Capítulo Veintidós

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Laura se abrazó a ella, como si hiciera mil y un años que no la veía. Sheila solo casi se desmaya. Sí, solo. Porqué verla después de tanto no tenía precio. Laura dejó sitio a su peliazul. Rocío rió y las abrazó el doble de fuerte que ellas. Alexia en cambio solo le dio dos besos y le sonrió. Se puso al lado de Daniel y él le puso el brazo por encima de los hombros. La morena apoyó la cabeza en su pecho.

Salieron del edificio después de la reunión de los chicos con Magí y allí se dispersaron, los chicos de Auryn, menos Daniel, se fueron por distintos lados, Alba y Laura se fueron a dar un paseo, Rocío se había quedado dentro junto a Tamara, y los cuatro que quedaban se dirigieron hacía un bar.

Estuvieron hablando de tonterías durante un rato sentados en la terraza de un bar, contaban bromas y reían, de vez en cuando se ponían serios, pero alguno de ellos no podía aguantar la risa y terminaban riendo todos.

De repente una chica le tapó los ojos a Sheila. La desconocida hizo un guiño a los que acompañaban a la peliazul. Ella tocó las manos de la chica, y se sorprendió de la textura de sus manos. Eran suaves. Y llevaba tres pulseras. Tres conocidas pulseras. Las tocó, una era de metal, otra de hilo y la última de plástico. La de plástico se la había regalado ella cuando se marchó. Gritó su nombre, y todos los que había en la terraza del bar, e incluso dentro de este, se giraron para ver que pasaba.

— Te he echado de menos, Ali! — Le exclamó a su hermana colgándose de su cuello como si fuera un mono. — Pensaba que pasarías por el apartamento, no por aquí.

— Bueno — Suspiró Alicia —, la verdad es que ha sido una casualidad. Iba hacia una tienda a comprarte algo y de repente os vi salir del edificio de Must! Y os seguí hasta aquí - La hermana de la peliazul pensó durante un minuto —. La pregunta es como has llegado hasta aquí

Sonia y Daniel se miraron cómplices. Sheila en seguida se lo explicó todo con la mirada a su hermana. Sonrió, y la abrazó cortándole casi la respiración. Se despidió, para poder comprar unas cosas por no estar el cumpleaños número dieciséis, y posiblemente el número diecisiete. Se sentó de nuevo, y Sonia le cogió la mano, porqué sabía que venía ahora.

Sheila se apoyó en su pecho y empezó a llorar, Sonia le acariciaba el pelo con suavidad, porqué sabía que eso la tranquilizaría. Daniel se levantó de la mesa y susurró «Ahora vuelvo, voy al baño». Se quitó el sombrero que llevaba y se lo puso a Alexia, ambos sonreían. Sheila llevaba veinte minutos llorando cuando le sonó el teléfono. Sonia le secó las lágrimas y le dio un beso. Seguidamente, Sheila contestó.

Daniel llegó de puntillas y le dio un susto a Alexia, haciendo que esta pegara un bote y se cayera hacia atrás con la silla. Pero él la cogió a tiempo, cuándo la bajó, miró de reojo a las dos chicas de pelo azul, pero Sonia miraba la escena con risas. El rubio decidió ir a pagar las bebidas, y obligó a Alexia a ir con él. Entonces, cuándo se percató de que no los miraba nadie, hizo lo que más quería hacer desde que la vio en la firma por primera vez, besarla.

Pero fue un beso corto, o eso les pareció a ellos. Sonia se los había quedado mirando. Sonrojado, Daniel se dirigió a la barra a pagar lo que habían tomado y luego, al salir del bar, Alexia lo tomó de la mano. Por fin había descubierto el plan de su "hermanita" y era que el rubio teñido le confesara sus sentimientos a ella. Y lo había echo de una forma un tanto especial.

Cuándo Estás Junto A Mí [Sonia Gómez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora