Se lo había tenido que confesar todo, que realmente la amaba, pero que ella siempre estaba lejos y le daba rabia no poder tocarla. Además Laura la necesitaba más que Sonia.
Los días siguientes Sheila se pasó los días en casa, pensando que hacer. Y el tercer día, alguien picó al timbre, a las diez de la mañana. Sheila estaba durmiendo, pero ese día había soñado algo que la despertó de buen humor. Abrió la puerta, y se encontró con una chica de cabello corto y negro, con un lunar encima del labio, llevaba gafas.
— ¡Hola! — Gritó feliz. «Joder, que ánimo de buena mañana», pensó Sheila divertida — Me he mudado hoy aquí, arriba. Y me dijeron que vivía una chica de mi edad en este piso — Se hizo un pequeño silencio entre ellas —. ¡Oh! No me he presentado, me llamo Alexia, tengo catorce años.
— Sheila, dieciséis años — Se presento como había echo la nueva vecina —. Pasa, si quieres.
Alexia pasó, y Sheila le indicó que entrara a la primera puerta a la derecha, la cual era su habitación. Encendió la luz, la morena se sorprendió y casi se pone a chillar, dio una vuelta sobre si misma lentamente.
— Wow... — Pudo decir Alexia, por fin. — ¿Conocerás a Auryn no? — Sheila no los conocía exactamente, no los seguía demasiado. Aún así asintió.
Sonó el telefonillo, Alec no podía ser, se había ido con Cahrlotte, así que ella tampoco podía ser. Así que lo cogió.
— ¿Sí? — La voz le salió firme, cosa que no era muy usual en Sheila, solía ser muy insegura de todo
— ¡Deja me subir, anda! — Y por detrás sonó otra voz diferente — ¡Venga, porfi!
Mierda, ¿Que hacían allí teniendo firmas que hacer? Sin dudarlo más, les abrió la puerta del portal y dejó abierta la de la entrada. Avisó a Alexia que iban a subir unas "amigas" y que no se pusiera a nerviosa ni a chillar, ni nada de eso.
Sonia gritó para saber donde estaba, y Sheila asomó la cabeza por la puerta que tenían justo a la derecha. Salió ajustando la puerta y les explicó que tenía a una de las nuevas vecinas de arriba en la habitación y que era un poco fan de ellas y mucho más de Auryn. Entonces las chicas de pelo color fantasía se miraron cómplices, pero con cara de 'la hemos cagado', porque realmente fue así, al momento de mirarse, se abrió la puerta y entró el rubio tonto del sombrero. Entonces Alexia se asomó al oír la voz de su ídolo.
Dejó a la loca de su vecina con Alba y Carlos en la habitación de Shei, y luego se puso a hablar con Sonia en el salón para hacerlo más seguramente. Sheila había hablado con Laura y le había dicho quién realmente le gustaba, así que decidieron dejarlo. Se lo contó a Sonia, pero mintió diciéndole que no le había dicho quién era. Sheila se inclinó hacia delante, para darle un beso, pero Sonia lo rechazó porqué Alexia estaba mirándolas desde hacía un buen rato, se había quedado a cuadros, nunca imaginó que alguna de Sweet California fuera lesbiana o bisexual. «Cuantas cosas para contar, joder», se quejó Sheila para sí misma.
Cuando Sonia, Alba y Carlos se marcharon al hotel, Alexia y Sheila se quedaron hablando. Le contó la historia de como se habían conocido, como habían pasado un par de semanas juntas y como se habían enamorado, y otras cosas más.
Su madre llegó a las ocho, así que Alexia decidió irse a casa y en cuanto llegó dio dos golpes en el suelo confirmando que había llegado a casa. Entonces le sonó el móvil, en seguida lo cogió porqué sabía quién era. Estuvo hablando con Sonia durante un buen rato, le dijo que estaban planeando una gira por latinoamérica, pero no quisieron hablar de más trabajo y cambiaron de tema en seguida.
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Cuándo Estás Junto A Mí [Sonia Gómez]
Fiksi PenggemarSheila se muda con su madre al centro de Barcelona. Es muy fan de la GirlBand más famosa de España, Sweet California. Sheila esconde un secreto que solo su mejor amigo sabe, y ella llegará a hacer realidad su sueño. Conocer a Sonia Gómez. Pero cuand...