Trece.

6.9K 353 38
                                    

-Leo, creo que ya es tiempo de que comprometas a Fanny. Recuerda que no debes tardar mucho la deuda esta subiendo.- dijo Narissa mientras se sentaba imponente en el sofá del apartamento de su hijo.

-No, no es tiempo.- dijo rodando los ojos.

-Claro que si. Recuerda que no puedes esperar más. Necesito digo necesitamos el dinero y mientras más te tardes más será.-

-No mamá TU eres la que necesita el dinero, te recuerdo que gastaste el dinero de papá como si naciera en los árboles y yo decido cuando pedirle matrimonio a Fanny.- dijo mirándola muy seriamente.

-Fatny será.- se burló ella -si porque déjame decirte que ella está bastante gorda y fea. Tiene el tamaño de Jupiter, grande. Pensándolo bien será mejor que esperes un poco más en proponerle porque tardaremos años en conseguir un traje de novias para ese cuerpo- dijo Narissa despectivamente.

-Narissa no seas una exagerada y por favor no te burles de FANNY. Ella es muy linda y su peso no tiene que ver nada en como es ella y sus sentimientos.- dijo Leo enojado.

-Ya te salió el peine. Estas enamorado de ella sino lo estuvieras, estarías burlándote junto conmigo. Eres un hombre común al que le gusta las mujeres hermosas, modelos en fin de cuerpo normal. El cuerpo de FATNY es completamente anormal, bueno anormal no, es de otro planeta. Te voy a decir una cosa y que te quede bien claro, como te enamores de esa ballena te juro que dejaré de hablarte por siempre y te vas olvidando de que soy tu madre.- dijo ella apuntándole con el dedo índice.

-Wow como si no lo hubieses hecho ante. Ademas no veo porque tiene que ser importante el peso de Fanny.-

-¡Claro que es importante! ¿Sabes lo que dirían mis amigas, la sociedad, Carolina, sus papás? Eso sería una vergüenza terrible. Por favor no me digas que te enamoraste de ella.-

-Emmm...n-no...por Dios mamá enserio pensaste eso.-

-Júralo Leonardo, jura que no estás enamorado ni lo estarás de esa- Narissa vio a su hijo a los ojos, buscando una pizca de mentira en ellos. Toda madre sabe cuando su hijo miente o cuando hace alguna travesura con solo mirarlo a los ojos.

Pero lo que Narissa no sabe es que ella no conoce a su propio hijo. Cuando Leo hacía una travesura la primera que lo agarraba con las manos en la masa era Lina. La nana que hizo el rol de madre cuando la señora Narissa le preocupaba el color de las servilletas de una cena para festejar cualquier cosa o por ver cual era el bolso que salía a la venta antes que su propio hijo. Por eso y más Leonardo amaba a Lina con su vida. Ella fue su madre, la que se preocupaba por el cuando él estaba enfermo o cuando no llegaba a casa luego de una gran fiesta. Eso era lo que contaba para él.

-T-te lo...te lo juro...- Leo miró a otro lado, tratando de evitar la mirada de su madre.

-Ay hijito me haz quitado un peso de encima y no hablo literal. Por favor ni estuviese viva si la Fatny estuviera encima de mi.- se rió muy burlona y Leo la fulminó con la mirada.

-Sabes que Narissa será mejor que te largues estoy esperando a Frank que no tarda en llegar y no quiero que estés aquí jodiendo el momento, como siempre.- lo último lo susurró.

-Leonardo si vas a botar a tu madre, la que te dio la vida- trató de hacerse la mártir -que sea con clase y estilo.- sonrió ella mientras se ponía de pies y se iba directo a la puerta -no te preocupes ya se el camino, cariño.-

El amor no tiene sizeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora