Capítulo Doce

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Entró en el metro, Laura ya le guardaba un asiento a su lado, ya que a esa hora no había demasiada gente. Habían congeniado, no como lo hizo con Charlotte, de forma diferente. En dos semanas habían forjado una amistad muy buena. Sheila se sentó allí y miró de nuevo el móvil. Desde que se habían despedido en la estación de tren, Sonia no le había dicho nada, pero ella no sabía que le ocurría a Sonia para no hablarle.

«Standing on a center-stage
Burnin' like a fireplace
Hot to trot, don't stop
If he can't see your face

[...]

It's your love, it's your love
It's your lo-lo-lo-lo-lo-lo-lo-lo-loooove»

It's your love, it's your love It's your lo-lo-lo-lo-lo-lo-lo-lo-loooove»

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Terminaron por fin el videoclip de Good Lovin'. Sonia aplaudió como niña pequeña a la que le daban un juguete nuevo. Estaba feliz, después de dos semanas de trabajo duro, podía relajarse, al menos diez minutos. Llegó a su casa a las cinco y media, su novio aún no había llegado a casa. Era extraño, porque siempre llegaba antes de las cinco, pero desde que Sonia no estaba tanto en casa, llegaba a las tantas de la madrugada.

Ese día lo esperó despierta, consiguió que su sueño no la venciera. Cuando oyó las llaves en la cerradura miró el reloj que tenía delante. Las seis y media... «¿¡Las seis y media!?», gritó para sus adentros. Se puso en pié con los brazos cruzados e intentando disimular su cara de cansancio con una de enfado. Pero él solo pronunció un «Hola» muy débil y se metió en la habitación. Sonia lo tenía muy claro. Sin haber dormido ni gota, sacó una maleta y metió toda su ropa dentro, toda, no dejó nada. Ni una nota de despedida. Cogió el coche y condució hasta casa de Alba, aún no estaba despierta, así que se esperó en el portal durante tres horas más.

Tenían entrevistas, y más entrevistas, además, tenían que preparar los Vlogs, así que se organizaron lo mejor posible. Como esa vez conducía Alba, cogió el móvil y lo abrió, el móvil casi se le bloquea por todas las notificaciones.

Sheila, en aquel momento, estaba tumbada en el sofá, con cabeza en las piernas de Laura. Se reían, hacían bromas, se miraban. Pero se hizo tarde y Laura, que la había acompañado la mitad de la tarde, se tenía que ir. Se despidió con dos besos, y luego se puso a dibujar. Le vibró el teléfono, que tenía en el bolsillo. Miró y era un mensaje de Sonia. Lo leyó en un susurro y sonrió. Ella había cortado con su novio, y se alegraba, pero por otra parte, ella no le gustaba. También la notificaba de que le enviaría por correo una entrada golden para el "Wonder Tour 2.0".

El lunes siguiente, también se encontró con Laura en el tren, y como cada día, se sentaron en unos asientos libres y hablaban de sus cosas. En cambio, Laura guardaba un secreto, que no quería desvelarle, aún. Se separaron para ir a clases al llegar al instituto. Y Sheila entró tranquilamente a su clase, cuando de repente, vio quien ocupaba el asiento de al lado. Se pasó las horas callada, tomando apuntes, y a la hora del patio, se dirigió a su taquilla, pero la seguía a todas partes y no se separaba de ella hiciera lo que hiciera. Al cerrar su taquilla se dirigió a ella.

— ¿Que narices qu...? — Charlotte le cortó la frase, besándola. Sheila se quedó a cuadros. «¿Que carajos...?», pensó y empujó a su amiga. — ¿Que haces? No me vuelvas a dirigir la palabra jamás.

Pero Laura, vio el beso y echó a correr hacia el baño. Sheila, la buscó durante más de quince minutos, hasta que por fin la encontró en uno de los retretes de un baño de chicas, casi a en entrada del instituto. Ella la consoló, pero no sabía porqué. Entonces ella le contó que realmente, se había mudado allí a principios de curso, y que cuándo llegó ella, no se atrevió a hablarle, pero cuando tuvo el suficiente valor no se lo quiso decir.

Cuándo Estás Junto A Mí [Sonia Gómez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora