. Se sentaron las dos allí mientras se hacían fotos.

Cuándo se levantaron, Sheila tropezó y cayó encima de la peliazul. Estaban las dos tan cerca, que Sheila sin darse cuenta se iba acercando a los labios de Sonia. Finalmente, la besó, un poco torpemente al principio, pero a medida de que su compañera iba respondiendo a ese beso, dejaba de ser tan torpe.

Se separaron por falta de oxígeno. La chica de la sudadera rosa se ruborizó y se levantó lo más rápido posible, ayudando a su ídola, que aún estaba confusa. «Porqué le he seguido el beso, si solo es una amiga? O quizá ni eso...», pensó Sonia aún algo aturdida.

Salieron a la calle, se había echo algo tarde y ambas tenían hambre. Sonia la cogió de la mano y la guió hasta su coche. Se subieron, y Sonia condució hasta un McDonalds. Pidieron y Sonia se negó a que la chica de pelo corto pagara algo, ya que la había invitado al estadio.

Cuando estaban hablando tranquilamente, Alba las sorprendió y se sentó al lado de Sheila. Entonces se pusieron a hablar de quién podía ser la substituta de Rocío. Cuando terminaron de comer, Alba quedó con Sonia en su casa después de dejar a Sheila. Así, se fueron en el coche hasta el hotel. Allí, Sonia, aparcó y ambas salieron del coche.

«Di le algo» , pensó Sonia. Pero se miraron durante un largo rato. Sheila se despidió, pero Sonia la cogió de la mano, no le salían las palabras. Tampoco quería herir los sentimientos de la otra chica.

— Oye... — Dijo por fin la peliazul — Yo no quiero que te sientas mal. Pero para mí... Ese beso... Yo... Es que no siento nada por ti.

Sheila miró al suelo y se deshizo de la mano que sujetaba su brazo con fuerza. Le había empezado a doler por la presión que estaba haciendo Sonia. Cuando llegó arriba empezó a rebuscar en su maleta la caja, pero no la encontraba. Abrió su neceser, allí siempre guardaba una navaja de repuesto. Se encerró en el bañó y empezó a frustrarse con ella misma, a llorar y a cortarse. Entonces se cortó con tanta rabia que rozó la vena, y empezó a verlo todo borroso, seguidamente se desmayó.