Capítulo 25: (Domingo)

21 2 0
                                    

Me levanto a la una del medio día, me duele la cabeza, me dirijo a la cocina para desayunar y tomarme una pastilla, después estudiaré para poder quedar esta tarde un rato para ensayar. También tengo que hablar con Rubén y con Marcos, pero con este último no sé cómo hacerlo, qué decirle, creo que es su turno, que si de verdad quiere algo tiene que dar un paso y hablar él.

Cuando termino de comer friego la loza y le mando un WhatsApp a Rubén, quedamos en media hora. Me visto con unos legins negros, una camiseta de manga corta ajustada, una sudadera naranja y mis rebook blancas y granate. Me adecento un poco la cara, me peino, cojo las llaves y bajo.

Rubén me está esperando en un banco fumándose un cigarro.

-Hola-le doy dos besos.

-Hola, ¿qué quieres?

-¿Qué?

-Que qué quieres, tu eres la que querías quedar ¿no?

-Sí bueno, es que a ver...tenemos que hablar porque ayer pasaron muchas cosas y...

-Sé que discutiste con Marcos y eso, y que luego te liaste conmigo-me corta- sinceramente no me apetece hablar contigo, ¿qué hubiera pasado ni no hubiera pasado nada malo con él?- noto su enfado.

-No sé pero te recuerdo que fuiste tú el que se me lanzó.

-Había bebido.

-Y yo, ¿qué esperabas que hiciera?

-No sé da igual- me besa y yo le correspondo pero me aparto rápido.

-¿Qué haces?

-Ahora no has bebido, ¿por qué me correspondes?

-No sé.

-Vale, me voy que he quedado con una amiga.

-¿Con una de tus amiguitas?- digo con voz irónica.

-¿Te importa?

-Adiós- me voy molesta.

Subo a mi casa, me cambio y saco las cosas para ensayar, Valeria me ha dicho que viene de camino, por lo que empiezo a calentar. Necesito desahogarme, subo el volumen y bailo y zapateo hasta que empiezo a sudar. Sin darme cuenta consigo montar un zapateo para un baile de cajón por bulerías.


A las ocho y media se va Valeria, recojo y me doy una ducha, después estudio un poco. Cuando llega mi padre me dice que vamos a subir a cenar a casa de su novia, la novia vive encima nuestra y unas veces comemos o cenamos en su casa y otras en la mía. Vive con sus padres y su hija, la cual tiene 8 años y con la que me llevo muy bien.

Enredos de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora