Enredos de una adolescente.

Capítulo 14 (Viernes):

Hoy me he levantado con mucha energía. Me visto con unos vaqueros azul marino ajustados, una blusa blanca de media manga, un rebecón azul marino y las converse blancas. En mi iPhone suena "Hasta el amanecer" de Nicky Jam. Me peino y me pinto, me echo un poco de maquillaje, polvos, rimel azul, y raya azul.

Voy a la cocina, desayuno, me lavo los dientes, cojo mis cosas y me voy. Cuando llego abajo Cristina me está esperamos.

-Hola, ¡por fin viernes!- la saludo.

-Sí, por fin viernes. Con examen, pero viernes.

-Chica más ánimo, que mañana tenemos fiestón- ríe.

Seguimos andando y conversando. Un poco por delante van Alberto y Rubén.

-¡Ei, esperaos!- les grita Triana y estos nos esperan.

-Hola- les doy dos besos a cada uno.

Rubén me agarra del brazo para que nos quedemos detrás.

-¿Estás enfadada?

-No, estoy cansada de la bromita.

Ríe- normal.

-¡No te rías!

Me uno de nuevo a Triana y Alberto. Llegamos al instituto y cada uno se va para su clase.

RUBÉN:

-¿Qué te traes con Cristina?- me pregunta Alberto muy directo.

-Nada, solo somos amigos.

-Sí ya, ¿te gusta?

-No sé, es buena gente, guapa, agradable, sincera, graciosa,...

-Vamos que por lo menos un poco te gusta.

-Me atrae, dejemoslo ahí, pero a ella le gusta Marcos.

-Eso da igual, porque ya pasa de el tema y lo sabes.

-Ya, bueno.

CRISTINA:

Durante el recreo nos vamos al sitio de siempre.

-Susana, ¿te pasa algo?- le pregunto.

-No, ¿por qué?

-Estás en tu mundo.

-Sí hoy estoy un poco distraida.

-¿Algún chico?

-No- le sale una pequeña sonrisa.

-Te conocemos, ¿quién es el chico?- pregunta Elisabeth.

-Raúl, pero no creo que le guste.

-Yo creo que sí le gustas, se ve de lejos.

-No sé, se porta bien conmigo y me mira en clase.

-Queda con él esta tarde- propone Triana.

-Sí ya, que vergüenza.

-¡Raúl!- lo llamo y este viene.

-Dime.

-¿Qué vas a hacer esta tarde?

-Nada ¿por?

-Podríais quedar Susana y tú e ir a dar una vuelta, al cine, no sé.

-Vale, quedamos a las seis en callao y ya vemos.

-Vale, hasta luego- contesta al fin Susana.

-¿Ves?

-¡La que me habéis liado! Gracias- ríe.

-De nada- todas reímos.