Capítulo Veinticinco

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No podía parar de moverse en círculos, Álvaro le advirtió de que acabaría por marearse. Pero solo paró cuando vio a, como ella misma lo describió, un enano rubio corriendo como un poseso hacia ellos. Sheila se plantó en medio del pasillo, y al lado tenía a Alba, Sonia y Laura. La sorpresa para Sheila vino segundos después, cuando una voz por el fondo del pasillo resonó. Se quedó boquiabierta cuando la vio a parecer gritando el nombre de Daniel. Se paró en seco detrás de él y miró con miedo a su hermana. Temía lo que le pudiera decir Sheila, pero decidió no decir nada, solo al chico, al rubio.

— Primero dime que no es culpa tuya — Él miró al suelo —. Ahora dime que no te has acostado con mi hermana —. Entonces se puso una mano en la nuca y se marchó con la mirada caída.

Alicia miró a su hermana pequeña, con lágrimas en los ojos. Pero Sheila la miró con desprecio, una mirada que lo decía todo. «Me has decepcionado», se giró y entró en la habitación a ver como se encontraba Alexia. Esta se puso sus gafas, y en cuanto Sheila estuvo lo suficientemente cerca, la abrazó lo más fuerte que pudo. Le contó lo que Daniel, sin querer, había afirmado, y ella triste se apoyó en el cojín.

Horas mas tarde le dieron el alta, y con una sonrisa triste se alejó de los demás. Blas corrió tras ella. Habían echo buenas migas, tanto como Carlos y la misma Sheila. Se dirigieron a los coches, y esta vez fue Blas, quien se ofreció para llevarlas de vuelta a Barcelona.

Dos meses después de lo sucedido, Sheila recibió un mensaje de Sonia mientras jugaba al WoW con Aiko. No era nada raro, claro que no, eran novias. Pero hacía al menos tres horas que no contestaba y había algo que no le estaba contando y no le gustaba ni un pelo. Pero esa tarde descubriría que era. Le sonó la melodía de Photograph, de Edd Sheeran. Lo cogió dejando a Aiko jugando sola al otro lado del monitor.

— ¿Que pasa amor? — Preguntó Sheila, asustada. Entonces, cuando Sonia le dijo algo, inentendible, su cara cambió y colgó.

"Ven a mi casa corriendo pero que ya."

Entonces apagó el juego, el monitor y el ordenador. Se dio una ducha rápida, y se vistió con lo primero que pilló. Y antes de que Aiko llegara a llamar a la puerta ella abrió.

Salieron corriendo hacia el parque que había justo al lado del edificio, donde se encontraban Alexia y Laura. Las cuatro se dirigieron hasta el otro lado del puente. Allí había un instituto, y al lado un parque para los más pequeños al salir del colegio. Se sentaron en unos bancos y todas miraron a Sheila.

— ¿A que viene tanto misterio? — Dijo Laura, seguida de una cara de sorpresa. — Eh. ¿Quien me tapa los ojos?

Alexia y Aiko se miraron cómplices, y rieron. Sheila ya lo sabía, aún que se hizo la tonta. Pero quien tapaba los ojos a Laura, no se lo esperaba. Entonces olió la brisa. «Olor a frutos del bosque, ¿de qué me suena, entonces se dio cuenta. Inmediatamente se levantó de su sitio y Abrazó a la pelirrosa. Entonces Sonia, puso unas llaves en la palma de la mano de su novia. Se las quedó mirando, primero las llaves y luego a Sonia.

Les enseñaron el piso. Estaba a menos de diez minutos de su casa, y era bastante bonito, pero, Alba se había alquilado el de delante de Sonia. Laura fue la única que siguió a la pelirrosa hasta su pequeño piso. Cuándo cerró la puerta principal Alba miró a Laura.

— ¿Vamos esta tarde al cine y luego a cenar? — Preguntó la cantante. La pequeña la miró con los ojos abiertos como platos. — Sí, como una cita. — Y seguidamente la besó. Le sonrió, y asintió con la cabeza.

Cuándo Estás Junto A Mí [Sonia Gómez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora