Quince.

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-¿Pero porque no vas? Quedamos en que íbamos a salir de fiesta- dijo Fanny al teléfono enojada -Ya estoy vestida. Diana, bebé no puedes hacerme esto.- suplicó ella.

-Muñequita no...puedo...Frank, si Frank me invitó a...cenar- mintió Diana. No le gustaba mentirle a su prima pero la ocasión lo ameritaba.

-Pero quedamos los cuatros en salir ¿porque ahora de la nada tienen un cena y no pueden ir?-

-No te enojes muñequita es que...- Diana estuvo a punto de decirle el motivo por el cual la dejaba vestida y alborotada -es que...Frank quiere que conozca a sus padres.-

-Ay esta bien. Disfruta de tu cenita.- dijo Fanny mientras se quitaba los zapatos de tacón color oro.

A Fanny no le molestó tanto el hecho de que la cancelen pero lo que llevó su cabreo a la cima fue que ella se había esmerado mucho en su outfit y su maquillaje como para que ahora una toalla desmaquillante terminara con esa obra maestra. Sí, porque el maquillaje era eso, una obra maestra.

Mi novio puede salvarme de esto, pensó.

Tomó su celular que estaba en el piso tirado y llamó a su novio. Luego de tres llamadas y dos mensajes en visto en whatsapp resopló y ya se había quitado los pantalones para ponerse su pijama.

Luego de cinco minutos pensando que se podía hacer llamó a su casa teniendo la mala suerte de que nadie contesto -¿Es enserio? Todos están en plan abandonemos a Fanny un sábado en la noche o que- se dijo así misma.

Ya no quedaba otra tendría que quitarse el maquillaje y terminar en la cama viendo películas o en las redes sociales. Tocaron a la puerta de su habitación ella a regañadientes se levantó. No sabía quien podría ser pero lo que sí sabía era que quien estuviese detrás de la puerta la metería en un manicomio o algo por el estilo. De la cintura para abajo estaba de pijama y pantuflas y de la cintura para arriba todavía seguía con la camisa de brillos color gris y el maquillaje que hacía resaltar sus labios y sus ojos.

Ella abrió y no le dio tiempo a ver quien era, una bolsa de tela negra fue a parar en su cabeza imposibilitándola de ver. Un hombre fuerte la tomó de los brazos y ella comenzó a patalear -Suéltame idiota...- dijo ella con los nervios de punta.

Claramente estaba siendo secuestrada y nadie lo sabía. No lloró pero si estuvo muy asustada, sabía que con llorar no podía hacer nada.

-Haga silencio.- dijo un fuerte voz.

Fanny sintió como la subían a una guagua y sentía que esto iba en serio. Estaba muy nerviosa y muy asustada pero a pesar de la situación estaba pendiente a todo. Escuchó murmullos y pensó que al parecer el hombre que la había secuestrado tenía compañeros de crimen y hablaba con ellos.

-Busca un pantalón negro y unos zapatos en la habitación de la chica.- uno de los secuestradores le dijo a otro. Fanny frunció el ceño en serio ellos se tomarían el tiempo para buscar ropa que le combinará. Escuchó como se habría la puerta y luego se cerraba.

-Esto lo encontré encima de la cama al parecer iba a salir.- dijo el otro hombre con voz fuerte pero lenta.

-¡Ayuda! ¡Me han secuestrado! ¡Policía!- gritó Fanny pero ya no volvió hacerlo porque un olor fuerte se coló por sus fosas nasales haciéndola desmayarse.

El amor no tiene sizeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora